La silenciosa colonización china y la preocupante arterioesclerosis del Ibex
Los coches eléctricos chinos, más baratos gracias a sus bajos costes de fabricación y a las generosas ayudas estatales del país, copan ya el 52% de las matriculaciones mundiales
Europa comienza a abrir los ojos frente a la presión silenciosa de la colonización comercial china, aparentemente inmune a cualquier tipo de barrera proteccionista (también hay que decir que, de momento, no hay muchas). Mientras la insumergible diplomacia de Pekín continúa repitiendo machaconamente que la UE y China no son competidores comerciales, “sino socios”, las cifras revelan que en algunos sectores, como el de los ...
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Europa comienza a abrir los ojos frente a la presión silenciosa de la colonización comercial china, aparentemente inmune a cualquier tipo de barrera proteccionista (también hay que decir que, de momento, no hay muchas). Mientras la insumergible diplomacia de Pekín continúa repitiendo machaconamente que la UE y China no son competidores comerciales, “sino socios”, las cifras revelan que en algunos sectores, como el de los coches eléctricos, la identidad del socio mayoritario no admite dudas. Europa acoge ya el 41% de las exportaciones chinas de vehículos enchufables, un porcentaje contundente, pero que lo es todavía más si se tiene en cuenta que en 2019 era 20 puntos más bajo. Los vehículos eléctricos chinos, más baratos gracias a sus bajos costes de fabricación y a las generosas ayudas estatales del país, copan ya el 52% de las matriculaciones mundiales, seguidas a una gran distancia por los fabricantes europeos y los estadounidenses. El círculo de dominio chino se cierra con la férrea supremacía que ejerce el país en la fabricación de baterías y en el control de las materias primas. Es hora de que Europa despierte y afile las uñas... si es que todavía está a tiempo.
Airbnb, los hoteles o qué hacer cuando David crece y se convierte en Goliat
Los hoteleros de todo el mundo están preocupados por el crecimiento desorbitado de los pisos turísticos. Razones no les faltan, a la vista de las cifras. Airbnb, por ejemplo, tiene ya el doble de camas en Europa que las diez mayores hoteleras del continente juntas, gracias a una aventura empresarial que comenzó en 2008 en San Francisco y hoy se extiende por 190 países. Los hoteles, que comenzaron siendo Goliat, reivindican ahora su condición de David y piden que se establezcan límites a la expansión de los pisos turísticos. Tienen sus argumentos, pero a estas alturas parece difícil ponerle muchas puertas al campo.
A la hora de regular la inteligencia artificial, quizá la lentitud sea virtud
A los legisladores europeos se les critica, con bastante razón, por la lentitud paquidérmica con la que abordan las nuevas realidades económicas. Es verdad que poner de acuerdo a un club de varios miembros no es fácil, pero a menudo la UE parece querer convencernos de que la lentitud es virtud. En el caso de la inteligencia artificial, sin embargo, ha decidido apurarse y promulgar la primera ley del mundo sobre esta cuestión. El primer intento, que ha consumido 18 horas de negociación, se ha limitado al cierre de un pacto sobre las normas que se aplicarán a los modelos de sistemas como ChatGPT, y a darse más tiempo. Parece una sabia decisión (la del tiempo), porque si hay algo que conviene regular con pies de plomo es la IA, cuyo potencial asusta incluso a muchos de sus paladines.
La frase del día
Es necesario reequilibrar la relación económica con China. Nuestra relación a nivel comercial es muy importante, pero vemos que no está equilibrada. Es insostenible.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comsión Europea
La preocupante arterioesclerosis de la composición del Ibex 35
La Bolsa española se acerca a fin de año con muchas posibilidades de cerrar su mejor ejercicio desde 2013, año en que se revalorizó un 21%. Las alegrías de ese rally contrastan con la arterioesclerosis que parece aquejar a la composición del selectivo. A salvo de un cambio de última hora, este será el primer año en el que el Ibex 35 no la modifique desde 1992, año de su creación. Los aspirantes a entrar no cumplen los requisitos exigidos, y además son muy pocos. La persistente sequía en las salidas a Bolsa se debe a un conjunto de factores que incluyen las exigencias de información, la incertidumbre económica y las alternativas de financiación de los gigantes de capital riesgo rebosantes de liquidez. Un entorno menos exigente al de un debut bursátil que, como todo estreno, tiene sus riesgos.
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