Las claves: el dulce pastel de bodas de Orange y MásMóvil y las verdades liquidas de Bruselas
La CE aprueba finalmente la fusión, a pesar de la tendencia de los burócratas europeos a hacer más difícil lo difícil y más lento lo lento
No hay mal que cien años dure ni fusión que Bruselas pueda tramitar eternamente, aun a pesar de la conocida tendencia de los burócratas europeos a hacer más difícil lo difícil y más lento, lo lento. Que se lo digan si no a Orange y a MásMóvil, que tras tramitar dificultosamente los papeles necesarios para culminar su matrimonio han obtenido lo que querían, aunque matizado con las condiciones preceptivas de la Comisión Europea. Bruselas ha dado luz verde a la integración de las dos telecos a cambio de que se comprometan a ceder parte de su negocio a la operadora rival Digi. No es una sorpresa y entra dentro de las prerrogativas de la CE imponer remedies a las fusiones y adquisiciones; de hecho la decisión parte de la propuesta que plantearon Orange y MásMovil, con el beneplácito de Digi, que se lleva un suculento trozo de pastel. Pese a los peros, Bruselas ha recordado que la nueva compañía se convertirá en la primera empresa española “por número de clientes”, lo que supone que su temor casi atávico (y excesivo, a ojos de muchos) a la reducción de la competencia ha sido vencido por los argumentos de ambas telecos.
La némesis de Grifols vuelve al ataque con siete preguntas
Parece claro que Gotham City quiere convertirse en la némesis de Grifols, sea cual sea el resultado final de sus pesquisas y sus acusaciones. El fondo bajista ha arremetido otra vez contra el grupo español de hemoderivados con una batería de siete preguntas en la que vuelve a cuestionar sus vínculos con la sociedad Scranton Enterprises, ligada a la familia fundadora de la compañía.
El mercado respondió ayer con un castigo al valor, que cayó un 0,36%, mientras Grifols niega las acusaciones, se reafirma en su postura y recuerda, vía CNMV, que hay un proceso judicial abierto. El resultado juzgará a Grifols, sí, ...y también a Gotham.
Cuando Luca De Meo habla del coche eléctrico...todo el mundo entiende
En un mundo en el que las empresas cantan a coro consignas capaces de saturar al santo Job –desde responsabilidad social a sostenibilidad– escuchar a Luca de Meo resulta, cuanto menos, inteligible. Otra cosa es que la música del discurso sea más o menos fácil de digerir. El CEO de Renault ha reconocido que el coche eléctrico es, a día de hoy, un capricho para bolsillos saneados, pero en lugar de hacer autocrítica respecto a la parte del precio que podrían ajustar empresas como la suya, ha optado por recomendar resignación y defender que la transición al coche verde, de momento, “la tiene que pagar la gente con pasta”. El problema no está tanto en que eso sea o no verdad como en que las marcas chinas no practican el mismo credo...y respiran en la nuca de De Meo y los suyos.
La frase del día
“La agricultura atraviesa su mayor cambio en una generación y, al hacerlo, este Gobierno estará del lado de los agricultores”.
Rishi Sunak, primer ministro británico
Las verdades líquidas (o hasta gaseosas) de la Comisión Europea
Desde que la Comisión Europea comenzó a enredar la madeja con la taxonomía verde y acabó explicándonos que la energía nuclear, tantos años demonizada, era ahora sostenible, más de uno mira con suspicacia las verdades líquidas de Bruselas. Ahora le ha tocado, y no es la primera vez, a los paraísos fiscales, cuya lista negra parece, desde hace años, haber bebido de aquella botella de Alicia que tenía un cartel con la palabra “bébeme” y hacía empequeñecer a pasos agigantados. La última actualización ha eliminado del listado a Bahamas, Belice, Seychelles y las Islas Turcas y Caicos. Se supone, eso sí, que porque todas ellas se han comprometido a hacer los deberes que les manda Bruselas.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días
