La Bolsa de Japón aplaude el acuerdo con Estados Unidos pero persiste la tensión en la deuda y el yen
La rentabilidad de los bonos se mantiene en máximos en medio de la inestabilidad política y los rumores de dimisión del primer ministro


Japón está viviendo una semana de alto voltaje. La coalición de Gobierno sufrió una contundente derrota en las elecciones parciales del domingo, que han puesto en la cuerda floja al primer ministro Shigeru Ishiba. El país está inmerso en una fuerte inestabilidad política que está afectando a sus bonos soberanos y a su divisa si bien hoy ha recibido con alivio el anuncio del acuerdo comercial con EE UU, por el que Trump accede a imponer a los productos japoneses un arancel único del 15%, en lugar del 25% con que había amenazado a Tokio.
Una de cal y otra de arena para los activos financieros japoneses. El índice Nikkei ha reaccionado al pacto comercial con EE UU con un alza del 3,5% y con fuertes repuntes para sus compañías automovilísticas, con alzas de más del 10% para Toyota y Honda. La deuda soberana nipona sigue en cambio bajo presión, más pendiente de la política interna y de la debilidad en que ha quedado el actual gobierno de coalición tras las elecciones parlamentarias.
El Partido Liberal Demócrata (PLD), del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, sufrió una dura derrota electoral que deja a la formación que gobierna Japón desde hace décadas en una situación sin precedentes. Ishiba insistió el lunes en que continuará al frente del ejecutivo y hoy ha salido a desmentir la información de medios locales que apuntaba a su próxima dimisión. El mercado interpreta la continuidad en el poder de Ishiba como el anticipo de más gasto público y más deuda, lo que está elevando la presión sobre los bonos soberanos de Japón, economía que soporta el nivel de endeudamiento más elevado entre las grandes economías, con un ratio de deuda sobre PIB por encima del 250%.
La subasta de bonos soberanos a 40 años celebrada hoy ha recibido la menor demanda desde 2011 y los títulos a este plazo han elevado su rentabilidad a nuevos máximos, del 3,375%. El rendimiento del bono japonés a 10 años marca hoy también máximos desde 2008 por encima del 1,5%. El ministerio de finanzas nipón ya ha decidido reducir las emisiones de deuda a más largo plazo ante la evidente menor demanda que se detecta desde hace unos meses. A la inquietud por las finanzas públicas niponas y la inestabilidad política interna se suma hoy la mayor expectativa de subida de tipos por parte del Banco de Japón con que el mercado recibe el acuerdo comercial con EE UU.
Por un lado, el entorno político interno no favorece el alza de tipos de interés, pero el pacto comercial y la estabilidad económica que supone —pese a una mayor presión arancelaria— allana el camino para la subida del precio del dinero. Los futuros dan hoy una probabilidad para ese alza de tipos del 80% a finales de año, frente al 59% del día anterior. “El acuerdo comercial da más posibilidades a un aumento de tipos por parte del Banco de Japón este año. Eso es positivo para el yen y claramente hace más difícil volver a los 150 yenes por dólar”, reconoce la jefa de estrategia de divisas de Rabobank, Jane Foley, en declaraciones a Reuters.
En Citi creen probable la dimisión de Ishiba en agosto y señalan que “sea quien sea el próximo primer ministro, parece inevitable que su Gobierno aplique una política fiscal más expansiva”, con una reducción temporal del impuesto sobre el consumo. En el banco estadounidense advierten además de que en caso de que el gobierno presionara al Banco de Japón para evitar alzas de tipos, “probablemente se produciría una depreciación del yen y un aumento de los precios, lo que en última instancia no dejaría al primer ministro otra opción que aceptar una subida de los tipos de interés. Llevar las políticas fiscales y monetarias al límite expondría al Gobierno a la presión de los mercados”. El escenario base de Citi es que el Banco de Japón subirá tipos en enero del próximo año, si bien ve más posibilidades a un alza en octubre.
El yen comenzó hoy la jornada debilitándose hasta las 147,2 unidades por dólar con el anuncio de acuerdo comercial con EE UU y la dimisión de Ishiba. Tras el desmentido, la divisa nipona se estabiliza en las 146 unidades. En UBS prevén más volatilidad para la divisa nipona hasta que el mercado tenga más visibilidad sobre el futuro de Ishiba y mantienen su posición de vender yen frente al dólar en los momentos en que se aprecie. En cuanto a la Bolsa japonesa, la firma suiza apuesta por reforzar posiciones en valores de calidad y que han sido duramente castigados en los sectores de automoción, maquinaria y salud.
El yen acusa en las últimas semanas a una fuerte volatilidad mientras se está reactivando la operativa de carry trade, por la que los inversores se endeudan para la divisa nipona —sujeta a unos tipos de interés muy bajos, del 0,5%— para invertir en otras divisas. Así, la inversión en el dólar de Taiwán deja un rendimiento del 13% en los últimos tres meses, mientras que la inversión en el dólar sudafricano o el peso mexicano deja rentabilidades de alrededor del 10%.
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