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Fondos de inversión

El Gobierno permitirá a los fondos de inversión prestar acciones a inversores bajistas

La medida, largamente reclamada desde el sector de la inversión colectiva, permitirá aumentar la rentabilidad de los productos

Bolsa de Madrid
Imagen de la Bolsa de Madrid.Ana Bornay (EFE)

El ministerio de Economía ha escuchado una de las peticiones más insistentes de la industria de los fondos de inversión: la posibilidad de prestar las acciones que tienen en cartera a terceros inversores. Esta práctica, denominada préstamo de valores, es habitual en otros mercados europeos y, en la medida en que puede elevar el rendimiento de los fondos de inversión, era una solicitud recurrente del sector. La normativa que habilitará este mecanismo acaba de ser activada desde el Tesoro (responsable de la normativa financiera), que ha puesto en audiencia pública el la orden ministerial correspondiente, de modo que pueda recibir las alegaciones del sector.

El préstamo de valores beneficia a los fondos de inversión en la medida en que cobrarán un interés, al igual que en el caso de un crédito bancario. Quienes piden prestados valores son, en la inmensa mayoría de los casos, inversores bajistas que usan esta vía para apostar por la caída de un valor. Piden prestadas las acciones de una empresa, que cotiza a un precio determinado, y las venden en el mercado, con la expectativa de que la cotización baje y comprarlas a precio más barato antes de que toque devolver los títulos. Esta práctica también se puede utilizar como una vía alternativa para la cesión del cobro de dividendos. Aunque la práctica no está permitida para los fondos de inversión españoles, los inversores sí pueden prestar sus acciones a título individual, una práctica que el bróker de Bankinter ha abierto al pequeño inversor.

Los propietarios de los títulos prestados se embolsan el precio de ese alquiler, que varía en función del valor. El préstamo de valores por los fondos se permite en todos los países de la UE. El último estado en regularlo fue Bélgica en 2007. En España, Economía elaboró una orden en 2008, pero esta cayó en el olvido ante el estallido de la crisis No querían dar munición a los bajistas. En 2018 el proyecto se retomó, pero poco después llegó la moción de censura que tumbó el Gobierno de Mariano Rajoy. Aunque, en realidad, la medida no protege a las acciones españolas de los inversores bajistas (en caso de que eso fuera una situación deseable para el regulador), puesto que son igualmente objeto de apuestas bajistas por esta vía, con la salvedad de que quien presta los valores no puede ser un fondo domiciliado en España.

A la tercera, y 16 años después, puede ir la vencida. La norma, en todo caso, irá dirigida únicamente a fondos de inversión tradicionales, excluyendo fondos alternativos o fondos de pensiones. El proyecto incluye una serie de salvaguardas enfocadas al inversor en fondos y al mercado en general. Se introducen límites al patrimonio de la institución que puede prestarse (75%), umbrales de diversificación de los prestatarios (límite de concentración del 35%) y requisitos que deben reunir en términos de tipología de entidades o solvencia crediticia. Se contemplan obligaciones de colateralización (las garantías que debe aportar el que toma prestados los títulos), transparencia, control interno y liquidación que garanticen que esta práctica se realiza de forma segura y sin perjudicar el buen funcionamiento de los mercados.

La asociación de los fondos de inversión, Inverco, considera que más del 60% de las carteras de las instituciones de inversión españolas sería susceptible de cesión en préstamo, y en su día calculó que la rentabilidad que obtendrán las carteras por el préstamo de los activos en 10,14 puntos básicos (0,1014 puntos porcentuales) para los de renta variable española y en 1,40 puntos básicos (0,014%) para la deuda pública española. Otras fuentes llegan a establecer la rentabilidad adicional lograda con esta fórmula en más de 0,2 puntos porcentuales. Los fondos de Bolsa serían los más beneficiados debido a que cobrarán más por los valores que dejan en alquiler.

Fuentes de Inverco se muestran confiadas en que el proceso de audiencia pública no haya una oposición al proyecto. “Creemos que los grandes beneficiados son los partícipes de los fondos, que van a conseguir un extra de rentabilidad. En cuanto a las compañías cuyas acciones se prestan, el efecto sería mínimo, porque los bajistas ya pueden tomar prestados esos valores a través de otros muchos agentes del mercado”, apuntan desde la asociación.

El rendimiento extra que consigue el fondo que presta las acciones depende mucho del tipo de valor. Los títulos más grandes, negociados y estables, tienden a dar menos retornos, porque hay muchos agentes del mercado dispuestos a prestarlos y no tienen tanta demanda. En cambio, en los nombres más pequeños, cuando atraviesan momentos de volatilidad pueden llegar a pagar hasta el 150% TAE a quien los presta. Ahora, uno de los valores que más tirón tiene entre los prestatarios es Oryzon Genomics, una biofarmacéutica que aspira a cotizar en el Nasdaq.

La probabilidad de no recuperar la inversión para quien presta los valores es muy baja. En caso de que el inversor que ha tomado prestada las acciones no las devuelva, primero entran en juego los colaterales. Las plataformas de intermediación en préstamos, no solo exigen garantías con más valor que las acciones prestadas sino que, además, a veces también piden carteras de acciones, para que haya una mayor diversificación del riesgo.

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