La ingeniería española no es profeta en su tierra, y las ‘nueces’ del G-20 sobre las cripto

Las empresas del sector quejan del espacio cada vez mayor que ocupa la ingeniería pública y el precio, y recuerdan que lo barato sale caro, también en las infraestructuras

/ Unplash

Nadie es profeta en su tierra, que se lo digan si no a las empresas de ingeniería españolas, cuyo negocio crece y prospera fuera de España, en todos los ámbitos y especialidades del ramo, pero arrastra problemas en el negocio local que están lastrando su futuro y su capacidad para atraer mano de obra. Las ingenierías españolas, buena parte de ellas agrupadas en la patronal Tecniberia, se quejan del espacio cada vez m...

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Nadie es profeta en su tierra, que se lo digan si no a las empresas de ingeniería españolas, cuyo negocio crece y prospera fuera de España, en todos los ámbitos y especialidades del ramo, pero arrastra problemas en el negocio local que están lastrando su futuro y su capacidad para atraer mano de obra. Las ingenierías españolas, buena parte de ellas agrupadas en la patronal Tecniberia, se quejan del espacio cada vez mayor que ocupa la ingeniería pública, a quien se le adjudican una considerable porción del pastel de los proyectos en liza que ha crecido todavía más con la adjudicación de los fondos europeos. L0s 70 nombres que acumula hoy la patronal –que en el pasado llegó a juntar 300– reclaman que se revisen los contratos con la Administración y que se de más importancia a la oferta técnica que a la económica. Las ingenierías advierten, bajo el viejo adagio de que lo barato sale caro, del sobrecoste que traen consigo las obras de ingeniería que ajustan precios y suman después revisiones por mantenimiento más allá de lo previsto. Parece una reivindicación razonable, pero será cada vez menos fácil de defender en unas economías endeudadas hasta la médula, y mucho más allá.

Cuando los ricos chinos estornudan, el mundo del lujo se resfría

El arsenal de los tópicos agota sus existencias cuando describe la realidad china. “Cuando China estornunda, el mundo se resfría”, se lee y se escucha una y otra vez cuando se analiza la economía del país asiático. Pero, como todo tópico, tiene algo de razón, como pudo comprobarse ayer con la reacción de los mercados hacia el sector del lujo tras los malos resultados económicos publicados por Pekín, cuyo crecimiento se está desacelerando. Los ricos chinos que viajan al exterior, y la pujante clase acomodadada que crece en el país se han convertido en un eje fundamental de la demanda de bienes de lujo y consumo. Si ellos estornudan, el lujo se resfría.

Las sensatas ‘nueces’ del G-20 sobre cómo hay que lidiar con el universo cripto

El G20 se ha sumado a la larga lista de advertencias, recomendaciones y críticas emitidas sobre el universo cripto y los enormes riesgos que encierra. Crisis como las relacionadas con las criptodivisas Terra y Luna, el fraude masivo de la plataforma de negociación FTX o la caída de bancos regionales estadounidenses con estrechos vínculos con los criptoactivos han despejado las dudas sobre el potencial desestabilizador de estos activos, especialmente para pequeños inversores, pero también como amenazas sistémicas. El G20, cuyas resoluciones no tienen fuerza ejecutiva y son más bien un puñado de nueces enveltas en mucho ruido, ha tenido el acierto de resumir muy brevemente el camino a seguir: “misma actividad, mismo riesgo, misma regulación”. Ahora solo queda aplicarlo.

La frase del día

“Los europeos no han prestado suficiente atención a los latinoamericanos. Y ahora tenemos que reaccionar y tener en cuenta el nuevo escenario geopolítico, con la emergencia de China y el nuevo papel de Rusia”.

Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior

Bruselas apuesta por la letra con sangre entra... pero las ‘big tech’ hacen oídos sordos

Si uno se molesta en echar un vistazo al expediente antimonopolio europeo de algunas de las más conocidas big tech saca una de estas dos conclusiones: o Bruselas está obsesionada con ellas o ellas hacen oídos sordos a la legislación europea. Una nueva investigación de Bruselas sobre Microsoft permitirá analizar una vez más una cuestión que no es nueva. La CE acusa al gigante de Redmon por vincular su producto de videollamadas Teams a su Office. La ventaja de Microsoft es que sus abogados están más que entrenados para defender su causa: la anterior estocada de Bruselas, que terminó con una multa de 561 millones, se produjo cuando la compañía fundada por Bill Gates utilizó Windows para imponer su navegador Internet Explorer y pulverizar a la competencia. Nihil novum sub sole.


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