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Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un abnegado pupilo de Ma para devolver Alibaba a sus orígenes

Con fama de apagafuegos, se pone al frente del gigante chino con la idea de concentrar de nuevo el negocio en el comercio electrónico

Eddie Wu, CEO de Alibaba
Eddie Wu, CEO de Alibaba.

Un gólem que camina a buen paso pero sin un rumbo bien definido. Muchos de quienes siguen desde hace años la trayectoria de Alibaba definen así los últimos tiempos de un transatlántico de más de 200.000 millones de euros de capitalización bursátil. Se trata de una de las más lustrosas joyas de la corona de la economía china, un gigante que ya está muy despierto.

Y eso que, al menos desde fuera, los números avalan la gestión de Daniel Zhang, el hombre que tomó hace un par de años el testigo del carismático Jack Ma, el principal de los 18 emprendedores chinos que se apuntan el tanto de la creación de Alibaba. En el ejercicio fiscal 2022-23, la empresa ganó más de 9.500 millones de euros, un 17% más que el año anterior. Lo logró tras aumentar un 2% la facturación, para elevarla casi a los 115.000 millones de euros.

Sin embargo, con todo y con eso, algo no termina de ir bien en Alibaba, cuyo liderazgo ha cambiado de manos esta semana. Zhang, presidente ejecutivo tras la salida de Ma, ha cedido el testigo a Joseph C. Tsai (Taiwán, 1964) como presidente y a Eddie Yongmang Wu (China, 1975) como consejero delegado. En principio, está previsto que el primero ejerza labores más representativas, mientras que el segundo estará más en el día a día de la empresa.

Casado y al menos con una hija, Wu es extraordinariamente discreto y trabajador, un hombre consagrado por completo a Alibaba, a pesar de ser dueño de una fortuna estimada por Forbes en más de 1.000 millones de euros. Son adjetivos que también acompañaron en su día a Zhang, del que incluso circulaban historias que hablaban de familias que, al visitar el edificio de Alibaba, lo confundían con el conserje. Sin embargo, en el caso de Wu concurre un elemento más: cree sin reservas en la doctrina de Jack Ma.

“Cuando Ma me hablaba de negocios y de su visión, me parecía ingenioso e inspirador”, reconoció el propio Wu sobre el fundador de Alibaba en una entrevista concedida a la Universidad Tsinghua. Tras licenciarse en Ingeniería Informática en la Universidad de Zhejiang, Wu conoció a Ma a finales de los noventa, cuando este se embarcó en la creación de China Pages. Pronto se volvieron inseparables: donde iba uno, iba el otro.

Sin ir más lejos, cuando Ma se marchó de China Pages, Wu se fue con él a Pekín para montar la web del Ministerio de Comercio. Por supuesto, Wu estuvo también entre los 18 escogidos que, casi hacinados en un apartamento de Ma, dieron vida a Alibaba en 1999. Finalmente, recibió la gran oportunidad de demostrar su valía cuando Ma le encargó la creación de Alimama, el motor publicitario que debía sustentar económicamente buena parte del proyecto. Wu no fallaría a su mentor: casi dos décadas después, Alimama sigue siendo parte fundamental del negocio del gigante.

Según relatan antiguos trabajadores de Alibaba al Financial Times, el éxito cosechado por Alimama le valió a Wu para recibir el sobrenombre de Mama Wu. Este aludía no solo al éxito cosechado con aquel proyecto, sino también a su condición de protector y protegido. Como hombre de la máxima confianza de Ma, Wu era capaz de conseguir del jefe casi cualquier recurso. Si algo faltaba, Mama Wu se encargaría de ello para cuidar de todos.

Con los años, creció Alibaba, pero también crecieron los recelos del Partido Comunista Chino hacia el poder que estaba acumulando Jack Ma. Para evitar males mayores, este empezó a dar pasos al costado en 2015, cuando Zhang entró ya como consejero delegado. Casualmente, fue justo entonces cuando Wu se empezó a desligar también de Alibaba para gestionar, entre otros proyectos, el fondo de capital riesgo Vision Plus Capital. Ahora, Wu vuelve a casa para recordarle a la amnésica Alibaba su identidad.

“Alibaba ha ido cambiando de estrategia sin lograr nada sustancial. Los principales problemas radican en la gestión. Desde Jack Ma no ha habido ningún gran líder”, resumía hace unos días un directivo de Alibaba en el Financial Times los últimos movimientos de una empresa que, como un niño inquieto, parece no tener muy claro a qué se tiene que dedicar.

Es razonable. Aunque habitualmente se define a Alibaba simplemente como una empresa dedicada al comercio electrónico, conviene recordar que la compañía en realidad es un conglomerado con 18 sedes subsidiarias y más de medio centenar de filiales. Alibaba, de hecho, ha alcanzado tales dimensiones que, para no incumplir las leyes chinas antimonopolio, va a dividir su negocio en seis grupos que cotizarán en Bolsa por separado.

En este contexto, Jack Ma, que volvió en marzo a China tras un tiempo en el extranjero, siempre ha defendido que Alibaba debe retornar a los orígenes, al cliente convencional que recurre al comercio electrónico. Esto es clave para entender el nombramiento de Eddie Wu, pues muchos ven detrás la mano del mismísimo primer fundador de Alibaba.


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