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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las lagunas de la unión bancaria europea

Los inversores no deberían tener que esperar a una o tres cumbres de emergencia para saber si el euro va a mantenerse realmente unido

Sede del BCE.
Sede del BCE.Getty

Los tambaleos bancarios en EE UU han centrado la atención sobre la garantía de depósitos. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó el martes que, si fuera necesario, otras entidades recibirían un trato similar al de SVB, en el que se han protegido todos los ahorros. La UE no puede hacer promesas así, ni siquiera para las cuentas totalmente aseguradas. Aunque tiene una norma común de asegurar los depósitos de hasta 100.000 euros, la garantía corresponde a los sistemas nacionales y, en última instancia, a los Gobiernos. Si Alemania tiene una cobertura ilimitada en la práctica, otros son menos sólidos. Chipre incluso sugirió imponer un recorte en 2013 antes de dar marcha atrás, y los depositantes no asegurados sufrieron pérdidas.

Sin un sistema común, la UE no puede garantizar que un euro en un banco esté tan seguro como en cualquier otro. Países como Alemania se resisten a una fórmula común, pues temen que sus contribuyentes se vean afectados por problemas de otros lugares. Bruselas no ha avanzado nada. Incluso los trabajos sobre el asunto están estancados.

La decisión de EE UU aumenta aún más la tensión. La UE estudia aumentar la financiación temporal de los bancos en apuros, con la esperanza de que los depósitos intactos puedan ayudar a una entidad en quiebra a encontrar comprador. Pero los Estados no se ponen de acuerdo sobre cómo avanzar.

Cuando un sistema financiero tiene unos cimientos desvencijados, una chispa puede encender una hoguera. Por eso es tan importante el seguro de depósitos. La falta de un mecanismo común recuerda que la integración sigue incomodando. Ello, a su vez, aumenta el coste de los préstamos para muchos Estados, sobre todo cuando los mercados perciben problemas sistémicos. Tras el cierre de SVB, subieron las primas de la deuda pública italiana, francesa y española.

En la crisis de la deuda soberana de la zona euro, las autoridades tuvieron que tranquilizar una y otra vez a los mercados asegurándoles que mantendrían la unión monetaria. Pero la UE adoptó solo medidas parciales, permitiendo que se extendiera el contagio. Los inversores no deberían tener que esperar a una o tres cumbres de emergencia para saber si el euro va a mantenerse realmente unido. La red de seguridad de la moneda única sigue teniendo grandes agujeros.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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