Telefónica en la era Pallete, explicada en 5 gráficos

La caída de la cotización de la teleco contrasta con la mejora de deuda y con una elevada rentabilidad por dividendo

Parqué de la Bolsa de MadridAltea Tejido (EFE)

El terremoto provocado por el relevo del hasta hace pocos días era el primer espada al frente de Telefónica supone un vuelco en la dirección de la empresa tras casi una década bajo las riendas de José María Álvarez-Pallete. Su sustitución a instancias de la SEPI, y con el apoyo del resto de grandes accionistas, por el hasta ahora presidente de Indra, Marc Murtra, abre la puerta a un cambio de rumbo en la compañía.

Nueve años después de que Álvarez-Pallete recibiera los mandos de Telefónica de las manos de César Alierta, así está la teleco:

La acción mejoró en 2024... pero ya está en pérdidas en 2025. El desembarco de Marc Murtra en la presidencia de Telefónica para relevar a José María Álvarez-Pallete, cambio anunciado durante el fin de semana con los mercados cerrados, ha provocado una caída del 2,7% en la acción de la teleco en la sesión del lunes. Con estas pérdidas, la operadora deja atrás las exiguas ganancias que había cosechado en 2025, inferiores al 1%, y se deja un 3,2% en lo que va de ejercicio. Ello después de cerrar 2024 con una subida algo superior al 11%.

No ha sido la cotización uno de los puntos fuertes en la gestión de Álvarez Pallete. Cuando el directivo tomó los mandos de la teleco, en abril de 2016 la acción cotizaba en torno a 9,5 euros, muy lejos de los 3,87 euros con los que cotiza ahora, es decir, un 57% por abajo.

En estos nueve años, la acción ha tocado máximo por encima de los 10 euros, en concreto en 10,60 euros el 17 de marzo de 2017. Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja, salvo en el periodo post pandémico en el que la acción vivió unos meses de recuperación tras alcanzar su nivel más bajo fue en el año 2020, en plena pandemia, cuando los títulos llegaron a un mínimo de 2,81 euros en noviembre de ese año. Ese fue un año de fuertes altibajos, no solo para la teleco sino para todos los mercados: el 17 de marzo de 2020, la operadora se anotó su mayor subida en un solo día, un 17,8%, aupada por el anuncio de planes de estímulo en la Unión Europea para hacer frente a la crisis sanitaria.

Peor que sus competidores. La caída de Telefónica desde la llegada de Pallete a la presidencia en 2016 no ha sido una rareza dentro del sector de telecos europeas en el periodo, pero sí es cierto que el desplome de la española ha sido más abultado que el de buena parte de sus competidoras. Tomando como referencia las cotizaciones a cierre de año, la acción de Telefónica sufre un recorte del 62%, el doble que las de la industria representado por el índice sectorial Stoxx de telecos (-31,9%), que incluye grandes telecos como Deutsche Telekom, Orange o Vodafone. En el caso de la operadora alemana, muy influida por su filial estadounidense T-Mobile US, se anota cerca del 100% en el mismo periodo.

En los últimos meses, el sector ha sido uno de los más beneficiados por el giro de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Las expectativas de más mayores recortes en los tipos de interés llevaron al sector -fuertemente endeudado- a ser uno de los más alcistas durante 2024, con ganancias que llegaron a superar el 20%. Con todo, su talón de Aquiles continúa siendo las expectativas de ingresos y las estimaciones de beneficios, más aún en un entorno de ralentización económica.

Dentro de la industria, las telecos tradicionales han sido más penalizadas, lastradas no solo por los altos niveles de deuda, sino también por el aumento de la competencia de los nuevos operadores, con estructuras de costes mucho más llevaderas.

Los analistas han apuntado en los últimos años a las operaciones de fusión y adquisiciones, tanto fuera como dentro de la Unión Europea, como posible salida para mejorar sus niveles de rentabilidad sobre capital. En España, la venta del negocio de Vodafone a la firma británica Zegona y la fusión de Orange y MásMóvil han dado lugar a un nuevo escenario, en la que la propia Telefónica ha participado tras la irrupción de la saudí STC en su capital, con cerca del 10%, y la posterior entrada de la SEPI, que adquirió otro 10%.

Elevada rentabilidad por dividendo. Uno de los mayores atractivos para los accionistas de Telefónica es su política de reparto de dividendos, a pesar de que los objetivos financieros han obligado a la compañía a ir reduciendo paulatinamente la retribución bruta por acción repartida. Con todo, la teleco abona una rentabilidad vía dividendos del 7,6%, muy por encima de la media del sector. La rentabilidad más alta se registró en el año 2020, pero más debido a la baja cotización de la acción que al abono bruto, ya que la operadora paga desde el año 2021 un dividendo de 0,3 euros por acción. En aquel año, tras superar el impacto del Covid en sus cuentas, la teleco recortó la remuneración a los accionistas desde 0,4 a 0,3 euros brutos por acción, un 25% menos. Antes, ya había reducido los pagos, entre otros motivos para poder aligerar deuda. En 2016, cada acción recibía 0,745 euros al año.

De cara al medio plazo, los analistas no prevén cambios en la política de remuneración al accionista bajo las riendas de Murtra. Hace poco más de un año, en noviembre de 2023, la empresa se comprometió a abonar como mínimo esos 0,3 euros por acción durante el periodo 2023-2026 y no se espera, al menos de momento, que ese objetivo vaya a cambiar. En otra dimensión quedan ya los 1,75 euros por acción que aspiraba la empresa a repartir en 2012 y que tuvo que cancelar para acometer la reducción de su ingente deuda financiera, que finalizó el ejercicio 2011 en los 56.304 millones de euros.

Deuda. Álvarez Pallete se sentó al frente de Telefónica tras el legado de 20 años de su predecesor, César Alierta, quien durante su mandato impulsó vía compras el crecimiento de la teleco... y también su deuda. La adquisición de las filiales de BellSouth en Latinoamérica, Cesky Telecom y O2, o en Brasil con la adquisición de Telesp, Vivo y GVT, llevaron a la operadora a un tamaño considerable, pero también a amasar deudas por casi 53.000 millones. Una factura que el directivo heredó a su llegada al cargo en 2016. Uno de sus logros, que reconocen los analistas, es que ha sido capaz de reducir esa cifra a casi la mitad... pero que el mercado no considera aún suficiente.


A falta de que Telefónica de a conocer al mercado sus cuentas de cierre de 2024, en los nueve primeros meses del año logró un beneficio de 989 millones de euros, un 21,7% menos que un año antes. En su último ejercicio completo, la teleco registró unas pérdidas de 892 millones por el impacto de dos partidas extraordinarias, sin ello se habría anotado un beneficio de 2.369 millones. En 2015, justo antes de que Álvarez-Pallete tomara las riendas de Telefónica, las ganancias netas de la empresa ascendieron a 5.787 millones sin contar con los extraordinarios.

Ese mismo año sus ingresos ascendieron a 47.219 millones, frente a los 40.652 de cierre de 2023. Un descenso que también se vislumbra en su número de empleados: justo antes de que Álvarez-Pallete se convirtiera en presidente la plantilla del grupo ascendía a 129.890 empleados, frente a los 104.132 del año pasado tras varios ERE.




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