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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cómo los bancos pueden proteger a sus clientes del fraude romántico

Aunque las entidades poseen herramientas internas, para combatir este fenómeno se necesitan soluciones específicas

Un hombre consulta su teléfono móvil a la entrada de un edificio en el distrito financiero de Tokio (Japón).
Un hombre consulta su teléfono móvil a la entrada de un edificio en el distrito financiero de Tokio (Japón).KIM KYUNG-HOON (REUTERS)

En la actual era del romance digital, la búsqueda del amor nunca ha sido tan fácil. Sin embargo, esta comodidad presenta un peligro oculto: las estafas románticas o romance scams. Miles de personas son víctimas de estas estafas cada año, lo que plantea un nuevo desafío para la banca.

¿Cómo hemos llegado a esta alarmante situación? Las citas online, antes estigmatizadas, se han convertido en el principal medio de cortejo. Según Match, una de las mayores aplicaciones de citas, una de cada cuatro personas ha conocido a su pareja actual a través de aplicaciones o webs, superando a quienes fueron presentados a través de amigos.

Aunque la mayoría de los adultos cuentan experiencias positivas, algunos no son tan afortunados. Las estafas románticas son aquellas en las que los estafadores, a través de diferentes estrategias, roban considerables cantidades de dinero a sus victimas. Estas estafas pueden traducirse en grandes pérdidas financieras y problemas emocionales.

Este tipo de fraude es cada vez más común. La policía asegura que en España se han recaudado 200.000 euros en transferencias de las víctimas de estos embaucadores. Según el software antivirus Avast, en 2023, el 16% de los españoles fueron víctimas de este tipo de estafas. A nivel internacional, las cifras son aún más alarmantes, con el 31% de los estadounidenses y el 22% de los británicos perjudicados por este tipo de fraudes en 2023.

Los estafadores románticos crean identidades falsas para forjar lazos emocionales con sus víctimas, a través de las redes sociales y las aplicaciones de citas. Utilizan fotos falsas, historias inventadas y dan a las víctimas afecto y atención para cultivar su relación. Los estafadores suelen evitar el encuentro en persona o videollamadas, con compromisos laborales o personales.

Con el tiempo, los estafadores se ganan la confianza de sus víctimas y, de manera ocasional, empiezan a pedir dinero. Al principio son pequeñas cantidades, pero van aumentando gradualmente sus demandas. Los motivos pueden ser muy variados: desde emergencias familiares, facturas médicas o, incluso, gastos de viaje para “conocerse”. Los estafadores explotan los lazos afectivos que han creado, dejando a sus víctimas emocional y financieramente arruinadas.

Las víctimas de estafas románticas, como en cualquier otro fraude, no son culpables. Sin embargo, suelen sentirse avergonzadas y por ello, en muchos casos, no denuncian. Los estafadores son profesionales experimentados y expertos en crear relatos muy convincentes.

Los bancos tienen la responsabilidad de identificar, proactivamente, a los clientes que son víctimas de estafas de ingeniería social como el fraude romántico. Estas estafas son complejas y están en constante evolución, por lo que es muy difícil protegerse de ellas.

Los bancos están bien posicionados para hacer frente a las estafas románticas gracias a su acceso a datos, patrones, experiencia y tecnologías que pueden detectar y prevenir con precisión las pérdidas financieras.

Las tendencias del fraude, en constante evolución, dificultan enormemente seguir el ritmo e intervenir cuando es necesario sin añadir fricciones significativas. Aunque los bancos disponen de capacidades internas, para combatir eficazmente las estafas románticas se necesitan soluciones específicas que aprovechen amplios recursos de datos, capacidades analíticas avanzadas y tecnologías como la inteligencia artificial.

Estas soluciones analizan una amplia gama de datos, como el comportamiento de gasto de los consumidores, patrones atípicos, créditos inusuales, señales de fraude en línea y otros datos a través de sofisticados modelos de aprendizaje automático. Las soluciones más avanzadas adaptan continuamente los modelos a las amenazas emergentes, proporcionando a los bancos un escudo crucial contra las estafas románticas.

Para combatir las estafas románticas y seguir el ritmo de la evolución de las técnicas de fraude, los bancos deben explorar alianzas con empresas de IA que ofrezcan software avanzado de detección de riesgos. Estos modelos se entrenan cada día con datos nuevos, manteniéndose a la vanguardia de las características relevantes y los casos de fraude confirmados. Esto garantiza que los modelos de aprendizaje automático se adapten a los cambios en el comportamiento financiero de los clientes y a los ataques, así como a los nuevos tipos de fraude, por lo que los bancos no se limitan a controlar los daños a posteriori, sino que pueden detenerlo en el momento.

Si bien el panorama digital ha traído nuevas oportunidades para forjar relaciones entre las personas, también ha creado una corriente subyacente de estafadores depredadores. Estos conquistadores, expertos en la manipulación emocional y explotación financiera, representan una amenaza para la autenticidad de las relaciones modernas. Sin embargo, los bancos, respaldados por soluciones con experiencia en aprendizaje automático, pueden forjar herramientas para contrarrestar estas amenazas. Permitiendo a los bancos liderar la prevención integral contra los estafadores románticos, protegiendo la búsqueda del amor.

Greg Hancell es jefe de producto de Lynx.

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