Taylor Swift, Jerome Powell y la batalla contra la inflación

En EE UU ya están empezando a frenarse los precios de los servicios, pero Lagarde y Bailey tendrán que seguir subiendo los tipos

La cantante estadounidense Taylor Swift, el 27 de mayo en New Rutherford (Nueva Jersey, EE UU).SARAH YENESEL (EFE)

La batalla contra la inflación puede reducirse a Jerome Powell contra Taylor Swift. Si el jefe de la Reserva Federal estadounidense y sus homólogos europeos quieren tener los precios bajo control, deben frenar el coste de servicios como los conciertos con entradas agotadas de la superestrella del pop. Afortunadamente para Powell, los estadounidenses están empezando a consumir menos. Al otro lado del Atlántico, sin embargo, la jefa del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y el del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, tendrán que subir más los tipos.

El trío de responsables de la política monetaria se ha pasado el último año intentando frenar la escalada de los precios de la energía, los alimentos y otros bienes. Hoy, sin embargo, los precios de hoteles, restaurantes y cortes de pelo son el mayor obstáculo para devolver la inflación a la tasa del 2% fijada como objetivo por los tres bancos centrales.

Los servicios representan alrededor del 58% del índice de precios al consumo en Estados Unidos, y el 44% en Europa. Y los precios siguen subiendo. En la zona euro, la inflación de los servicios aumentó a un ritmo anual del 5% en mayo, ligeramente por debajo del récord del 5,2% de abril, pero muy por encima del 3,5% de un año antes. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, señaló el 11 de mayo a los servicios como la principal preocupación en la lucha del banco contra la inflación, y afirmó que los impulsaba al alza el aumento de los salarios.

En Estados Unidos, los precios de los servicios, excluidos los relacionados con la energía, subieron a un ritmo anual del 6,8% en abril, superando el aumento del 4,9% de la inflación general. En el Reino Unido, los precios al consumo del sector terciario crecieron un 6,9% interanual en abril, lo que supone una aceleración respecto al 6,6% registrado en marzo.

A ambos lados del Atlántico, el fin de las privaciones de la época de la pandemia provocó un atracón de gasto en viajes, salidas a cenar y espectáculos en vivo. En Estados Unidos, sin embargo, la resaca se está haciendo sentir. Según la Reserva Federal de San Francisco, los hogares ya han gastado tres cuartas partes de los 2,1 billones de dólares que tenían ahorrados. Mientras, el crecimiento salarial en el país se ha ralentizado hasta una tasa anualizada del 4,4% en abril, por debajo del 5,8% del año anterior. Los estadounidenses gastaron en ese mes un tercio menos en hoteles y billetes de avión que un año antes, según datos de Morning Consult.

En Europa y el Reino Unido, sin embargo, los salarios siguen subiendo. Esto repercutirá en la inflación de los servicios, ya que las empresas subirán los precios para recuperar el aumento de los costes laborales, mientras que el aumento de los ingresos impulsará la demanda. Los analistas de BNP Paribas prevén que la inflación de los servicios en la zona euro alcance un máximo del 5,7% en julio y se mantenga por encima del 4% hasta finales de año.

Es muy posible que Powell consiga domar el poder de fijación de precios de los restauradores y las estrellas del pop sin más endurecimiento monetario. Lagarde y Bailey, sin embargo, tendrán que seguir subiendo los tipos. Como podría decir Swift –autora de la canción I Knew You Were Trouble, Sabía que darías problemas–, saben que la inflación de los servicios es problemática.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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