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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Ha ganado la liquidez a la inflación y los altos tipos de interés?

Existe un runrún en el mercado que apunta a a una recuperación en el sector de las fusiones y adquisiciones

cERDITO HUCHA AHORRO
Agencia Getty (Getty Images)

Es evidente que el sector de fusiones y adquisiciones está de vuelta, los nubarrones que no dejaban ver la luz se van despejando, incluso antes de lo esperado, cabría decir. No obstante, más vale ser cautos y no dejarse inundar por la sensación de esperanza, pues quizá solo sea un espejismo y lo peor esté aún por venir, esa es la gran incógnita.

A comienzos de año todos esperábamos una sequía mucho más duradera. El mercado transaccional español registró en el primer cuatrimestre de 2023 un total de 781 transacciones, con un importe de 20.644 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 22% en las operaciones y del 28% en el capital movilizado, según el informe mensual de TTR Data.

La amenaza de una ola de reestructuraciones que perjudicaría tanto a la economía como a la mora de las entidades financieras durante un buen tiempo y el susto de las recientes caídas de entidades financieras en Estados y Europa recordaban a una situación bastante reciente que nos devuelve a un círculo vicioso que habría que gestionar de nuevo.

Sin embargo, los nubarrones no solo han empezado a despejarse en España, ni siquiera Europa, es algo generalizado a nivel global. Un espejismo que cada vez parece más real y aumenta las esperanzas, pues cuando algo ocurre a tan gran escala debe existir un motivo claro. Una razón de peso para consolidar una tendencia que despierte de nuevo las ganas de los stakeholders por generar nuevos acuerdos y cerrar nuevos tratos.

Pero ¿cuál es el motivo de este cambio de rumbo? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero sí que existe un runrún por el mercado que todo el mundo comenta por lo bajito, cautelosamente, para no asustar a nadie y continuar con una tendencia beneficiosa para todos. La parada del flujo de capital es siempre una mala noticia para el sector, pero, a pesar de que los tipos de interés estén altos, todo apunta a que comience una estabilidad, creando una perspectiva positiva.

A lo mejor, al final hay que dar hasta las gracias a la caída de ciertas entidades financieras que generaron el pánico en el sector y ayudaron a la contención en la subida de tipos. Mis más sinceras disculpas a bonistas y accionistas de estas entidades. No quiero decir que sea nada positivo, la caía de una entidad es siempre un drama y genera grandes daños colaterales, lo sabemos por experiencia propia y nos preocupa que esto no vuelva a ocurrir nuevamente. Pero, sí que ha ayudado a la moderación en el ritmo de la subida de tipos, y todo apunta a una estabilización o incluso mejora que sea capaz de parar la inflación.

Lo que sí que es cierto, es que, la estabilización de la subida de tipos ayuda a los analistas a hacer previsiones, introducir nuevas hipótesis en los modelos, para poder valorar una compañía, estimar el coste de financiación o el retorno de una inversión. Tan simple como eso. Al final, en el mundo de las finanzas, el Excel manda. Es cierto que el papel lo aguanta todo y el mundo real es otra cosa, pero la realidad es que, si no puedes empezar a montar un modelo en condiciones y las hipótesis te bailan, no hay manera de plantear un trato internamente a tu comité de inversiones y así no hay quien haga fusiones y adquisiciones.

Por supuesto que la volatilidad macroeconómica sigue ocupando un lugar prioritario en las preocupaciones de los CEO, pero la ilusión de la estabilidad se va contagiando. Por su parte, los analistas cada vez están más confiados con sus modelos y las entidades financieras parecen cómodas estimando precios de financiación. Una sensación que se transmite a los comités, cada vez más seguros de considerar la posibilidad de realizar y aprobar operaciones nuevamente, en una confirmación de que las fusiones y adquisiciones han vuelto.

Al igual que en otros periodos caracterizados por una desaceleración económica, el retorno de estas operaciones promete ser beneficioso. Además, otro de los factores más importantes es el peso de las empresas privadas. Durante 2022, el capital privado aglutinó el 40% de las operaciones de M&A, una gran ventaja respecto a otras recesiones, en las que la movilidad de capital en diversos grupos puede asegurar los rendimientos adecuados y aprovechar la flexibilidad para evitar que el capital quede atrapado en situaciones son productivas.

Ahora más que nunca, es importante que tanto comités como entidades financieras se contagien de la confianza en los modelos y datos para hacer realidad este cambio de tendencia en el mercado. Asesorar y priorizar las necesidades de los clientes siempre que sea posible atendiendo a la estructura general de fuerza de trabajo y prospectiva de crecimiento para ajustar la estrategia de negocios y aumentar la rentabilidad a través de operaciones de fusiones y adquisiciones, ahora que parece que los nubarrones quedan atrás y la luz comienza a aparecer.

Cristina Almeida Luna es Managing Director de Álvarez & Marsal

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