Las claves: lo que ni la crisis quita a los españoles, y las ventajas de tener competencia
Pasan los años, y el consumo en bares y restaurantes se mantiene o incluso crece
Qué dónde cenamos? / En casa Tomás / Eh, de bote en bote / Pagamos a escote (...) Oye, que era lunes y había que esperar / ¡J... con la crisis! / ¿Dónde está la crisis? Hace ya 25 años, Joaquín Sabina resumía un hecho indiscutible: por muy mal que vengan dadas, los españoles no dejan de ir al bar y al restaurante con amigos y conocidos. Las estadísticas del INE recogen que, en el último decenio, ha aumentado el gasto de los españoles en hostelería. También lo ha hecho el gasto en mascotas: ambos datos tienen que ver con la caída de la natalidad, puesto que es más fácil salir de noche (o de tardeo), y cuidar animales, si no hay niños de los que ocuparse.
Ha bajado, eso sí, el gasto en libros (que son más fáciles de leer si no hay vorágine infantil de fondo), así como el gasto en tabaco, en este caso por la presión social, fiscal y sanitaria en su contra. La partida del alcohol no ha variado: algo habrá que beber en los bares, aunque, cierto es, el consumo de cerveza sin alcohol esté al alza. Pero el gasto principal, y que crece para los pobres, sigue siendo el elefante en la habitación. La vivienda.
Una recogida de cable a tiempo... para que los ricos sigan pagando poco
La caída de Liz Truss dejó una profunda huella en los dirigentes políticos de Reino Unido: tenga cuidado con quien se mete (los mercados, en su caso), o puede acabar durando menos que una lechuga. Para Keir Starmer, la amenaza de acabar compitiendo contra la oxidación de una verdura viene ahora por varios frentes. Al escándalo provocado por los regalos que recibió en campaña, se une la más que posible retirada de su promesa de cobrar más impuestos a los residentes millonarios extranjeros. Como líder de la oposición contra Sunak, hizo en varias ocasiones mención al privilegiado estatus de la esposa de este. Pero eso es agua pasada.
La fiesta aún no ha acabado... ‘after’ en los tribunales
Quién iba a decir que una plataforma que ofrecía rentabilidades estratosféricas y se anunciaba con imágenes de lujosos yates y coches iba a ser un chiringuito financiero. Y eso que venía respaldada por una figura de renombre –un ahora eurodiputado, ni más, ni menos– conocido por su honestidad. No puede uno fiarse de nadie. Hasta tres denuncias colectivas se han presentado en la Audiencia Nacional contra Madeira Investment Club por un agujero de entre 300 y 600 millones de euros, con 3.000 afectados. Y, resulta que Alvise Pérez habría recibido 100.000 euros en negro del líder del chiringuito, que no solo no niega evitar pagar impuestos, sino que anima a hacerlo. La Fiscalía ya lo investiga. La fiesta no ha acabado, ni mucho menos. El after será en los tribunales.
La frase del día
La estabilidad del nuevo Gobierno [francés] se basa en una especie de resignación de la izquierda y en el hecho de que el partido de Le Pen no tiene interés en derribarlo inmediatamente. Quieren prepararse tranquilamente para gobernarPouria Amirshahi, diputado francés del partido Los Ecologistas
No hay que tener miedo a la competencia, sino aprovecharla para crecer
Aunque a algunos seguidores madridistas les gustaría que la justicia deportiva hiciera bajar de categoría al FC Barcelona por el caso Negreira, lo cierto es que el club culé y su rivalidad con el Real Madrid alimenta a ambos y a LaLiga en su conjunto. Algo así está sucediendo en la televisión lineal, con la irrupción de La Revuelta, el programa de David Broncano, que ha revitalizado a El Hormiguero de Pablo Motos, que llevaba años dominando sin piedad en su franja horaria. Broncano ha traído a espectadores jóvenes, y ha expulsado a otros de mayor edad. Pero la lección es que, en cualquier ámbito de la vida, también el empresarial, no hay que tener necesariamente miedo a la competencia, sino aprovecharla para espabilar y crecer.