El bitcoin rebasa los 50.000 dólares más de dos años después y vislumbra el fin del criptoinvierno
La divisa digital ha escalado alrededor de un 200% desde lo peor de su reciente crisis gracias al tirón de los ETF
Adiós criptoinvierno, hola criptoprimavera. El bitcoin ha gastado algunas vidas en el camino, cuando parecía que se desinflaba y todo había sido una burbuja. Así ocurrió durante las crisis de 2018 y 2022, cuando las pérdidas llegaron a rondar el 80% y sus cimientos temblaban. Sin embargo, la divisa digital ha demostrado contar con siete vidas, y viaja a lomos de una tendencia favorable: sube alrededor de un 200% desde finales de 2022, y ha alcanzado la cota de los 50.000 dólares, que no veía desde hacía más de dos años, si bien el dato de inflación de EE UU conocido este martes, peor de lo esperado, le hizo perder ese nivel horas después.
En un activo tan volátil, no siempre están claras las razones de los pronunciados avances y caídas de cotización, pero ahora existe bastante unanimidad entre los analistas sobre cuál es la gasolina que lo empuja: la autorización por parte de la SEC, el regulador estadounidense, de la comercialización de ETF vinculados al bitcoin el mes pasado ha puesto a tiro su compra a millones de nuevos inversores que antes debían seguir un proceso mucho más complejo para adquirirlos.
Desde ese punto de inflexión, el bitcoin se revaloriza por encima de otros activos que han tenido un buen comienzo de año, como el índice S&P 500 estadounidense, que agrupa a las principales cotizadas del país, ahora en máximos históricos. Su salida del hoyo supone un baño de autoestima para un sector muy golpeado en los últimos tiempos por colapsos tan dolorosos como el de TerraLuna, bancarrotas como las de la plataforma de compra y venta FTX, liderada por el otrora considerado joven prodigio Sam Bankman-Fried, ahora en prisión por haber dejado sin sus ahorros a millones de inversores; o las más recientes sanciones a su rival Binance por violar las leyes estadounidenses contra el blanqueo de capitales, que implicaron la salida de su fundador y consejero delegado Changpeng Zhao, otro nombre destacado del ecosistema.
Jorge Soriano, consejero delegado de la plataforma española Criptan, reconoce que todas estas noticias negativas han acrecentado las dudas, pero cree que la travesía por el desierto ha terminado. “Venimos de dos años muy duros, principalmente por los escándalos de algunos players, pero la limpieza que se ha producido ha sido necesaria”, señala. ¿Por qué es tan importante la aprobación de los ETF por parte de la SEC? “Es un salto de gigante en lo que a validación institucional se refiere. Y no lo es por el hecho de que sea un “ETF de bitcoin”, porque la realidad es que ya existían otros ETFs de bitcoin en Canadá, Alemania, Brasil; lo es porque en los últimos años, el regulador americano, ha estado presionando mucho al ecosistema cripto y esta aprobación, sienta precedente y abre la puerta a la confianza que hacía falta para un gran sector de la población”, defiende.
El visto bueno de la SEC afloja la soga sobre el cuello del bitcoin, pero no supone ni mucho menos una recomendación de compra. “Los inversores deben mantener la cautela ante los innumerables riesgos asociados al bitcoin y a los productos cuyo valor está vinculado a las criptomonedas”, insistió su presidente, Gary Gensler.
La gran victoria para el bitcoin está siendo su creciente aceptación institucional, que está propiciando su inclusión en las cestas de productos de inversión. Aunque su extrema volatilidad hace que no se le otorgue un peso excesivo en las carteras, el mero hecho de empezar a aparecer como una opción impulsa su valor. Así lo percibe Manuel Villegas, analista de activos digitales del banco suizo Julius Baer. “Algunos administradores de activos ya están asignando estratégicamente una pequeña proporción de sus vehículos de inversión diversificados a esta clase de activos”.
Optimismo
Según Bloomberg, los ETF de Blackrock y Fidelity han captado 3.800 millones y 3.100 millones de dólares respectivamente hacia la cripto más popular del mercado. Y buena muestra de la fiebre que han desatado estos instrumentos es que son los dos únicos fondos cotizados de todo el mundo que han atraído más de 3.000 millones en sus primeros 20 días de negociación.
En ese clima de optimismo, otros catalizadores pueden acompañar a los ETF en el ascenso del bitcoin. Las bajadas de tipos de interés por parte de los bancos centrales se han demostrado beneficiosas para su cotización, y los ojos de los inversores están puestos en el halving previsto para abril.
Este fenómeno, que se da cada cuatro años, implica que la recompensa por minar un bloque se reduce a la mitad, lo que disminuye el número de bitcoins nuevos que genera la red. Al haber menos oferta, se tiende a pensar que ayuda a subir su precio, aunque no es algo automático ni garantizado. Tampoco se descartan nuevas aprobaciones de ETFs ligados a criptomonedas como ethereum, la segunda mayor tras el bitcoin, lo cual alimentaría la entrada de inversores. La próxima cota simbólica serían los 60.000 dólares, aunque la cumbre está algo más arriba, en los 69.000 dólares que llegó a tocar el bitcoin en noviembre de 2021 y hoy siguen siendo su techo.
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