Los fallos de Credit Suisse minan su recuperación
El último percance parece relativamente menor, pero su bien más escaso es la confianza
Nunca es bueno que una empresa retrase la publicación de su informe anual. El último percance de Credit Suisse parece relativamente menor, pero la acumulación de errores socava el intento de revivir el banco.
La entidad dijo ayer que no publicaría su informe de 2022 en el día, como estaba previsto. Lo atribuyó a una “llamada tardía” de la SEC la noche anterior, con preguntas sobre las revisiones contables sobre los estados de flujo de caja de 2020 y 2019. Eso llevó al jefe Ulrich Körner a “retrasar brevemente” la publicación para entender más a fondo la posición de la Comisión.
Parece más un fallo que un problema importante. En su informe de 2021, Credit Suisse dijo que había cambiado la forma de contabilizar ciertas partidas en los estados de flujos de caja, incluidas las compensaciones basadas en acciones y las fluctuaciones del tipo de cambio. Así que algunas de las partidas crecieron o bajaron en varios miles de millones, pero los cambios se redujeron a cero. En otras palabras, se trasladaron algunos cargos no monetarios a una parte diferente del estado de cuentas, de forma que no cambiaron las cifras globales ni el balance, que es un documento mucho más importante para los bancos. La referencia de Credit Suisse a la “llamada tardía” sugiere que la SEC, y no el banco, es la parte que no actuó con suficiente rapidez.
Aún así, es poco probable que el organismo llamara por primera vez el miércoles sobre un asunto que se remonta a un año o más. Y la acumulación de meteduras de pata puede ser más significativa que cualquier paso en falso individual. Reuters informó en febrero de que el regulador financiero suizo está revisando las declaraciones del presidente, Axel Lehmann, sobre las salidas de fondos a finales de 2022. Aparte, el grupo calcula que hay 1.200 millones de euros de posibles pérdidas por litigios históricos que no están cubiertas por sus provisiones, pero esa estimación es muy incierta, así que puede haber futuras sacudidas.
El bien más escaso en Credit Suisse en estos momentos es la confianza, tanto entre clientes como entre inversores. Aquellos retiraron unos 112.000 millones en los tres últimos meses de 2022, y la maltrecha acción cotiza a menos de un cuarto del valor contable tangible previsto para 2023. Así que cualquier contratiempo, por pequeño que sea, puede desbaratar la recuperación.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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