Claves: la carrera antiobesidad puede evitar algunos atracones, y la recogida de cable financiera de Grifols
La competencia entre las farmacéuticas puede impedir que Novo Nordisk y Eli Lilly se coman todo el pastel
La carrera de las farmaceúticas por el negocio de la obesidad es tan intensa que bien puede hacerles perder peso. Por ahora, Novo Nordisk y Eli Lilly están engordando sus capacidades de producción para hacer frente a la ingente demanda de sus –aparentemente milagrosos, pero de seguro muy caros– fármacos. Pero la competencia de Roche o Pfizer, que no quieren quedarse sin su trozo del pastel, hace prever que la posibilidad de fijar precios altísimos de la que gozan los fabricantes de Ozempic, Wegovy y Mounjaro pueda disiparse a no mucho tardar.
Aún hay muchas dudas sobre el alcance del me...
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La carrera de las farmaceúticas por el negocio de la obesidad es tan intensa que bien puede hacerles perder peso. Por ahora, Novo Nordisk y Eli Lilly están engordando sus capacidades de producción para hacer frente a la ingente demanda de sus –aparentemente milagrosos, pero de seguro muy caros– fármacos. Pero la competencia de Roche o Pfizer, que no quieren quedarse sin su trozo del pastel, hace prever que la posibilidad de fijar precios altísimos de la que gozan los fabricantes de Ozempic, Wegovy y Mounjaro pueda disiparse a no mucho tardar.
Aún hay muchas dudas sobre el alcance del mercado de los medicamentos antiobesidad: aunque pacientes hay muchos, la clave es si los Estados estarán dispuestos a financiarlos. Si bajan de precio gracias a la competencia, aumentará las posibilidades de que los subvencione el erario, pero también habrá que repartir las ganancias entre más. Habrá, pues, alimento para todos, pero menos probabilidad de que algunos se peguen un atracón de beneficios.
Recogida de cable financiera de Grifols con la opa en el horizonte
Año movido en Grifols. En enero, los justicieros –interesados– de Gotham la pusieron en el foco por haber maquillado sus cuentas. Eso desató una crisis de cotización que ahondó en los problemas que ya arrastraba desde la pandemia. La empresa denunció a la firma inversora en un caso que está en los tribunales.
Cansados de la tiranía de los mercados (y, quizá, del escrutinio de sus cuentas), la familia fundadora y el fondo Brookfield estudian una opa de exclusión de la Bolsa. Pero antes de que eso ocurra, la compañía ha provocado otro pequeño terremoto bursátil, quizás uno de los últimos, al reformular sus cuentas.
A Booking le imponen un precio por sus prácticas anticompetitivas: 413 millones
En competencia hay un principio básico: no la infringe quien quiere, sino quien puede. Y Booking puede. La CNMC ha considerado que la empresa de reservas abusa de su posición dominante en el mercado turístico. Se ve que la compañía, a sabiendas de que no salir en su web es prácticamente una condena para los hoteles, les impone precios mínimos para anunciarse por su cuenta (nunca inferiores a los que ponen en la web de reservas) y limita los anuncios que pueden poner en otras agencias de viajes online que ofrecen los mismos servicios. Difícil negarse para los establecimientos. Así, el supervisor le impone una multa récord, de 413 millones, que la empresa ya ha anunciado que recurrirá. Vista la poca fortuna de las resoluciones de competencia en los tribunales, la sanción viene con asterisco.
La frase del día
“Eslovaquia dejará de exportar a Ucrania gasolina y productos derivados del petróleo si Kiev no reanuda el suministro de crudo de la petrolera rusa Lukoil [a la refinería eslovaca Slovnaft] por el oleoducto Druzhba”
Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia
Los robots ayudan con la logística cotidiana, pero no pueden aspirar a hacer compañía
Parece difícil creer que un robot pueda suplir la asistencia de un humano a una persona dependiente: en realidad, el objetivo del proyecto de ayuda domiciliaria de la Comunidad de Madrid con robots no es sustituir la compañía, el afecto, de un ser vivo, sino simplemente que las máquinas recuerden a los usuarios la toma de medicamentos y la importancia de beber agua, y tareas similares.
Es posible que dé una engañosa sensación de cuidado, pero la vida moderna es una continua sucesión de sucedáneos del contacto real, empezando por las redes sociales. Los robots del proyecto en cuestión, al menos, son lo suficientemente distintos a los humanos como para que nadie llegue a conclusiones equivocadas.
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