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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La alianza entre el sector asegurador tradicional y el ‘insurtech’

La colaboración entre ambos modelos permitirá seguir avanzando en la digitalización del sector

Insurtech, la alianza entre aseguradoras y tecnologías
Insurtech, la alianza entre aseguradoras y tecnologíasGETTY IMAGES

Adecuar la realidad regulatoria del sector asegurador a una sociedad digital en constante cambio, para que pueda mejorar sus servicios, al tiempo que proteger los intereses de sus clientes y consumidores, es una de las claves para la adaptación del sector a los tiempos en los que vivimos. Por eso resulta fundamental atender a las necesidades que expresan todos los usuarios, pero también a los riesgos que las nuevas realidades que vivimos incorporan a su gestión. De ahí que el diálogo permanente entre la industria, los consumidores y los reguladores y supervisores resulte esencial para desarrollar un marco de actuación que sea exigente en la protección del cliente, pero que, manteniendo esa exigencia, ayude a las entidades a diseñar mejores ofertas y servicios, atendiendo además a modelos de negocio que surgen como respuesta a esas nuevas realidades, como las economías de suscripción, las opciones de movilidad personal o compartidas, las plataformas de servicios, y que cuentan con una base tecnológica en la que los usuarios interactúan.

La globalización de la sociedad y factores externos de carácter político, económico, social, ambiental y tecnológico, empujan al sector asegurador, así como al conjunto de la industria financiera, a trabajar para crear un entorno en el que los consumidores y usuarios se desenvuelvan de forma segura. Además, los avances tecnológicos permiten mejoras en este sentido, por lo que la regulación, tan necesaria en este entorno esencial para la vida de todos, debe trabajar para su correcta actualización, sin perder de vista los riesgos que puedan derivarse para la sociedad en su conjunto y para cada consumidor en particular. En este escenario, el sector asegurador refuerza su valor y se posiciona en un entorno de volatilidad y de inseguridad que exige crear nuevas formas de diseñar seguros y crear coberturas para proteger a las personas.

Los cambios que el desarrollo digital ha propiciado en los modelos de negocio asegurador tradicionales deben ser analizados, junto con el marco normativo aplicable a las entidades que forman parte de una industria muy regulada, donde cualquier iniciativa innovadora se ve irremediablemente supeditada al cumplimiento de los requisitos y restricciones legales vigentes. A estos efectos, cabe destacar los esfuerzos que están dirigiendo en los últimos años las autoridades regulatorias para revisar la normativa vigente y crear directrices adaptadas a esas nuevas realidades. No obstante, resulta imprescindible ir un paso más allá, en aras de alcanzar una completa adaptación de las normativas que aplican a la actividad aseguradora y, de esta forma, conseguir racionalizar la carga regulatoria para las empresas y profesionales del seguro. Al final, se trata de actualizar algunos parámetros que en su día se establecieron en base a realidades sociales, económicas y tecnológicas bien distintas.

En este escenario, existen una serie de propuestas de modificaciones normativas que la industria ya está reclamando, como mejor vía para alcanzar el progreso, la innovación y el impulso de sinergias entre los operadores aseguradores tradicionales y las insurtech. Por un lado, trabajar para agilizar los procesos de regulación y de adaptación a los modelos digitales, atendiendo además a nuevas necesidades como los riesgos emergentes, climáticos, pandemias… Además, resulta fundamental flexibilizar y aplicar con proporcionalidad la normativa en materia de ordenación, supervisión y solvencia, con el objetivo de regular la actividad y el acceso a la misma desde un enfoque basado en el riesgo, adaptando determinadas exigencias de la normativa vigente. Por otro lado, conviene adaptar también la normativa en materia de distribución y la comercialización a distancia, para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos y la entrada de nuevos sujetos emprendedores que contribuyan a la digitalización e innovación del seguro; así como una necesaria actualización de la Ley de Contrato de Seguro para adecuarla a las nuevas tecnologías y a las necesidades y hábitos de los consumidores, permitiendo que los productos de seguro se transformen digitalmente y se ajusten a una sociedad que cambia constantemente.

Por otra parte, estamos ante una buena oportunidad de reformular el sandbox financiero, el espacio para probar proyectos disruptivos, también dentro del sector asegurador, que lleva tres años funcionando con notable éxito, gracias a proyectos innovadores, en muchas ocasiones fruto de la alianza entre entidades tradicionales y nuevos operadores insurtech, y también al esfuerzo de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Para mejorar su trazabilidad, el sandbox requiere de una serie de mejoras como la eliminación del sistema de cohortes, su empleo como un verdadero espacio de prueba de la multiplicidad de barreras y retos regulatorios que la industria encuentra para digitalizarse, aplicar una cierta flexibilización en los requisitos para el acceso a las pruebas, al objeto de que el nivel de exigencia no se equipare a aquel fuera del entorno de pruebas del sandbox, así como una asignación presupuestaria y de medios técnicos y humanos suficientes y óptimos para la mejora de su funcionamiento y la reducción de los tiempos de los distintos expedientes. Además, la experiencia del sandbox debería materializarse en propuestas normativas concretas para adaptar el marco regulatorio al proceso de transformación digital.

En este proceso de transformación, una excelente receta para impulsar la innovación del sector asegurador es la de fomentar la estrecha colaboración entre las entidades aseguradoras y reaseguradoras, que cuentan con la experiencia y el conocimiento del mercado, y los nuevos operadores digitales, cuya fortaleza reside en la especialización e innovación, fruto de una gran competencia, y que han nacido con la tecnología en su ADN. Esta fructífera alianza permitirá seguir avanzando en la digitalización de la industria aseguradora, situando siempre al cliente de seguros en un papel central.

Pilar Andrade es vocal de la Junta Directiva de la AEFI/ Lázaro Cuesta es responsable de Asesoría Jurídica, Proyectos Normativos e Internacional de Unespa.

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