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Las tasas zarandean a las materias primas pero sirven de catalizador para el motor y las mineras europeas

El sector de la automoción lidera los avances en Europa y avanza más del 4% en la semana

Donald Trump profundiza la incertidumbre con una nueva temporada: la epistolar. En total, 21 p...

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Donald Trump profundiza la incertidumbre con una nueva temporada: la epistolar. En total, 21 países han recibido cartas de la Casa Blanca en las que se les advierte del nuevo régimen de gravámenes que se aplicará a sus exportaciones hacia Estados Unidos. La medida, que forma parte de la política de “tarifas recíprocas” del presidente, ha añadido una capa más de complejidad a los mercados globales, y los inversores —algo acostumbrados a la dinámica de amenazas, contramedidas, y contradicciones—, han reaccionado de forma desigual. Las mineras y acereras de EE UU han sido castigadas, mientras que en el Viejo Continente suben, a tal punto de que las británicas han llevado al FTSE 100 a atacar nuevos máximos. El motor revive, tanto en EE UU como en Europa. El sector farmacéutico, amenazado con aranceles del 200%, ha recibido el golpe con frialdad; y el consumo discrecional y el lujo han mostrado resiliencia en un entorno de enfriamiento de la demanda.

Una de las industrias más afectadas por las medidas es la de las materias primas, en particular, la del cobre. Trump ha puesto sobre la mesa un arancel del 50% sobre las importaciones de cobre refinado y productos semielaborados, una medida que apunta directamente a países como Chile, un gran exportador del metal rojo. Aunque inicialmente se daba por hecho que solo el cobre refinado estaría sujeto al gravamen, fuentes cercanas al proceso han confirmado a Bloomberg que la medida incluiría productos elaborados como alambres, láminas, tubos y placas, críticos para las redes eléctricas y los centros de datos.

Así, el impacto sería mucho mayor del previsto. EE UU importa más de 800.000 toneladas anuales de productos semielaborados, además de casi un millón de toneladas de cobre refinado. La patronal del cobre en EE UU, Copper Development Association, que representa al 90% de los productores nacionales de cobre semielaborado, ya ha advertido que la producción local no es suficiente.

En EE UU, algunas mineras logran capear en Bolsa el temporal. Freeport-McMoRan sube un 2,3% y Newmont un 1,5% en la semana, apoyadas en su diversificación y en el tirón del oro. Pero el grueso del sector sufre: Southern Copper y Teck Resources retroceden más del 6%, golpeadas por su exposición al cobre latinoamericano, blanco directo de los aranceles. En Londres, el tono es otro: Antofagasta y Glencore logran avances de más del 4%.

El sector del acero ya recibió aranceles del 50%, pero los inversores miran de reojo el avance de las tensiones comerciales. En EE UU, Nucor y Steel Dynamics suben cerca del 3% en la semana. Mientras tanto, ArcelorMittal en Europa sube con fuerza y supera la barrera del 8%. El movimiento en positivo es generalizado en el sector de recursos básicos en el Stoxx 600, que en la semana acumula una subida del 3,2%, con Aurubis y Rio Tinto liderando los repuntes. Tampoco se ha librado de los vaivenes el café, impulsado por las amenazas a Brasil, el mayor productor de la variedad arábica.

Las farmacéuticas capean la amenaza

Uno de los anuncios más estrafalarios ha sido el de un arancel del 200% a productos farmacéuticos procedentes de India y China, incluyendo medicamentos genéricos y principios activos. La medida, justificada por motivos de “seguridad nacional”, podría tener efectos importantes en la cadena global de suministro. Pero el sector ha reaccionado con frialdad a falta de mayor concreción. En EE UU Pfizer y Moderna suben a doble dígito y en Europa las subidas las lideran Grifols y Bayer, que ganan más de un 10% en la semana.

El castigo sí se ha dejado sentir en las farmacéuticas indias. Cotizadas como Sun Pharma, Dr Reddy’s Laboratories y Cipla se han dejado cerca del 4% en la semana. En la otra cara de la moneda, los inversores muestran confianza en la capacidad china y recompensan a empresas como Hengrui Pharmaceuticals o WuXi AppTec con subidas de más del 10%. Con todo, la apuesta de los analistas es que es poco probable que el impuesto se implemente. Emily Field, de Barclays, considera que se trata más de retórica política que de una medida inminente. Desde la industria india —que abastece cerca del 40% de los genéricos que consume EE UU— también se ha minimizado el riesgo, calificando el arancel como “poco práctico” y “altamente inflacionario”. Trump ha reiterado su intención de forzar a las farmacéuticas a relocalizar la producción en dentro de EE UU en un plazo de 12 a 18 meses, algo que expertos como Matt Weston, de UBS, consideran inviable: ″Trasladar la fabricación a escala comercial puede tardar entre cuatro y cinco años".

El sector del motor vive su propio duelo pero destaca entre los ganadores de la semana. El índice sectorial del S&P 500 se anota un 5% gracias al tirón de Tesla pese a los estragos que tiende a hacer la política en su cotización, mientras que Ford y General Motors avanzan un 1%.

En Europa el sector lidera los repuntes semanales con alzas del 4% con BMW, Valeo y Mercedes Benz como protagonistas al subir más del 9%. La hipótesis que gana fuerza es que los fabricantes europeos podrían beneficiarse si los asiáticos se ven penalizados por Trump. El consumo y el lujo han mostrado una cara ambigua esta semana. En EE UU, el segmento de accesorios y moda sufre con Nike y Lululemon perdiendo hasta 6% en EE UU. El lujo mundial ha repuntado un 3%, con LVMH, Hermès o Brunello Cucinelli sumando cerca de un 4%.

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