La madriguera de las criptos y la responsabilidad de los errores
Las monedas virtuales vuelven a los márgenes del sistema
Las grandes empresas de criptomonedas siguen perdiendo el favor de las instituciones reguladoras y de las compañías tradicionales. Visa ha bloqueado la emisión de tarjetas de débito en Europa en colaboración con el gigante Binance, la casa de cambio de criptos que está en el punto de mira de los vigilantes del mercado, escarmentados de escándalos como el de FTX. Mastercard ha hecho lo propio en otros continentes.
Las monedas digitales van volviendo así a sus orígenes en los márgenes de las finanzas, como enseñas de la lucha contra el sistema y a favor de la descentralización. A cambio, la atomización de activos digitales va perdiendo también fuelle, de modo que solo unos pocos, el bitcóin entre ellos, concentren el interés de los que desconfían de las monedas fiduciarias y del control de los bancos centrales. Con todo, los bancos seguirán ofreciendo herramientas para usar criptos, y los grandes inversores seguirán manteniendo posiciones de cartera, por si hubiera un giro inesperado de los acontecimientos.
La CNMC desvestirá a un santo para vestir a otro y seguir funcionando
Una decisión discutida por parte del Gobierno en funciones, y el desgraciado fallecimiento de uno de los consejeros, han generado un vacío de poder en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un organismo clave para el buen funcionamiento de la actividad en España.
Se va a resolver de forma precaria, desvistiendo a un santo, la sala de Competencia, para vestir a otro, la de Regulación, que es la que ahora tiene falta de quórum. Así podrán seguir funcionando ambas. Una solución imaginativa para una entidad más frágil de lo que su autoridad aparenta.
Para responsabilizarse de un error, hay que ser consciente de que lo es
Cuando se comete un error, es mejor responsabilizarse en vez de huir hacia adelante. Para eso, claro, hay que ser consciente de que uno se ha equivocado; porque a veces piensa que ha hecho lo correcto, aunque el sentido común y el resto del mundo digan lo contrario. Y es lo que algunos accionistas de EiDF creen que ha pasado con su fundador, Fernando Romero, cuya falta de transparencia puede haber castigado en exceso la cotización. También se sienten algo insatisfechos con la gestión de la CNMV, que ha permitido que vuelva a cotizar sin que las explicaciones hayan sido claras. El problema, creen, se solucionaría con la renuncia de Romero, pero primero este tendrá que admitir que podría haber estado más acertado.
Cepyme hace reinvidicaciones razonables, y también cae en contradicciones
Vuelve a reclamar Cepyme reivindicaciones clásicas de la empresa española: menos regulación, por ejemplo. También critica que las subidas del salario mínimo interprofesional no han tenido en cuenta la diferencia de economías entre las regiones más ricas y las más pobres.
Son estos dos argumentos razonables, aunque se contradice algo Cepyme cuando apuesta por aumentar el tamaño medio de la empresa española, para igualarlo a la media europea, al tiempo que pide que se rebajen los impuestos y las cotizaciones, que afectan más a las pymes. Precisamente, al endurecer las condiciones en general, se fomenta la concentración empresarial, para crear corporaciones más capaces de afrontar las exigencias del Estado.
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