En recuerdo de Juan Velarde, maestro de economistas
Su rigor estaba siempre presente cuando hablaba, escribía o debatía sobre cualquier tema. Su generosidad se transmitía en su disponibilidad permanente para asesorar o apoyar
El fallecimiento de Juan Velarde Fuertes nos ha privado de la compañía del más grande economista español en muchas décadas. Quiero comenzar resaltando su faceta de maestro. Ser maestro no significa tener reconocimientos oficiales o desempeñar puestos importantes en diferentes instituciones, sino que consiste en transmitir conocimientos y actitudes para que los discípulos emprendan sus propios proyectos y sean capaces de aportar positivamente a la sociedad.
Esta faceta se acompaña en el caso de Velarde por el rigor y la generosidad con las que la desarrolló. El rigor estaba siempre presente cuando hablaba, escribía o debatía sobre cualquier tema. La generosidad se transmitía a través de una disponibilidad permanente para ser consultado y ofrecer su apoyo. Todo ello lo desarrolló en los más de 60 años de dedicación a la Universidad; fallece en activo impartiendo clases a los 95 años.
De su actividad profesional cabe resaltar su variedad y constancia. No solo se ha dedicado intensamente a la Universidad, sino que ha trabajado de manera brillante en instituciones públicas como los Ministerios de Trabajo y Educación y el Tribunal de Cuentas, en instituciones científicas de gran prestigio como la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y en instituciones privadas. No es posible reseñar aquí tan prolífica actividad, pero si quiero resaltar algunos aspectos.
En el mundo universitario será recordado por su impulso a la creación de cátedras de estructura económica por toda la geografía española. Creación que no respondió a un criterio ideológico o político, sino a su convencimiento de que los estudios de estructura económica son esenciales para comprender mejor la realidad y, consecuentemente, para intervenir eficazmente sobre la misma.
Yendo a sus aportaciones intelectuales, hay que poner en primer lugar su profundo conocimiento de la economía española y de los economistas que la han estudiado, siendo la persona que mejor conocía el desarrollo de esa disciplina y su consolidación dentro de los estudios universitarios en España. El enfoque que impregna sus estudios de la economía española puede identificarse como un análisis histórico-estructural. Lo histórico hace referencia a una frase que le gustaba repetir: “ver la economía como herencia”; se trata de conocer los procesos históricos que han dado lugar a la conformación de la economía actual, para así poder plantear las actuaciones de política económica más eficaces para su transformación y así generar un mayor bienestar para la población española. La perspectiva estructural significa conocer el conjunto de la realidad y las relaciones entre sus elementos como condición para comprender sus distintos aspectos. En todo ello no solo empeñó su esfuerzo intelectual, sino que lo aplicó activamente a su participación en la puesta en práctica de reformas económicas en España a partir del plan de estabilización de 1959.
Es imposible recoger aquí los muchos estudios sobre aspectos concretos que realizó; desde las relaciones laborales hasta la distribución espacial de la actividad económica, pasando por la agricultura o el comercio internacional. Pero sí quiero destacar particularmente un aspecto que cada día toma mayor relieve en el mundo actual y al que se refirió de manera sistemática: el papel de las inversiones extranjeras directas en la configuración y funcionamiento de la economía española.
Otra faceta que destaca en Velarde es su conocimiento e interés por Iberoamérica. Conocedor como pocos de esa realidad, dirigió o puso en marcha proyectos institucionales del calibre de la Universidad Hispanoamericana de La Rábida y, más recientemente, la Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos, actualmente Cursos de la Granda. En este último caso quiero recordar que el primer curso que se celebró en 1979 tuvo como objeto la puesta al día del conocimiento del pensamiento económico y social más importante en Iberoamérica y relacionarlo con lo más granado del que se desarrolla de España. En la segunda edición de los cursos se puso en marcha un magno proyecto intelectual e institucional: la creación de la revista Pensamiento Iberoamericano, con la vocación de ser un Economic Journal de la realidad Iberoamérica; ejemplo de la importancia del proyecto es que primer director fue Raúl Prebisch, el gran economista argentino.
Para finalizar estas palabras de recuerdo quiero subrayar la grandeza de su persona y el trato que dispensaba a los demás, singularmente a sus discípulos. Cordialidad, cercanía, apertura y generosidad. Con esto bastaría para subrayar de nuevo la grandeza de la persona que nos ha dejado. Gracias, profesor Velarde.
José Molero es Catedrático Emérito de la Universidad Complutense de Madrid
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