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Kim Catechis (Franklin Templeton): “Para Trump es conveniente tener a la Fed como alguien a quien echarle la culpa”

El experto opina que el trasvase de inversión de Wall Street a Europa irá a más, sobre todo con el impuesto de EE UU sobre dividendos para el inversor foráneo

Nuria Salobral

El estratega jefe de Franklin Templeton Institute es un ciudadano del mundo. Nacido en Zimbabue, de padre griego y madre irlandesa, Kim Catechis reside en Edimburgo y desde allí dirige el equipo que elabora los análisis con los que la gestora estadounidense ayuda a sus clientes a entender la complejidad actual. Su tarea no es hacer recomendaciones de inversión ni asignación de activos, sino desentrañar las claves que mueven los mercados y la economía global. Y hoy día, la referencia obligada es Donald Trump. En su paso por Madrid esta semana, y en un perfecto español, Catechis muestra su desconcierto por un mundo en el que “parece que la lógica económica ya no vale” y muestra su sorpresa ante la resistencia de muchos inversores internacionales a reducir su exposición a Estados Unidos.

Pregunta. Esta semana asistimos a un nuevo episodio de tensión bélica extrema en Oriente Próximo que disparó el petróleo. ¿Cómo aborda un entorno tan volátil como el actual?

Respuesta. Hemos pasado de un mundo tradicional, por así decirlo, a un mundo diferente. Hablando como un inversor internacional, lo que diría es que hemos pasado por una etapa de 30 o 40 años de una convergencia en política económica. La mayoría de los países lo que hacían es intentar aplastar la inflación, comerciar libremente, hacer crecer sus economías...La primacía era la lógica económica. Ahora estamos en un mundo diferente y parece que la lógica económica ya no vale. Eso es un problema para los inversores, hoy entra un nuevo factor que se llama geoeconomía. Estados Unidos ya no quiere ser el policía mundial y eso crea un vacío. Da la oportunidad a cualquiera que tenga resentimientos históricos o pretensiones expansionistas porque nadie le va a parar los pies.

P. Trump acaba de bombardear Irán en apoyo a Israel pese a ese supuesto no intervencionismo. ¿Tiene esta decisión alguna lógica económica para los intereses de Estados Unidos?

R. No lo creo. Cierto que China es el mayor comprador de petróleo iraní, pero Irán no es ni de lejos el más importante, lo son Arabia Saudí y Rusia. Y China no quiere involucrarse en Oriente Próximo militarmente porque entiende que es muy peligroso, ya han visto lo que pasó en Irak o Afganistán. Entre los republicanos de EE UU creo que existen tres corrientes en política internacional. Los tradicionales que se sorprenden de que se pueda maltratar a aliados de décadas como los países de la UE, y que ahora son minoría. Los que prefieren aislarse del mundo. Y un tercer grupo más voluble, con gente de las otras dos corrientes que de un modo simplista cree que Estados Unidos es excepcional, imprescindible en la escena internacional y de vez en cuando va a hacer lo que quiera.

P. Ese excepcionalismo ya está claramente en cuestión en lo que se refiere a EE UU como destino de inversión...¿Ve a Trump capaz de dar marcha atrás en sus grandes medidas económicas, como los aranceles o la reforma fiscal?

R. Lo que podría hacerle cambiar de opinión es la economía y el empleo de EE UU. Si los aranceles hacen que se importe menos, le parecerá buena noticia. Pero si su base de votantes empieza a quejarse de que en Wallmart todo es más caro y hay menos productos, eso le va a preocupar. A Biden ya le castigaron en las urnas por la inflación y puede pasarle lo mismo.

P. ¿Cómo interpreta los últimos indicadores económicos de EE UU? ¿Qué pistas ofrecen para intentar anticipar lo que puede decidir Trump sobre aranceles cuando termine la tregua, el 9 de julio?

R. Hay evidencias en un sentido y en otro, creo que estamos ante un punto de inflexión para la economía de EE UU. Por ejemplo, la deportación de inmigrantes -sin papeles y muchas veces también con papeles- va a influir muchísimo en la industria, la construcción o la agricultura. Pero no es lo mismo en el Medio Oeste, donde la agricultura está muy mecanizada y enfocada en los cereales, que en California, donde hay mucha fruta y se requiere mucha mano de obra. Puede ser que el 10 de julio haya más detalles sobre los aranceles o que eso resulte en tanta turbulencia en el mercado que haya una nueva tregua.

En mi escenario base, Estados Unidos terminará el año con un muro de aranceles alrededor. Da igual del importe que sean, cada tipo de industria va a reaccionar de forma diferente. Por ejemplo, los aranceles sobre el acero del primer mandato de Trump dejan una lectura muy instructiva. Los productores nacionales aumentaron los precios y muchas fábricas de acero siguieron funcionando unos años más, pero después se perdieron puestos de trabajo en el sector industrial y manufacturero. Son medidas que terminan por afectar a distintos sectores. Y para Trump es conveniente tener a la Fed como alguien a quien echar la culpa, diciendo que en la Reserva Federal son tontos.

P. Europa se prepara para una importante inversión en defensa, ¿cree que hay un exceso de expectativas en su capacidad de producción y en el impulso económico que supondrá?

R. No creo que exista exceso de expectativas, yo soy optimista sobre Europa, y especialmente en este asunto de la defensa. Puede ser fácil decir que Europa va a comprar armamento a EE UU, siempre lo ha hecho, pero ha aprendido con la guerra de Ucrania. No es necesario tener el cazabombardero último modelo, todos son letales. Hay modelos europeos que cuestan un 30% menos que el estadounidense.

P. ¿Considera entonces que a Europa le basta con su propia industria para defenderse?

R. En Alemania ya se está viendo un fenómeno muy interesante. La industria del automóvil está sufriendo, Volkswagen ya anunció que iba a cerrar una fábrica en Alemania por primera vez en su historia y Rheinmetall está en conversaciones para comprarle una fábrica. Las fábricas del sector de automoción son muy sofisticadas y flexibles y para Rheinmetall, que tiene déficit de capacidad industrial, es una buena solución.

Otro ejemplo es Hensoldt, que está negociando emplear plantilla de Continental y Bosch, que se enfrentan a despidos debido a la recesión del sector automovilístico. Lo que quiero decir es que hay evidencias de que la base industrial alemana se puede adaptar para la producción en defensa. Y eso es importantísimo para Europa.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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