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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

China logra solo una victoria simbólica en la guerra del automóvil con la UE

El replanteamiento de Sánchez no es suficiente para alterar la votación sobre el tema

China Pedro Sánchez
Pedro Sánchez y Xi Jinping, en Pekín, el 9 de septiembre.Borja Puig de la Bellacasa/Moncl (via REUTERS)

China ha ganado una pequeña escaramuza en su batalla comercial con la Unión Europea. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo el miércoles que el bloque debería reconsiderar sus planes de imponer aranceles de casi el 50% a las exportaciones chinas de coches eléctricos a la región. Sin embargo, no es suficiente para alterar la próxima votación sobre el tema.

Esta pequeña victoria es significativa, ya que España fue uno de los Estados miembros que respaldó la imposición de gravámenes a los vehículos eléctricos en una votación no vinculante celebrada en julio. También hay otros indicios de que las voces chinas están siendo escuchadas: la UE está considerando recortar ligeramente los aranceles propuestos, informó Reuters el martes.

Esto sugiere que las tácticas de Pekín son algo efectivas, a pesar de un enfoque relativamente suave. Sus represalias en forma de investigaciones sobre las importaciones europeas de brandy, carne de cerdo y, más recientemente, productos lácteos procedentes de la Unión afectan a flujos comerciales anuales por valor de menos del 5% de los 282.000 millones de dólares (254.000 millones de euros) en exportaciones totales de la UE a China el año pasado, según la Economist Intelligence Unit y datos comerciales oficiales. Y, de momento, ninguna de esas investigaciones se ha traducido en aranceles.

Sin embargo, las amenazas estaban bien dirigidas. España, por ejemplo, es con diferencia el mayor exportador de carne de cerdo de la UE a China, con envíos por valor de 1.500 millones de dólares (1.400 millones de euros) el año pasado. Una parte sustancial de ese comercio son despojos, para los que China es el único mercado de tamaño considerable, por lo que cualquier bloqueo sería dañino. El replanteamiento de Sánchez señala la posibilidad de que esta estrategia influya también en otros países.

Aun así, a la República Popular le costará erosionar el apoyo suficiente para bloquear completamente los aranceles en la votación final sobre el plan, el mes que viene. Para ello se necesitaría una mayoría cualificada, lo que significa que un 55% de los Estados miembros, que representen al menos al 65% de la población, tendrían que votar en contra de los gravámenes.

China espera que los Estados miembros de la UE no alcancen la mayoría cualificada necesaria para aprobar el plan en su forma actual. En ese caso, Bruselas aún puede imponer aranceles, pero se vería presionada para modificarlos. Eso sería posible si varias naciones grandes –por ejemplo, Alemania, España, Hungría e Italia– se abstienen o votan en contra.

Incluso en ese caso, hay un límite a la posibilidad realista de que Bruselas reduzca los aranceles. Otros grandes mercados, desde Estados Unidos a Canadá y Brasil, están imponiendo gravámenes similares o más severos, lo que aumenta el riesgo de que la Unión Europea se convierta en un vertedero de vehículos eléctricos chinos si el bloque no sigue su ejemplo. Además, Bruselas no puede hacer grandes concesiones sin perder credibilidad.

Pekín está decidido. La próxima semana, el máximo responsable de comercio del país viajará a Italia, informa Reuters. Pero le queda un largo y complicado camino por delante.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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