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Desastre

Cantor revive tras el desastre del 11-S

El 13 de septiembre de 2001 los brokers de Cantor Fitzgerald, el mayor intermediario mundial de renta fija, estaban dando órdenes de compra y venta a un ritmo frenético. Habían pasado apenas 48 horas desde que 658 compañeros suyos, de los 1.000 que trabajaban en el World Trade Center, habían fallecido en los atentados del fatídico 11-S.

Para poder ejecutar sus operaciones, los empleados de Cantor que sobrevivieron a la tragedia necesitaban acceder a las cuentas de los analistas desaparecidos. Y el acceso a esas cuentas era imposible sin conocer las contraseñas empleadas por los brokers ausentes. Microsoft y Cisco les ayudaron a dar con ellas.

La empresa que preside Bill Gates envió a 50 informáticos que descifraron las claves de los ordenadores que ya formaban parte de miles de toneladas de escombros.

Cisco también aportó material informático para que los empleados de Cantor, con oficinas en Reino Unido y Asia, continuaran el trabajo de los compañeros desaparecidos. 'Nos dieron carta blanca en cuanto a recursos tecnológicos se refiere y 70 informáticos para dar también con las claves de los ordenadores', recuerda el presidente de la compañía, Lee Amaitis, que se encontraba en su despacho londinense el día de la tragedia.

Además, la empresa podía trasladar las operaciones que realizaban de forma oral los brokers a su plataforma en Internet, eSpeed. 'En 1993, en el primer atentado del World Trade Center, aprendimos que no podíamos hacer depender todas nuestras operaciones de una misma plataforma', explica Amaitis. Por esta razón crearon eSpeed, una plataforma digital que permitió a Canton seguir operando dos días después del 11 de septiembre de 2001. 'Lo que hicimos fue canalizar las operaciones a esta plataforma, así pudimos abrir el 13 de septiembre', explica. 'eSpeed ha demostrado a los mercados mundiales su flexibilidad, es un gran tributo a los que han perdido sus vidas y que ayudaron a su construcción', añade.

Citibank y Chase Manhattan, los bancos con los que trabajaba Cantor Fitzgerald, 'nos ayudaron a hacer frente a todo el efecto de tener que contabilizar las operaciones anteriores al 11 de septiembre y poder darlas continuidad', recuerda el presidente de la firma.

En la recuperación de Cantor, que suma cuatro trimestres de beneficios desde el 11 de septiembre, el comportamiento de la plantilla y de los clientes ha sido básico.

Los empleados de Cantor se volcaron en su trabajo. La empresa fue la que registró más víctimas el día de los atentados.

A pesar de ello 'nuestros trabajadores no volvieron a sus casas. A través de Londres y Asia trataron de localizar a nuestros clientes en EE UU'.

La reacción de los clientes de la firma también ha sido trascendental para la exitosa supervivencia de Cantor. ¿Confiarían en la recuperación inmediata de la compañía tras la tragedia? 'Cuando abrimos dos días después..., volvieron a confiar en nosotros', asegura, 'y gracias a ellos hemos logrado recuperar cuota de mercado', dice. 'Entonces tuvimos una sensación de victoria y de derrota al mismo tiempo. Luchábamos por mantener el negocio, al tiempo que teníamos que reconocer cadáveres'.

Amaitis asegura sentir 'la responsabilidad de ocuparme de los familiares de las víctimas. Hemos comprometido el 25% de nuestros beneficios de los próximos cinco años en ellos'. Este compromiso, mantiene, ha sido otro aliciente para sacar adelante la empresa.

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