El aplauso que busca EE UU, la superconducción de los mercados y la derrota de Sabina

Washington quiere fijar las reglas del juego y encima gustar al público

La secretaria del Tesoro de EE UU, Janet Yellen.Kevin Dietsch (Getty Images)

Estados Unidos quiere que, además de ser dueño del balón (el dólar) y de fijar las reglas del juego (sus vetos comerciales, que arrastran a otros países), el público aplauda todas sus jugadas. Por eso lleva muy mal que una agencia de calificación como Fitch haya rebajado el rating de la deuda de EE UU a AA+, un punto por debajo del máximo. La razón básica es el creciente endeudamiento del país, común a otros países desarrollados, pero que la primera potencia mundial está acostumbrada a vivir sin las repercusiones negativas en los mercados que sí acechan a soberanos más modestos. Poseer el prin...

Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte


Estados Unidos quiere que, además de ser dueño del balón (el dólar) y de fijar las reglas del juego (sus vetos comerciales, que arrastran a otros países), el público aplauda todas sus jugadas. Por eso lleva muy mal que una agencia de calificación como Fitch haya rebajado el rating de la deuda de EE UU a AA+, un punto por debajo del máximo. La razón básica es el creciente endeudamiento del país, común a otros países desarrollados, pero que la primera potencia mundial está acostumbrada a vivir sin las repercusiones negativas en los mercados que sí acechan a soberanos más modestos. Poseer el principal ejército del mundo es la garantía última de sus bonos: no es de prever que sus acreedores se vayan a poner demasiado exigentes, en caso de un (muy improbable) default. Pero Fitch, que es estadounidense pero no ciega, observa con preocupación la permisividad fiscal al alza de los legisladores demócratas y republicanos. Aun así, EE UU puede tomárselo con calma: en un entorno difícil en general para los mercados, las alternativas a los activos estadounidenses no ofrecen garantías mucho mayores, por lo que la gente seguirá refugiándose en lo conocido.

Es difícil atreverse a entrar en Turquía, pero aún es más difícil marcharse

La confianza a medio y largo plazo de BBVA en Turquía a través de su filial Garanti establece un paralelismo con la presencia del país euroasiático en la OTAN, y con sus relaciones con Occidente en general: son incómodas, pero convenientes.

La reciente reelección del incombustible Tayyip Erdogan como presidente augura aún más heterodoxia financiera, que complica la contabilidad del negocio turco del banco español. Pero su enorme tamaño y su crucial posición política y geográfica en el mundo lo convierten en un enclave en el que resulta difícil atreverse a entrar, pero aún es más difícil marcharse.

Los mercados, un medio superconductor para la fiebre por la IA y los chips

Si a finales del año pasado fue un laboratorio de Estados Unidos el que anunció un supuesto gran avance en fusión nuclear (del que no se ha vuelto a hablar, quizás porque su aplicación práctica es mínima o muy a futuro), ahora han sido científicos coreanos y chinos los que han presentado un material presuntamente superconductor, LK-99, que ha disparado las cotizaciones de varias empresas asiáticas. Mientras, la estadounidense AMD se prepara para competir en chips para inteligencia artificial con Nvidia. La escasez de apuestas de inversión atractivas es un caldo de cultivo ideal para que la fiebre por cualquier pequeño descubrimiento se conduzca a toda velocidad a través de los mercados, a temperatura y presión ambientales.

La frase del día

El estado de nuestras relaciones diplomáticas con Ucrania no es el mejor [después de que Varsovia cuestionara la falta de gratitud de Kiev hacia la ayuda de los aliados]

Pawel Jablosnki, viceministro de Exteriores polaco

Hacienda derrota a Sabina en su campaña contra las fórmulas fiscales ingeniosas

El talento de Joaquín Sabina para las letras se deja entrever en los nombres de las tres sociedades que utilizó para reducir su factura fiscal allá por los felices años 2000, cuando el cantautor estaba en la cresta de la ola de las canciones y los conciertos. Ultramarinos Finos, Relatores y El Pan De Mis Niñas se llaman las compañías a las que cedió sus derechos de autor para pagar menos IRPF, algo que el Tribunal Supremo ha considerado ahora irregular, como reclamaba Hacienda, que también persiguió denodadamente a artistas y deportistas que usaron fórmulas imaginativas para ahorrarse unos euros. Aunque otros sí que han conseguido derrotar al fisco, Sabina, como te digo una co, te digo la o, se queda sin los 2,5 millones en discusión.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Más información

Archivado En