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Lagarde reclama en Pekín concesiones por parte de todos para rebajar la tensión comercial

La presidenta del BCE advierte que “las políticas comerciales coercitivas no logran resolver los desequilibrios”

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha hecho un llamamiento a la cooperación global en un discurso pronunciado este miércoles en Pekín, en el que no ha dudado en reclamar concesiones a todas las partes para bajar la temperatura de la tensión comercial. “Todos los países deberían examinar cómo pueden ajustar sus políticas estructurales y fiscales para reducir su propio papel en el agravamiento de las tensiones comerciales”, ha asegurado Lagarde. El mensaje llega justo el día en que Estados Unidos y China han anunciado ...

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha hecho un llamamiento a la cooperación global en un discurso pronunciado este miércoles en Pekín, en el que no ha dudado en reclamar concesiones a todas las partes para bajar la temperatura de la tensión comercial. “Todos los países deberían examinar cómo pueden ajustar sus políticas estructurales y fiscales para reducir su propio papel en el agravamiento de las tensiones comerciales”, ha asegurado Lagarde. El mensaje llega justo el día en que Estados Unidos y China han anunciado un nuevo acuerdo para rebajar las tensiones comerciales, pero sin que ni mucho menos se haya sofocado el órdago arancelario lanzado por Donald Trump al conjunto del mundo y, en especial, a su rival asiático.

La presidenta del BCE no ha citado a Trump en ningún momento, aunque su discurso ha girado sobre la airada respuesta en forma de aranceles del presidente estadounidense al elevado déficit comercial de EE UU, especialmente acusado con China. La UE también está en el foco de los aranceles de Trump, aun a la espera de cerrar su propio acuerdo comercial, y la tensión comercial es de hecho la gran incertidumbre que ahora pesa en las previsiones y en las próximas decisiones sobre tipos de interés que pueda tomar el BCE.

Para Lagarde, “las políticas comerciales coercitivas no logran resolver los desequilibrios”, al tiempo que ha insistido en que es necesario “actuar” para “evitar una escalada de tensiones mutuamente perjudicial” a nivel global. La presidenta del BCE ha recordado cómo todas las partes han tomado decisiones en los últimos años que han contribuido a la situación actual de desequilibrio y tensión comercial y, en ese sentido, ha hecho un llamamiento a hacer concesiones.

“Por el lado de la oferta, hemos sido testigos de un fuerte aumento en el uso de políticas industriales destinadas a impulsar la capacidad nacional. Desde 2014, las intervenciones relacionadas con subvenciones que distorsionan el comercio mundial se han más que triplicado a nivel global”, ha señalado Lagarde, en una velada alusión a China si bien ha añadido que “esta tendencia está impulsada tanto por los mercados emergentes como por las economías avanzadas”.

Y por el lado de la demanda, según ha explicado Lagarde, la generación de demanda mundial se ha concentrado más, especialmente en Estados Unidos. Hace una década, Estados Unidos representaba menos del 30% de la demanda generada por los países del G-20. Hoy en día, esa proporción ha aumentado hasta casi el 35%. Tal desequilibrio en la demanda “refleja no solo el exceso de ahorro en algunas partes del mundo, sino también el exceso de desahorro en otras, especialmente por parte del sector público”. En ese exceso de ahorro se encontraría Alemania, que ya ha anunciado un ambicioso plan de gasto público, mientras que Estados Unidos es ejemplo de exceso de desahorro, más aún con la reforma fiscal planteada por Trump que promete elevar aún más el déficit público.

“Por supuesto, ninguno de nosotros puede determinar las acciones de los demás. Pero podemos controlar nuestra propia contribución. Hacerlo no solo serviría al interés colectivo, al ayudar a aliviar la presión sobre el sistema mundial, sino también al interés nacional, al situar nuestras propias economías en una senda más sostenible”, ha añadido la presidenta del BCE.

Lagarde también ha abogado por dar ejemplo “respetando las normas mundiales, o incluso mejorándolas. Esto ayuda a generar confianza y sienta las bases para acciones recíprocas”. Y aunque se trate de decisiones políticas, fuera del ámbito de actuación de la política monetaria, los bancos centrales pueden hacer su propia contribución. “Podemos mantenernos firmes como pilares de la cooperación internacional en una época en la que dicha cooperación es difícil de conseguir. Y podemos seguir aplicando políticas orientadas a la estabilidad en un mundo caracterizado por una creciente volatilidad e inestabilidad”, ha defendido Lagarde.

En este sentido, la presidenta del BCE y Pan Gongsheng, gobernador del Banco Popular de China, han firmado en Pekín un Memorándum de Entendimiento (MdE) sobre cooperación que actualiza el suscrito por ambas partes en 2008. El acuerdo incluye un marco para el intercambio regular de información, el diálogo y la cooperación técnica entre ambas instituciones monetarias.

“Es importante que mantengamos la cooperación global, y me complace firmar este MdE junto con el gobernador Pan como muestra de nuestro diálogo continuo con el Banco Popular de China”, declaró Lagarde.

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