Claves: el pulso de Meta con Bruselas llega a la IA y hasta los dinosaurios se venden
La compañía dirigida por Mark Zuckerberg no ofrecerá sus nuevos modelos en Europa por su “impredecible entorno regulatorio”.
Meta ha decidido no ofrecer sus nuevos modelos de IA generativa en Europa por, dice, su “impredecible entorno regulatorio”. Dicho en otras palabras: que no le gusta cómo se regula en la Unión Europea. O, quizá, que se regulen ciertas cuestiones. La compañía fundada por Mark Zuckerberg se une así a Apple, que anunció hace un mes que no sacaría en el Viejo Continente alguna de sus funcionalidades. Se ve que al gigante tecnológico estadounidense no le agradan los entornos regulatorios estrictos con la defensa de los ciudadanos, de su privacidad y del libre mercado.
De hecho, sobre la compañía sobrevuela ahora la posibilidad de ser multada por violar la ley al obligar a los usuarios de Facebook e Instagram a pagar por quitar la publicidad. De llegar hasta el final, podría ser condenada a pagar hasta el 10% de su volumen de negocio mundial (20% si reincide), que el año pasado fue de 134.902 millones de dólares. Como para no forzar el pulso. Ya amenazó con irse de la Unión una vez, pero, claro, es difícil abandonar uno de sus mejores mercados.
El imparable declive del teléfono fijo... y de las películas de espías
Hubo un tiempo en España en el que, o se tenía un teléfono fijo en casa –un lujo– o se recurría a las cabinas telefónicas de la calle. Para asegurar, precisamente, que todo el mundo tuviera acceso a la red telefónica pública fija desde cualquier parte del país, se creó el servicio universal de telecomunicaciones. Ahora, el servicio, financiado por todos los operadores con ingresos de más de 100 millones, está en caída libre. Tanto que su coste es cada vez menor. Las cabinas han dejado paso a los teléfonos inteligentes –un calificativo quizá generoso– y son ya una pieza de museo. Si John le Carré levantara cabeza...
El desafío de un jefe militar del siglo XIX al ultra Javier Milei
Dicen que si uno se va 20 días de Argentina, al volver todo ha cambiado; pero si son 20 años, vuelve y todo sigue igual. La última excentricidad del inagotable país es que, ante las medidas del ultra Javier Milei, La Rioja, una pequeña provincia al norte del país sudamericano, ha puesto en circulación una cuasimoneda que sirva como medio de pago alternativo al deprimidísimo peso argentino. Esta pseudodivisa, impulsada por el gobierno provincial peronista, es, en realidad, un bono de cancelación de deuda. Se le llama coloquialmente chacho, en homenaje al caudillo provincial Ángel Vicente ‘Chacho’ Peñaloza (1798-1863), y se usa para el pago de los sueldos de los funcionarios de la región. Circula en paridad con el peso. Con el dólar, depende, porque el peso tiene varios tipos de cambio.
La frase
Nunca aceptaré que los demagogos y los extremistas destruyan nuestro modo de vida europeoUrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
Los dinosaurios, el nuevo activo que triunfa en Wall Street
Los Simpson llevan tantos años en antena, y han parodiado tantas situaciones, que desde hace un tiempo se les atribuye cierto valor profético. Pero hasta ellos se equivocan: en un capítulo de la tercera temporada, Homer, ese problemático padre de familia, se encuentra en su posición habitual, tirado en el sofá viendo la tele, cuando aparece en pantalla el presentador de las noticias al que le ha tocado la lotería. Homer, enfurruñado, dice: “Tendrá todo el dinero del mundo, pero hay algo que nunca podrá comprar: un dinosaurio”. 30 años después de ese capítulo, Kenneth C. Griffin, segundo inversor más rico del mundo, ha roto ese límite a la riqueza. Se ha comprado un estegosaurio –su esqueleto– por 40,8 millones de dólares. Siempre quedará el amor.
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