Lucha libre, cannabis, bitcoin y mucha Bolsa: así invierten las nuevas caras de la administración Trump

El presidente de EE UU se ha rodeado de una corte de multimillonarios en su segundo mandato

Donald Trump, entre Tulsi Gabbard y Elon Musk, el 16 de noviembre en un espectáculo de la liga UFC en Nueva York.Chris Unger (Zuffa LLC)

Cuando se habla de Donald Trump y su gobierno de millonarios, todas las miradas se van inmediatamente a Elon Musk, el hombre más rico del mundo por sus participaciones en Tesla, SpaceX o la red social X, entre otras muchas empresas. Sin embargo, el republicano se ha rodeado de otros acaudalados en la que The Economist ha definido como una de las Administraciones más ricas de la historia. La mayoría no alcanzan la escala suficiente para entrar en la exclusiva lista Forbes, pero sí disponen de importantes fortunas repartidas en propiedades inmobiliarias, empresas privadas y cotizadas, divisas o criptomonedas. De algunos de esos activos deberán desprenderse en los 90 días posteriores a su nombramiento para evitar conflictos de interés, como recogen en sus declaraciones patrimoniales.

La secretaria de Educación, Linda McMahon, es una de las más ricas. Está casada con Vince McMahon, cuya fortuna Forbes estima en 3.200 millones de dólares. Ambos engordaron su patrimonio con sus inversiones con la World Wrestling Enterteinment (WWE), allá por los años ochenta. Especializada en espectáculos de lucha libre, en España se conoció popularmente con el nombre de pressing catch. Hoy aún sigue sacándole réditos: Linda McMahon, que fue ejecutiva de la empresa, ha declarado poseer más de 50 millones de dólares en la cotizada TKO Group, la firma nacida de la fusión en 2023 de la WWE y la UFC, la liga de artes marciales mixtas. Es una de las beneficiadas en Bolsa del efecto Trump: TKO sube en torno a un 40% desde su victoria, y está valorada en casi 30.000 millones de dólares.

Linda McMahon interviene durante la Convención Republicana, el pasado 4 de julio. Mike Segar (REUTERS)

Además, tiene acciones de Ares Management, una compañía de capital riesgo dedicada a conceder préstamos en deportes profesionales, y con inversiones en clubes de fútbol como el Chelsea, el Olympique de Lyon o el Inter Miami. Cotiza en Bolsa y vale casi 60.000 millones de dólares. Fuera de la lucha y el deporte, otro de sus productos de inversión favoritos son los bonos lanzados por universidades estadounidenses para financiarse.

El nuevo secretario de Interior, Doug Burgum, debe su buena salud financiera a una transacción. En 2001 vendió Great Plans Software a Microsoft por 1.100 millones de dólares, y recibió su parte en acciones de la tecnológica valoradas entonces en unos 100 millones, según Forbes. Las fue vendiendo y comprando terrenos en su estado natal, Dakota del Norte, donde fue gobernador, y en la vecina Montana. Probablemente fueron inversiones inmobiliarias rentables, pero también lo hubiera sido mantener todas las acciones de Microsoft, que se han revalorizado más de un 1.200% en los 24 años transcurridos desde que las recibió.

Doug Burgum interviene en la gala del America First Policy Institute (AFPI), en Mar-A-Lago, Florida, el pasado 14 de noviembre.Carlos Barria (REUTERS)

Su apuesta por el sector tecnológico no ha decaído: en su última declaración de patrimonio, afirma poseer acciones de Meta, Netflix, Apple, Alphabet o Adobe. Y también mira a sectores como el financiero, con títulos de JPMorgan y Visa, la distribución (Costco), o el de las tecnologías médicas, en la empresa Stryker. Para diversificar con algo de oro, invirtió en el VanEck Vectors Gold Miners ETF, y tiene intereses en productoras cinematográficas. La mayoría de esas posiciones están valoradas entre 15.000 y 50.000 dólares, aunque aún posee acciones de Microsoft por un valor de entre uno y cinco millones.

Los ETF de Bessent

En la categoría de multimillonario encaja también el secretario del Tesoro, Scott Bessent, fundador del hedge fund Key Square Group, que tenía casi 600 millones de dólares bajo gestión a cierre de 2023. Entre sus bienes, declara poseer entre uno y cinco millones en arte y antigüedades, propiedades en Bahamas, fondos de inversión, ETF ligados al S&P 500 y al Nasdaq por más de 100 millones, y al bitcoin por entre 250.000 y 500.000 dólares, más de 50 millones en deuda estadounidense, y cientos de millones en operaciones relacionadas con la evolución del dólar frente al euro, el yen o el yuan en el mercado de divisas. A ellas se suman participaciones en la farmacéutica no cotizada Cambrian Biopharma, y en la también privada Roxo Energy, que invierte en energía, agua e infraestructuras. Para evitar el conflicto de interés, Bessent planea dejar su puesto en Key Square Group y vender sus acciones.

El fundador de Key Square Group, Scott Bessent, en un acto de campaña en Asheville (Carolina del Norte), el pasado 14 de agosto.Jonathan Drake (REUTERS)

Las conexiones con Wall Street del nuevo secretario de Comercio, Howard Lutnick, son amplias. El presidente y consejero delegado de la firma de banca de inversión Cantor Fitzgerald ha administrado activos para la controvertida empresa de criptomonedas Tether, que emite tokens digitales vinculados al dólar. Tiene participaciones de más de 50 millones tanto en la firma de servicios financieros BGC Group como en el grupo inmobiliario Newmark holdings. Y tras ser nombrado, se ha comprometido a vender sus acciones de Disney, donde posee un paquete pequeño de menos de 15.000 dólares, y en Nasdaq que opera varias Bolsas en EE UU, este mayor, de entre uno y cinco millones.

El responsable de aplicar la política de aranceles en la Administración Trump se ha rehecho del golpe que supuso el atentado terrorista del 11 de septiembre. Cantor Fitzgerald ocupaba algunos de los pisos más altos de una de las torres gemelas (la torre Norte), y la firma perdió 658 de sus 960 empleados de Nueva York, entre ellos el hermano de Lutnick. El financiero creó un fondo de ayuda para las familias de las víctimas.

Las inversiones millonarias de otras autoridades nombradas recientemente por Trump son también públicas. Lori Chavez-DeRemer, secretaria de Trabajo, es dueña de una participación de entre uno y cinco millones en SJJD Consulting, un fabricante de cannabis recreativo con licencia para operar en Oregon, su estado natal. Pam Bondi, fiscal general, posee entre dos y 10 millones en acciones y derivados de Trump Media, la dueña de la red social Truth Social. John Ratcliffe, director de la CIA, ha puesto el foco en la inteligencia artificial, con inversiones en Latent AI y Shield AI —que trabaja para que drones y aeronaves operen de manera autónoma sin GPS, comunicaciones ni piloto— ambas no cotizadas, y tiene un paquete de acciones de HyperX Logic, una firma de microprocesadores para ciberseguridad y defensa. Y el secretario de Salud, Robert Kennedy, posee entre uno y cinco millones en bitcoins. En la principal criptomoneda también invierten, con menor intensidad, el vicepresidente de EE UU, J.D. Vance, con un montante de entre 250.000 y 500.000 dólares, y Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia, con entre 30.000 y 100.000 dólares.

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