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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: el listón de derechos humanos al comprar gas, y el favoritismo de los Gobiernos europeos con las grandes empresas

Qatar aprovecha que a la hora de adquirir energía no se mira tanto si un país es democrático

CINCO DÍAS
El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, reunido con el primer ministro de Qatar, Sheikh Mohammed Bin Abdulrahman Al Thani, en Washington, el 5 de marzo.
El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, reunido con el primer ministro de Qatar, Sheikh Mohammed Bin Abdulrahman Al Thani, en Washington, el 5 de marzo.Kevin Lamarque (REUTERS)

Los debates sobre los derechos humanos suelen restringirse a las competiciones deportivas: que si Nadal representa a Arabia Saudí, que si el Mundial de fútbol se celebra en Qatar... cuando se trata de comprar gas, que es algo realmente básico para la economía y la vida en general, el listón de moralidad se deja por los suelos. Ahora que EE UU ha considerado que no le sale a cuenta seguir invirtiendo en terminales de gas natural licuado, Qatar quiere aprovechar para duplicar su capacidad de exportación de aquí a 2030, centrándose en los mercados europeos y asiático. Eso choca con las previsiones de la propia Agencia Internacional de la Energía, que cree que se alcanzará el techo de demanda antes de que acabe esta década. Teóricamente, Occidente debería de ir enfocándose ya en las energías renovables, e ir renunciando a los combustibles fósiles, incluido el gas. Pero los planes de transición energética ya han dado varias veces marcha atrás, por lo que Doha podría acertar con su estrategia. Quizá en unos años, si el emirato cae en desgracia como cayó Rusia, y, sobre todo, si tiene alternativa, Europa descubra que no es bonito comprar gas a una dictadura.

Nadie da criptos a cuatro pesetas, ni siquiera supuestos pretendientes

Cuando alguien a quien no conocemos de nada nos ofrece una gran rentabilidad en un negocio, cabe preguntarse por qué no se la queda para sí mismo. Los estafadores relacionados con las criptodivisas menudean por internet; a veces incluso pasan semanas o meses fingiendo una relación romántica a distancia para acabar sugiriendo una inversión conjunta. En otros casos, se inventan monedas para que suban de valor rápidamente, y obtener plusvalías. En general, conviene no fiarse de nadie que ofrezca dinero, le veamos la cara o no; y, como dicen en México, amores de lejos, son de pendejos.

Los Gobiernos europeos apoyan a las grandes empresas frente a las pymes

Los Gobiernos europeos, con las honrosas excepciones de Francia y Grecia, están poniendo múltiples palos en las ruedas del reglamento europeo para frenar la morosidad empresarial. Ejecutivos de derechas, pero también de izquierdas, como el español, están apoyando en la práctica que las grandes compañías mantengan su poder de negociación en los plazos de pago, lo que redundará en el debilitamiento de las pymes, en beneficio de las de mayor tamaño. Es verdad que el mercado se autorregula, pero las reglas del juego también acaban decidiendo si hay más o menos competencia. Cierto es que, a nivel europeo, el tamaño de las empresas nacionales es comparativamente menor, por lo que la tendencia natural es a favorecer la concentración, aunque se oponga Margrethe Vestager.

La frase del día

“Mi valoración sobre la relevancia de la [deficiente] memoria del presidente Biden era necesaria, precisa y justa. No le menosprecié injustamente”

Robert Hur, fiscal especial del Departamento de Justicia de EE UU

La ‘dark web’, donde al pedir un favor hay que llamar padrino a la gente

Como bien sabe cualquiera que haya visto El padrino, la mafia tiene una serie de normas muy estrictas, dentro de lo que ellos consideran moral, claro está. Así que no es de extrañar que en la dark web, que es la parte delincuencial de la deep web, que a su vez es la parte oscura de internet, tengan su propio código, su propio sistema judicial, y tengan sus propios límites, como no atacar hospitales.

Es un mundo peligroso, en cualquier caso, y en apariencia fácilmente accesible, pero en la práctica ocurre como en el mundo real, que los que se mueven ahí exigen pruebas de confianza. Y, por supuesto, conviene, a la hora de pedirles favores, llamarles padrinos, o lo que toque en cada momento.

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