Las rebajas de PP y Vox y los robots abogados
La derecha hace campaña concretando su polémica promesa de recortes fiscales
La precampaña electoral para el 23J empezó el mismo día de la convocatoria, y continúa en forma de pactos de gobierno en ciudades y regiones como la Comunidad Valenciana, donde PP y Vox han pactado eliminar, bonificar o reducir todos los impuestos que puedan, es decir, los que sean de competencia autonómica. Es exactamente lo que habían prometido, así que no hay sorpresas. A priori, estas rebajas fiscales reducen los ingresos de cada autonomía, que se pretenden compensar con la llegada de grandes fortunas atraídas por la generosa fiscalidad, y sobre todo de su IRPF.
No está claro hasta qué punto estas medidas tributarias, que generan intensas polémicas políticas, influyen en la decisión del votante medio, o si en general le dejan un poco indiferente, porque tampoco ven muy evidentes las consecuencias a medio plazo. Más peso suelen tener efectos tangibles en el bolsillo de todos, como la inflación, en particular la alimentaria, y que sigue haciendo mella pese a medidas como la rebaja temporal del IVA (cuyo impacto tampoco se ha notado demasiado, absorbido por las continuadas subidas de los precios).
Para pedir ayudas públicas es inevitable sufrir la burocracia del sistema
Pedir ayudas públicas suele ser un incordio burocrático para sus potenciales solicitantes. Eso, dando por hecho que se hayan enterado de que existen. El ingreso mínimo vital, por ejemplo, solo está llegando a un tercio de las familias que tienen derecho a él, según la Airef (el Gobierno no está de acuerdo con las cifras, aunque tampoco las detalla).
El problema es general con las ayudas públicas, señala el organismo, que recomienda, con acierto, automatizar en lo posible el sistema. El obstáculo es que para ello los posibles beneficiarios tendrían que declarar la renta: es decir, que ni contigo ni sin ti / tienen mis males remedio.
¿Podrán ser los robots buenos abogados, o simples leguleyos?
La propia Alphabet, una de las adalides de la inteligencia artificial, ha ordenado a sus empleados que no introduzcan datos confidenciales en estas herramientas, así que los abogados y juristas en general deben tener aún más cuidado para no compartir cierta información. Es uno de los aspectos que se están debatiendo en el sector en torno a ChatGPT y compañía: ya hay programas que permiten predecir el fallo de un juez según la jurisprudencia. No es nada que un abogado experimentado o trabajador no pueda saber por sí mismo, pero cabe preguntarse si la entrada de los robots provocará recortes de personal en los despachos. Al menos, estaría bien que, de alguna forma, sirviera a los empleados de la Administración para reducir el atasco en los juzgados.
La frase del día
“A falta de apoyo financiero, que los países ricos dieran recetas a los países en desarrollo sobre la transición energética no sería ni productivo ni justo”
Fatih Birol, jefe de la agencia internacional de la energía
Los objetos perdidos se subastan... con historia incorporada
Los aeropuertos son lugares propicios para perder cosas. Las despedidas, los reencuentros, las prisas por hacer transbordos, y sobre todo la incapacidad material para volver al lugar del crimen para recuperar lo extraviado. La mitad de los objetos que se pierden en Madrid lo hacen en el Aeropuerto de Barajas (otro 21%, en el metro). Ayer el Ayuntamiento de la capital abrió una subasta online con 2.000 piezas, entre ellas muchos aparatos electrónicos como auriculares o videoconsolas, así como joyas, o incluso un reloj de 600 euros. Quizás algunos de sus dueños se desprendieron de ellos a propósito, en un arrebato, para dejar atrás el significado sentimental que traían consigo. Los compradores se llevarán el artículo, pero también su historia.
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