Qué tengo que saber antes de cobrar un décimo premiado con la Lotería de Navidad
De la parte que se lleva a Hacienda a cómo gestionar un décimo compartido y rentabilizar el dinero del premio
Un año más, por estas fechas, volvemos a hablar de la Lotería de Navidad y nos imaginamos que el próximo 22 de diciembre podemos tener suerte y ser uno de los premiados. ¿Sabemos realmente qué haríamos si nos toca el primer premio?
Obviamente, para poder ganar hay que jugar. Y parece que este año nos vamos a gastar más dinero que el año anterior. Desde la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) estiman que el gasto medio por persona será de 73,84 euros, o lo que es lo mismo, casi cuatro décimos por persona.
Una de las primeras cosas que hay que saber es que, aunque nos toque el ‘El Gordo’, nunca vamos a ver en nuestra cuenta los 400.000 euros del primer premio, ya que Hacienda siempre se va a llevar una parte cuando el premio supere los 40.000 euros.
Los impuestos de la Lotería de Navidad
El porcentaje que se paga en impuestos siempre es del 20% del premio, a partir de esos 40.000 euros que, como decíamos, están exentos. Así, por ejemplo, si llevamos un décimo agraciado con el cuarto premio, recibiremos los 20.000 euros íntegros del premio en nuestra cuenta corriente.
Si tenemos más suerte y nos toca ‘El Gordo’, Hacienda se quedará 72.000 euros (el 20% de 360.000 euros) y nosotros tendremos en nuestra cuenta corriente 328.000 euros (los 40.000 euros que estaban exentos más los 288.000 que resultan después de pagar los impuestos correspondientes). Si nos toca el segundo premio, 125.000 euros, se irán 17.000 euros a impuestos y recibiremos 108.000 euros, y si nos toca el tercer premio, Hacienda se quedará 2.000 euros de los 50.000 del premio y nosotros tendremos 42.000 euros.
Sobre la fiscalidad es importante saber que, una vez que nosotros recibimos el importe neto del premio en nuestra cuenta, no tenemos ninguna otra obligación pendiente con Hacienda. Es decir, cuando hagamos la declaración de la renta el próximo ejercicio no tendremos que declarar el dinero del premio ni volver a pagar ningún impuesto por este. Otro aspecto importante que hay que saber es que la ley nos da tres meses de plazo para cobrar el décimo y que si el premio es inferior a 2.000 euros se puede cobrar directamente en cualquier administración de lotería; si supera esa cantidad hay que hacerlo en algunas de las entidades bancarias autorizadas.
¿Qué pasa con la fiscalidad si el premio es compartido? Desde el equipo de Asesoramiento patrimonial de Abante recuerdan que si se quiere donar parte del premio a un familiar hay que tener presente que, si no se puede demostrar que el boleto es compartido, hay que tributar en algunas comunidades autónomas por el impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Para evitar problemas con los décimos premiados que sean compartidos, la Asociación de Consumidores y Usuarios (OCU) explica que “basta con que el depositario del décimo lo fotocopie y entregue a cada participante una copia firmada (con el nombre y el DNI del depositario) en la que se indica que tal persona juega en ese número, serie, fracción y sorteo, una cantidad de euros determinada”. También aconsejan que se envíe una foto del décimo por email o por WhatsApp, ya que suelen considerarse una prueba “siempre que aparezcan los datos del depositario, los participantes y la participación de cada uno”.
¿Y qué pasa en el matrimonio? La OCU explica que, si el matrimonio está casado en régimen de gananciales, se reparte el 50% del décimo cada uno. En cambio, si el régimen económico es separación de bienes, hay que demostrar que el décimo es compartido.
Rentabilizar el dinero del premio: cómo sacarle partido
Un estudio de la asociación European Financial Planning Association (EFPA) pone de manifiesto que el 70% de los premiados con la Lotería de Navidad tiene mucho menos dinero cinco años después de haber ganado el premio. ¿Cómo podemos evitar caer en esa estadística?
Uno de los motivos que explican desde el equipo de Asesoramiento patrimonial de Abante es que, por lo general, las personas no valoramos igual el dinero si este es fruto de nuestro trabajo y esfuerzo que si lo tenemos porque hemos ganado un premio o lo hemos heredado. Por eso resulta fundamental darse un tiempo de unos meses para acostumbrarnos a vivir con ese dinero y para evitar tomar decisiones precipitadas y poco meditadas.
¿Darse un capricho? ¿Hacer ese viaje soñado? ¿Tapar agujeros? ¿Ayudar a un familiar? ¿Comprarse una casa o amortizar la hipoteca? ¿Dejo de trabajar? Estas suelen ser algunas de las dudas típicas y de las acciones más recurrentes… pero ¿es lo más adecuado?
La respuesta dependerá la situación financiera, personal y familiar de cada uno y de la edad que tengamos porque, lógicamente, cuanto más jóvenes seamos más habrá que estirar el dinero del premio. En este sentido, es fundamental recordar el impacto que tiene la inflación sobre nuestro bolsillo y cómo podemos perder poder adquisitivo con el paso del tiempo si decidimos no invertir el dinero del premio y dejarlo parado o en una cuenta corriente. Por ejemplo, si los 328.000 euros del primer premio no se invierten, teniendo en cuenta el objetivo del 2% de inflación que persigue el Banco Central Europeo, esa cantidad equivaldría a unos 220.735 euros (actuales) pasados 20 años.
Con todo, antes de invertir el premio hay que tener claro qué rentabilidad es la que realmente necesitamos y qué estrategia de inversión es la que se adapta a nuestras necesidades y objetivos. Para ello, el primer paso es pensar en nosotros mismos y en nuestra familia y, con la ayuda de un asesor financiero, reflexionar sobre nuestras preocupaciones, necesidades, metas futuras y cuantificar su coste a lo largo del tiempo.
Deberemos tener la foto global de todo nuestro patrimonio, qué sueldo tenemos, qué deudas y cargas financieras, cuánto tenemos ya ahorrado o invertido, etc. De esta forma podremos conocer realmente nuestro punto de partida y qué es lo que queremos conseguir al invertir el dinero del premio. Esto es lo que nos va a ayudar a tener una estrategia financiera y de inversión adecuada y que podamos cumplir nuestros objetivos.