La recompra de acciones en banca empieza a perder brillo para los inversores

El mercado comienza a reclamar un uso más productivo al exceso de capital, que contribuya a fortalecer el negocio, aunque los ajustes en la retribución al accionista sean mal recibidos

Logo de Unicredit en las oficinas centrales de la entidad, en Milán.Emanuele Cremaschi (Getty Images)

En 2024 ha habido dos acontecimientos en la banca europea que revelan claramente las aspiraciones de las entidades con un mayor exceso de capital. La pandemia había impuesto un cerrojazo en la retribución al accionista en los bancos europeos y la posterior vuelta a la normalidad en los pagos trajo un nuevo ingrediente, las recompras de acciones. Se han hecho imprescindibles como vía de remuneración al accionista. Pero hay bancos que generan un exceso de capital que permite ir más allá y que han abierto la caja de las operaciones corporativas en el sector, no ya como movimiento defensivo ni como resultado de una quiebra, sino como vía con la que crear valor para el accionista recurriendo a lo básico, a la ampliación del negocio. La opa de BBVA sobre Sabadell y la adquisición por parte de Unicredit de una participación del 28% en Commerzbank, a la que ha añadido la opa sobre su rival italiano BPM, son ejemplos de que el sector ya afronta de cara cómo poner a trabajar su capital para generar más negocio y más valor para el accionista.

El pago de dividendo es irrenunciable y el objetivo de las entidades financieras es elevarlo año a año. Las recompras de acciones se suman a esa remuneración como parte de la política de retribución al accionista, si bien su papel podría ir perdiendo la intensidad vista hasta el momento. Según explica Elena Iparraguirre, analista de banca de la agencia de rating S&P, “los gestores (o los bancos) empiezan a no ver el mismo atractivo que antes a los programas de recompras de acciones. Al fin y al cabo, lo óptimo es hacer uso del exceso de capital para fortalecer el negocio, como sí se están planteando hacer entidades como Unicredit con sus últimos movimientos. Además, las recompras tienen sentido si se hacen a un precio por debajo del valor en libros”.

Unicredit ha sido el abanderado en la zona euro de las recompras de acciones en banca. El banco italiano ha anunciado los programas más ambiciosos, una recompra por 3.340 millones en 2023 y de otros 5.600 millones en 2024. A golpe de recompras y dividendos, la acción de Unicredit se ha disparado el 182% en los tres últimos años. Pero el espíritu inquieto de su consejero delegado, Andrea Orcel, busca otras vías para seguir creando valor para el accionista y ha puesto el foco en las operaciones corporativas, el camino más previsible para un ejecutivo curtido en la banca de inversión. Unicredit ha dado un golpe de efecto con la compra de un 28% del alemán Commerzbank -el 9,5% de forma directa y el otro 18,5% a través de derivados-, que el tiempo dirá si puede ser el germen de una fusión transfronteriza, y ha lanzado una opa sobre su rival italiano BPM por 10.100 millones de euros. La adquisición de Axa Investment Managers por parte de BNP Paribas, la compra de una participación en Monte dei Paschi por parte del ahora opado Banco BPM o el interés anunciado por el danés Nykredit de comprar Spar Nord son otros ejemplos de incipientes movimientos corporativos en busca de más negocio.

Unicredit y BBVA, abanderados en los últimos años de las recompras de acciones, se han lanzado a las operaciones corporativas

En España, la gran operación corporativa de los últimos años la lidera el banco que también ha sido más activo en sus programas de recompras, BBVA. En 2022 anunció un programa por 3.160 millones de euros, al que siguió otro en 2023 por 1.000 millones. En 2024, ha lanzado un órdago con la opa hostil sobre Sabadell, que la entidad que preside Carlos Torres asegura creará valor para el accionista, al tiempo que se compromete a repartir entre el 40% y el 50% del beneficio del año, considerando dividendos y recompra de acciones. BBVA acumuló un alza del 30% en 2022 y otra del 7% en 2023 en gran medida gracias a los programas de recompras, con lo que el banco dejó de cotizar con descuento sobre su valor en libros. Sin embargo, desciende el 10% desde que presentó la opa por Sabadell.

“Los bancos llevan tiempo sin saber dónde invertir su exceso de capital. El negocio bancario ha mermado y es el que hay, no hay nuevos nichos de mercado. Puede que llegue el momento en que las recompras pierdan brillo y los bancos compren para crecer, pero no hay que olvidar que las operaciones corporativas son también muy difíciles”, defiende Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4. En la historia reciente queda el esfuerzo de Santander para digerir Popular, pese a adquirirlo por un euro, o la inversión ruinosa que supuso para Sabadell durante años el británico TSB.

“El exceso de capital y las mejores valoraciones podrían dar lugar a más fusiones y adquisiciones, pero continuarán las atractivas distribuciones a los accionistas”, auguran desde S&P para la banca europea en 2025. Después de todo, el mercado va a seguir muy vigilante al atractivo de esas retribuciones y cualquier cambio puede ser muy castigado en Bolsa. Le sucedió a CaixaBank en la presentación de su plan estratégico el pasado noviembre, cuando la acción cayó el 5%. Anunció un pay out para el trienio 2025-2027 de entre el 50% y el 60%, frente al 60% del compromiso en el trienio anterior, en que además comprometió una retribución al accionista (entre dividendos y recompras) de 12.000 millones de euros. En el nuevo plan estratégico, no hay una cifra prevista y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ya apuntaba recientemente en una entrevista con Bloomberg TV a que podría estar llegando el momento de sacrificar de algún modo la remuneración en favor del crecimiento del negocio. A la pregunta de si es una buena opción no distribuir tanto capital a los accionistas si ello se debe a que el banco está creciendo, Gortázar respondió “absolutamente”.

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