China eleva la presión a los inversores bajistas ante la caída de sus Bolsas
Aumenta las garantías de deposito exigidas a este tipo de inversores y pone coto a la negociación de alta frecuencia
China ha adoptado medidas de gran calado para restringir las ventas en corto en los mercados de valores y dificultar las estrategias de negociación automática, en un intento de controlar la caída de las Bolsas en vísperas de una crítica reunión de política económica. En concreto, la Comisión Reguladora de Valores de China ha adoptado nuevas directrices que hacen más costosas las operaciones de trading cuantitativo o algorítmico (utilizadas por hedge funds e inversores institucionales) a partir del 22 de julio. Asimismo, China Securities Finance, el mayor proveedor de préstamo de valores del país, suspenderá actividad de inmediato. Las medidas fueron anunciadas a última hora del miércoles después de que el índice de referencia índice CSI 300 cayera por sexta vez en siete sesiones, en un intento por parte de las autoridades de frenar una corrección que se inició en mayo y que se ha llevado un billón de dólares (920.000 millones de euros), de capitalización bursátil, equivalente a casi dos veces el Ibex 35.
“La medida envía otra señal de que los reguladores están preocupados por los riesgos para el mercado de valores derivados de la acumulación de posiciones cortas, que pueden estar concentradas”, dijo a Bloomberg Redmond Wong, estratega de mercado de Saxo Capital Markets. “[La medida] puede impulsar los precios de algunos valores con muchas posiciones cortas, donde es difícil encontrar acciones para prestar. Pero para el conjunto del mercado es probable que el impacto sea limitado”, añade. Tras conocerse la noticia, el índice CSI 300 ganó más de un 1%. El Hang Seng China Enterprises Index, que sigue a las grandes empresas chinas, subió un 1,6% en Hong Kong.
Por más que las autoridades chinas sean las más agresivas del mundo a la hora de actuar contra estas prácticas, las causas últimas de la desconfianza del mercado permanecen intactas: la crisis inmobiliaria, las renovadas tensiones comerciales y la baja confianza de los consumidores. Tras un fuerte repunte en febrero, la Bolsa china lleva desde mayo inmersa en un ciclo bajista penalizada por los escasos beneficios empresariales. El CSI 300 ha cedido casi todas sus ganancias este año, mientras crecen los indicios de que el fondo soberano de la nación está volviendo a apuntalar los mercados mediante la compra de fondos cotizados.
La tormenta financiera llega en vísperas de que el presidente Xi Jinping convoque el 15 de julio el Tercer Pleno del Gobierno, que se celebra una vez cada cinco años, y del que se esperan medidas económicas. Ahora bien, las expectativas de un estímulo masivo son moderadas; Goldman Sachs Group o JPMorgan creen que Pekín se limitará a aumentar las medidas existentes.
Las nuevas directrices aplicadas por el supervisor del mercado bursátil chino fijan que los inversores bajistas deben depositar un margen un depósito equivalente al 100% del valor de las acciones que desean tomar prestados para la venta en corto, porcentaje que se ha elevado desde el 80% previo. En el caso de los fondos privados que participen en el préstamo de valores sube hasta el 120%, desde el 100% anterior.
“A corto plazo, esto provocará el cierre de posiciones cortas existentes y limitará la apertura de nuevas posiciones”, asevera Steven Leung, director ejecutivo de la firma UOB Kay Hian Hong Kong. A medio plazo, “el mercado de acciones sigue dependiendo de los fundamentos económicos y los beneficios empresariales”, añadió.
Adicionalmente, el supervisor también está analizando cobrar por la negociación en alta frecuencia, una operativa que en lo que va de año se ha reducido en la Bolsa china en más del 20%. Las medidas aplicadas por China desde mediados de febrero para frenar a los inversores bajistas han provocado que este tipo de negociación se haya hundido un 64% y que el préstamo de valores haya caído un 75% desde agosto de 2023.
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