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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El nuevo plan de Santander es un punto de inflexión

Su defensa ante una disgregación funciona sobre el papel; ahora solo debe demostrarlo en la práctica

Ana Botín, presidenta de Banco Santander.
Ana Botín, presidenta de Banco Santander.Getty Images

Ana Botín quiere que todo el mundo sepa que Banco Santander es más que la suma de sus partes. De momento, eso no siempre es evidente. La nueva estrategia de la presidenta ejecutiva para el banco de 60.000 millones de euros implica forjar vínculos más profundos entre las distintas partes de la red global, ayudando a aumentar los ingresos y a mantener bajos los costes. Si funciona, tendría un argumento creíble contra una disgregación.

Santander llama la atención entre los bancos minoristas mundiales, muchos de los cuales se han desprendido de negocios lejanos para centrarse en un número más reducido de mercados principales. HSBC abandonó la banca de consumo en Francia, Canadá y otros países, mientras Citigroup está dejando México y varios mercados asiáticos. BNP Paribas y BBVA vendieron sus unidades estadounidenses de banca minorista a precios impresionantes. Botín, por el contrario, se aferra a su imperio global, que abarca desde Sao Paulo a Southampton.

La no tan sutil ambición de su nuevo plan trienal, presentado este martes, es demostrar que Santander vale más con su actual estructura intacta. Los objetivos de Botín exigen que aumente la proporción de los ingresos del grupo que proceden de la banca corporativa y de inversión, la gestión de patrimonios, los pagos y la financiación de automóviles hasta más del 40% desde el 30% actual. Estos negocios son relativamente globales, ya que los clientes y los procesos administrativos de Santander suelen traspasar las fronteras nacionales.

Botín impulsará además un mayor intercambio de sistemas informáticos y conocimientos técnicos entre los bancos minoristas locales, lo que abaratará el servicio a los clientes. A ello contribuye el hecho de que la persona encargada de hacerlo, el consejero delegado, Héctor Grisi, adoptó un enfoque similar cuando dirigía el negocio mexicano y consiguió duplicar los beneficios de esa unidad entre 2015 y 2022. Uno de los objetivos más llamativos de la nueva estrategia es lograr una rentabilidad sobre el capital tangible del 15% en Europa en 2025, frente al 9,3% del año pasado (además de un 15%-17% global, frente al 13,4% de 2022). Es una cifra muy superior a la que persiguen la mayoría de los bancos europeos. Si Botín lo consigue, los inversores tendrán que reconocer que su estrategia globalizada tiene sentido.

Ahora mismo, son escépticos. Incluso tras la subida del precio de las acciones de este martes, el banco está valorado en 0,8 veces el valor contable tangible previsto a finales de 2023, según las cifras de Refinitiv Datastream, lo cual está por debajo de rivales locales más centrados en cada uno de sus principales mercados. En otras palabras, Botín tiene ahora una defensa ante una disgregación que funciona sobre el papel; ya solo necesita demostrarlo también en la práctica.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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