Las rentabilidades de la deuda de EE UU caen a mínimos de marzo por las expectativas de recorte de tipos en septiembre
El mercado da una probabilidad del 95% a una rebaja de las tasas a la vuelta del verano
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, viene reiterando desde hace meses que necesita tener una mayor confianza en que los precios se dirigen hacia el objetivo del 2% antes de efectuar la primera rebaja de tipos en EE UU. Los datos que se han conocido en las últimas jornadas refuerzan la idea de que las cosas marchan en la dirección correcta. Después de que el IPC cayera en junio al 3% en tasa interanual, el viernes se confirmó que la confianza de los consumidores estadounidenses está en su nivel más bajo en ocho meses, alimentado así las expectativas desinflacionistas.
Los futuros de los fondos federales, que el mes pasado dudaban de que el banco central de EE UU fuera a bajar los tipos este año, no han tardado en celebrar la moderación de los precios y otorgan una probabilidad del 94,5% a una primera rebaja de las tasas en septiembre. Entre los que han movido sus apuestas están los economistas de JP Morgan que ya el jueves adelantaron de noviembre a septiembre el recorte. Para diciembre las probabilidades están ya en el 84%.
Este optimismo se ha dejado sentir con fuerza en la deuda, el activo que más movimiento experimentó en la semana. Mientras las rentabilidades caen, el precio, que evoluciona de manera inversa, repunta. La deuda de EE UU a dos años, la más sensible a la política monetaria, ha bajado 12 puntos en las últimas cinco jornadas y cae por debajo del 4,5% por primera vez desde marzo. Por su parte, los bonos a 10 años que el año pasado subieron al 5%, caen del 4,2%. Andy Brenner, jefe de renta fija internacional en National Alliance Securities, espera tres rebajas de los tipos en 2024 (septiembre, noviembre y diciembre) y ve a la deuda con vencimiento en 2034 en el 4%, mínimos de febrero.
Mientras la deuda de EE UU se mueve por expectativas de tipos, la renta fija europea lo hace por razones de índole política. La victoria del Nuevo Frente Popular en la segunda vuelta de las elecciones francesas ha ayudado a rebajar la presión en la zona euro en general y en la periferia en particular. El rendimiento del bono francés a 10 años baja al 3,14% y se aleja del 3,36% que registró a comienzos de julio cuando las encuestas daban mayoría a la extrema derecha de Marine Le Pen. Aunque un parlamento dividido dificulta la puesta en marcha de las reformas precisas para lograr la estabilidad fiscal que exige Bruselas, la banca de inversión ve el bloqueo como el mejor de los escenarios.
La marcha atrás del programa de Macron por el que abogaba la izquierda o la rebaja de impuestos prometida por Le Pen no podrán aplicarse. Esto ha sido suficiente para que los inversores, que en las semanas anteriores se lanzaron a la compra de deuda alemana en busca de refugio, hayan deshecho sus posiciones en el bund y aumentado su exposición a la deuda francesa, española e italiana. Esta rotación ha dado un respiro a las primas de riesgo. El diferencial entre el bono alemán y francés a diez años se modera a los 65 puntos básicos, a cierta distancia de los 81 registrados semanas atrás cuando escaló a máximos de 2012. A pesar de la moderación todavía sigue estando por encima de los 45 puntos que registraba antes de las elecciones europeas. El gobernador del banco central de Francia, François Villeroy, ha advertido del shock que genera la incertidumbre política en la economía y señala que algunos líderes empresariales están desacelerando las inversiones por el temor a un incremento de los impuestos. Por su parte, la prima de riesgo española se modera a los 76 puntos básicos, solo tres puntos por encima de los registrados antes del adelanto electoral, y la italiana cae a los 130.
La próxima semana las miradas estarán puestas en la reunión del BCE. Aunque no se esperan cambios, los analistas de Macroyield prevén que la institución deje la puerta abierta a una rebaja en septiembre. “Si bien el mensaje que acompañó al primer recorte en junio fue más bien duro, desde entonces la economía ha dado nuevas señales de debilidad y las perspectivas de una próxima bajada de tipos en EEUU se han afianzado. En consecuencia, el mercado empieza a dar por seguro que habrá dos recortes más este año”, remarcan.
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