S&P da aire a Francia al mantener su ‘rating’ pese a la fragilidad del Gobierno de Barnier
La agencia de calificación asume las dificultades del Ejecutivo para sacar adelante los Presupuestos de 2025
Los problemas del Gobierno de Michel Barnier par sacar adelante unos Presupuestos de 2025 para Francia, con ajustes por 60.000 millones, han puesto en alerta al mercado y era uno de los indicios de inestabilidad que podían haber movido a una revisión de la calificación crediticia de la deuda soberana gala por parte de S&P. Pero no ha sido así, lo que supone un respiro para el Ejecutivo. La agencia de calificación ha publicado esta noche su esperado informe, en el que mantiene la nota de ‘AA-/A-1+’ con perspectiva estable para Francia.
En el mercado se teme que una moción de censura tumbe al Ejecutivo incluso la semana que viene. De hecho, la prima de riesgo francesa está en su nivel más alto desde la crisis del euro en 2012, lo que eleva el rendimiento del bono galo a diez años a terrenos cercanos al 3%, como la deuda emitida por Grecia y por encima del bono español.
El equipo del primer ministro Barnier se mueve entre el rechazo a las cuentas públicas para el próximo ejercicio en la Asamblea Nacional y la amenaza de formaciones de izquierdas y del partido ultraderechista de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, sobre la presentación de una moción de censura. Está anunciada especialmente si se da el paso de aprobar los presupuestos por decreto, tal y como permite el artículo 49.3 de la Constitución.
S&P cree que este escenario de alta presión “aumenta la probabilidad de que el Gobierno tenga que aprobar los Presupuestos a través del artículo 49.3 de la Constitución, evitando así una votación parlamentaria”. Y añade que a pesar de la actual incertidumbre política, “esperamos que Francia cumpla -con retraso- el marco fiscal de la UE y consolide gradualmente las finanzas públicas a medio plazo”. Desde el punto de vista de la agencia, la francesa sigue siendo una economía “equilibrada, abierta, rica y diversificada y con una profunda reserva interna de ahorro privado”.
El equipo de analistas de S&P advierte que podría rebajar la calificación sobre la deuda soberana francesa “si el Gobierno no es capaz de reducir el gran déficit presupuestario o si el crecimiento económico cae por debajo de nuestras expectativas”.
El futuro del Gobierno está en manos de Le Pen, que ha dado hasta el lunes para que Barnier realice nuevas concesiones tras abandonar, por ejemplo, sus planes de aumentar los impuestos a la electricidad. Entre las exigencias de la líder ultra figura que se desista de reducir los reembolsos por medicamentos, el establecimiento de una moratoria sobre nuevos impuestos o la indexación de las pensiones a la inflación a partir del 1 de enero.
Antes de este paso de S&P, las otras dos agencias, Moody’s y Fitch, sí rebajaron sus perspectivas sobre Francia en las últimas semanas. Una moción de censura de la izquierda apoyada por Agrupación Nacional haría caer a Barnier incluso el próximo miércoles.
Standard & Poor’s ya rebajó en junio la nota sobre la deuda soberana francesa, de AA a AA-, en respuesta al aumento del déficit público por encima de lo que había previsto la entidad.