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De Santander a Telefónica: los valores estrella y los estrellados de la Bolsa en 2025

Banca, defensa y tecnología impulsan la renta variable mientras el consumo sufre por la guerra arancelaria

Al final de cada año, el balance bursátil deja una clara división entre los valores estrella que se han ganado el favor del mercado y los estrellados que han perdido la confianza de los inversores. 2025 no ha sido la excepción. En España, y en Europa, quien apostara por el sector bancario y el de defensa habrá visto cómo su cartera se disparaba. En Estados Unidos la tecnología ha vuelto a dejar ganancias en la renta variable, aunque algo desiguales, mientras que el consumo ha sido el gran perjudicado de unas tensiones comerciales iniciadas por el nuevo gobierno de Donald Trump.

En clave local, Indra ha brillado con luz propia en un Ibex 35 que va a firmar su segundo mejor año de la historia y que se encuentra en máximos históricos. La compañía se ha revalorizado un 184,7% impulsada por el impacto en Bolsa de los planes europeos de rearme, con inversiones masivas en material, tecnología e infraestructuras militares. Por dar una idea, un inversor que comprara acciones de Indra por 1.000 euros el 31 de diciembre de 2024, habrá multiplicado prácticamente por tres su dinero y habrá ganado unos 1.850 euros en apenas 12 meses. El sector armamentístico se ha visto impulsado por las tensiones geopolíticas mundiales que han llevado a un rearme a nivel global que se ha intensificado con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente estadounidense ha forzado para que los miembros de la OTAN eleven el gasto en defensa al 5% del PIB. Además, Alemania ha lanzado un megaplán para invertir en diez años hasta 500.000 millones de euros en infraestructura y defensa, lo que ha provocado el optimismo inversor en las compañías de defensa.

Solaria también ha destacado en el selectivo con una subida del 130,9%, gracias a la apuesta estratégica por las baterías y el suministro de energía a los centros de datos. Unas instalaciones muy cotizadas por su importancia para el desarrollo de la industria de la inteligencia artificial (IA). Pero la gran locomotora del Ibex ha sido una vez más la banca.

El índice español se mueve al son que imprimen las entidades financieras y ha tenido como catalizadores al Santander, que se ha revalorizado un 126,8%; Unicaja Banco, con un 119,5%; el BBVA, con un 112,4 %; y CaixaBank, con otro 99,2%. Aunque la banca se enfrentaba a un año de tipos de interés en desescalada y estabilizados en torno al 2% (llegaron a estar en el 4% hace apenas un año y medio) la digitalización del negocio y el aumento de créditos e hipotecas en un entorno de precios más bajos han permitido firmar otro año de récord, repartiendo jugosos dividendos que suponen un reclamo para los inversores.

Entre los valores estrellados, las compañías de telecomunicaciones, con Telefónica, que pierde un 10,9% y Cellnex otro 9,6%. No obstante, el farolillo rojo del Ibex ha sido Puig, al dejarse un 16,6%.

En la Unión Europea el tono ha sido similar, con la defensa y la banca dominando las ganancias de la renta variable. Rheinmetall, el mayor fabricante de armas de Alemania ha dominado el EuroStoxx 50, el índice que agrupa las 50 mayores compañías de la eurozona, con una revalorización del 153,9%, en la misma línea que Indra. Las francesas Thales y Safran han subido un 66,9% y 38,4%, respectivamente, y la italiana Leonardo un 88,6%.

La banca ha sido el otro factor determinante del buen año bursátil de los índices europeos. Al igual que las entidades españolas, el alemán Deutsche Bank (+98,9%), los italianos Unicredit (+84,8%) e Intesa Sanpaolo (+53,8%), el neerlandés ING (+58,3%) o el finlandés Nordea Bank (+50,5%) también se cuentan entre los valores que más se han revalorizado del EuroStoxx 50.

Los sectores más perjudicados han sido el consumo y la automoción. Adidas, pese al furor por el deporte, los diseños vintage y sus zapatillas Samba se ha devaluado un 28,6%. Las pérdidas de Puma en Bolsa alcanzan prácticamente el 50%. Ni siquiera los rumores de compra por parte del grupo chino Anta Sports y del estadounidense Deckers o incluso una fusión con la propia Adidas han valido para revitalizar la cotización. La francesa Hermès ha perdido un 7,8%. Igualmente, el sector de la automoción se ha visto lastrado por los aranceles de Estados Unidos a la importación de productos extranjeros que han provocado un pronunciado descenso en las ganancias de los fabricantes. Ferrari se ha devaluado un 22,7% y Stellantis un 25%.

En Estados Unidos, el año 2025 ha confirmado el dominio de la tecnología en el S&P 500, aunque de forma desigual. Cada vez más voces advierten de una burbuja en torno a la tecnología y la IA y los inversores han empezado a diferenciar entre compañías por su tipo de negocio. Habitualmente son los Siete Magníficos (Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft, Nvidia y Tesla) los valores que centran la atención del mercado porque han alcanzado un valor de varios billones de dólares que provocan que cualquier oscilación en sus cotizaciones decidan el signo del índice. Pero las revalorizaciones de estas compañías, entre el 12% y el 65%, han sido más contenidas que en ejercicios anteriores y lejos de los triples dígitos.

Más allá de los gigantes tecnológicos, hay una multitud de compañías que orbitan alrededor y que han logrado capturar el impulso en Bolsa. Así, las empresas vinculadas al almacenamiento de datos han liderado el mercado estadounidense con subidas espectaculares. Sandisk, la popular compañía de tarjetas de memoria para dispositivos electrónicos, se ha disparado un 574%. De nuevo, por dar idea de la magnitud, un inversor que decidiera comprar acciones por 1.000 dólares hace 12 meses habrá multiplicado por casi siete veces su dinero y habrá ganado 5.740 dólares. Por su parte, Western Digital, que fabrica discos duros subió un 293%. Micron Technology, que produce semiconductores, se ha revalorizado el 250%. Y Seagate que también fabrica discos duros, un 224%. La creciente demanda de chips, unidades de almacenamiento y tarjetas gráficas, impulsada por la expansión de la inteligencia artificial y los centros de datos, ha sido la gran palanca de estas ganancias.

En el lado opuesto, los sectores de consumo y servicios profesionales han sufrido retrocesos significativos. El grupo Deckers, que diseña ropa y calzado deportivo bajo marcas como UGG, Hoka o Teva, se ha desplomado un 48% y Lululemon otro 45% reflejando la presión sobre los márgenes y los cambios en hábitos de consumo, en parte por la guerra arancelaria y también por la crisis que sufre el sector. Trade Desk (-67 %), Alexandria Real Estate (-50%) y Gartner (-47%) completan la lista de grandes estrellados en el principal índice estadounidense.

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