La Universidad, contra el paro juvenil
España lidera la tasa de desempleo entre los jóvenes europeos y es uno de los países de Europa con mayor tasa de abandono escolar
Parecía que poco a poco en España íbamos sosegando el alarmante aumento de las tasas de paro juvenil, pero los efectos del conflicto de Ucrania -entre otros factores- nos han vuelto a poner a la cabeza en Europa de las peores listas de empleabilidad de los jóvenes comprendidos entre 15 y 24 años con interés activo en encontrar un trabajo. Así, España lidera de nuevo el paro juvenil entre los países de la UE aumentando su tasa de desempleo hasta un 32,3%, a pesar de que esta tasa en términos generales decreció respecto al año anterior un punto porcentual. Bien es verdad que, al menos, el estudio El mercado de trabajo para los jóvenes, de Manpower, señala que la diferencia de vulnerabilidad ante el mercado laboral entre hombres y mujeres es prácticamente inexistente.
No ayuda, desde luego, que el coste de la vida respecto a la vieja normalidad haya aumentado aproximadamente más de 3.000 euros al año y que prácticamente todos los bienes y servicios hayan subido de precio. Es decir, vivir en España es mucho más costoso porque lo único que no han subido han sido los salarios. Como ejemplo, según el Banco de España, en 1995 un hogar tenía que destinar 3,7 años de su renta bruta para acceder a la compra de una vivienda. En 2020 el esfuerzo había avanzado magnánimamente ya hasta los 7,3 años sin tener en cuenta en el cálculo el coste de la hipoteca. Los precios de compra y alquiler, por cierto, siguen en aumento.
Las causas de este problema endémico comenzaron con la crisis subprime en el verano de 2007, con posterior burbuja financiera y pandemia mundial como guinda al pastel. Todo ello ha tenido como consecuencia que se han visto reducidas significativamente las ofertas de empleo disponible, pero también las aptitudes y conocimientos de los jóvenes. España es uno de los países de Europa con mayor tasa de abandono escolar y la crisis del Covid-19 afectó a toda una generación en un momento crítico de toma de decisión sobre su futuro. Sin un nivel de estudios apropiado, tampoco se percibe correctamente la calidad de futuro que ofrece la formación cualificada universitaria. Ellos, llamados nativos digitales, prevén su futuro laboral sin demasiada euforia, a pesar de ser y pertenecer a la generación con más talento y conocimiento tecnológico.
Ya advierte la OIT en su último informe que en 2030 se prevén 8,4 millones de nuevos empleos para jóvenes relacionados con el desarrollo de las economías de índole verde o azul. Y hay que estar preparados, porque en la formación y en la inversión tecnológica también hay una gran oportunidad para la creación de empleo juvenil, con una previsión de 6,4 millones de nuevos empleos en todo el mundo para jóvenes. Este mismo informe pone de manifiesto que la conjugación de medidas en las economías verde, digital y asistencial de forma conjunta generaría un aumento del PIB mundial del 4,2% y contribuiría a crear 139 millones de puestos nuevos para personas de todas las edades en todo el mundo, de los cuales 32 millones corresponderían a empleos para jóvenes.
Es labor de las universidades adaptar la formación y ampliar disciplinas para que encajen la oferta curricular disponible con los perfiles que las empresas, las políticas y la economía demandan en un país. Pero nuestra labor no es solo formar, sino acercar las oportunidades laborales a los alumnos. Para ello, desde la universidad reflexionamos y trabajamos para mejorar nuestra oferta y nuestro acercamiento al mundo empresarial e invitamos a empresas e instituciones empresariales y públicas a unirse a este esfuerzo para erradicar el desempleo entre nuestros jóvenes.
Mª Dolores Salvador Moya es Vicerrectora de Empleo y Formación Permanente de la Universidad Politécnica de Valencia y Catedrática de Ciencia de Materiales
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