Claves: otro giro de guion de Sánchez, y el mayor beneficiario de la inflación
El presidente del Gobierno sorprende de nuevo, pero los mercados se mantienen al margen
Como diría Mariano Rajoy, it’s very difficult todo esto. El Gobierno, por ejemplo, está formado por una coalición de izquierdas; pero si se va al detalle, se observa que PNV y Junts, que en teoría apoyan al Ejecutivo, votaron el martes junto a PP y Vox para tumbar la propuesta de Sumar y PSOE de que los sindicatos estén presentes en los consejos de las empresas. Otra paradoja: el anuncio del miércoles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que cancela su agenda pública hasta el lunes para reflexionar si dimite o no, ha conseguido que los medios internacionales lleven a sus titulares que se investiga a su esposa por corrupción, algo que hasta ahora les había pasado desapercibido. La habilidad de Sánchez para cambiar el guion le suele salir bien, como cuando convocó elecciones generales justo tras los comicios municipales y autonómicos. Puede que renuncie, pero también que presente una cuestión de confianza, que convoque elecciones generales, o que simplemente consiga movilizar a sus votantes de cara a las catalanas y europeas. En cualquiera de los casos, es probable que los mercados se mantengan indiferentes, atentos a su propio guion.
Las empresas de ‘riders’ y el espejismo de la rentabilidad
Delivery Hero pone en duda la viabilidad de su filial Glovo por las multas recibidas por contratar a repartidores como autónomos, cuando en la práctica funcionaban como asalariados. Es la incómoda realidad de este modelo de negocio: si se ejerce una competencia leal en la contratación, o bien se suben las tarifas a los consumidores, o bien la empresa pierde (aún más) rentabilidad.
Ya era un sector que se sostenía solo por el espejimos de dominar alguna vez el mercado, mientras acumulaba pérdidas. Desde que las autoridades vigilan sus prácticas laborales, lo tienen aún más oscuro.
El Estado, como la banca, siempre gana, en particular con la inflación
El Estado es como la banca: siempre gana. Suele ser el principal beneficiario de la inflación, por dos vías. Por un lado, porque hace que la deuda descienda en términos reales; por otro, porque los salarios suben en términos nominales (e incluso reales), pero los impuestos suben aún más, porque no se deflactan los tramos del IRPF, por ejemplo. Es decir, no se mueven los listones en proporción a la inflación, para reflejar la nueva realidad financiera de los ciudadanos.
Ocurrió en 2023 en España, Francia, Italia o Grecia. Es algo similar a lo que sucede cuando se sube el salario mínimo, pero no el Iprem, el indicador para las ayudas públicas, en consecuencia. El Estado parte, reparte, e intenta llevarse la mejor parte.
La frase del día
“El régimen de cuotas de vehículos británico es terrible: obliga a los fabricantes a cumplir un objetivo de ventas de eléctricos que crece cada año, que está fijado en el doble de la demanda natural del mercado y fuerza a vender con pérdidas para evitar multas”
Carlos Tavares, CEO de Stellantis
Las cuentas básicas, una opción a la que debería ser más fácil acceder
Igual que las eléctricas no ponen fácil contratar la tarifa regulada de la luz (PVPC), los bancos no informan precisamente con entusiasmo de la existencia de cuentas básicas, tanto gratuitas para los vulnerables, como asequibles para el resto de los usuarios. Para la mayoría de estos, con tener domiciliada la nómina o la pensión, o tener contratada una hipoteca, basta para que les resulte irrelevante tener una cuenta básica o no; pero para algunos, puede suponer unos cuantos euros de ahorro al año. Y puede venir especialmente bien a las personas mayores de los pueblos que quieren tener una cuenta en el único banco con oficinal local. De nuevo, no se trata de pedir milagros a los bancos, sino simplemente un poco más de amabilidad hacia el cliente.
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