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De Picasso a Warhol: el arte ‘tokenizado’ busca su sitio en las carteras de los inversores

Es una fórmula más accesible y líquida de comprar obras de los pintores más reconocidos

Marilyn de Andy Warhol
Marilyn de Andy Warhol

El mercado del arte está en pleno proceso de cambio y uno de ellos tiene que ver con la tokenización de las obras artísticas más importantes. Consiste en convertir los derechos de una obra de arte, de artistas como Pablo Picasso o Andy Warhol, en tokens digitales, que permiten así fraccionar la propiedad y permitir una mayor accesibilidad al arte. De esta manera, se pueden comprar o intercambiar obras de arte en el mercado digital.

Las obras de arte de máxima calidad han sido siempre objeto de deseo de los grandes patrimonios y ofrecen una expectativa de revalorización a menudo envidiable para los activos financieros tradicionales. Su valor ya se ha puesto a prueba en momentos de máxima incertidumbre financiera pero ha sido hasta ahora terreno reservado para los inversores más acaudalados. En cambio, la tokenización de obras de arte o su conversión en activos digitales –pasando por su fraccionamiento en tokens por un importe asequible para el gran público–, está permitiendo dar otra dimensión a la inversión en cuadros.

El arte tokenizado se está abriendo paso poco a poco y ya ha llamado la atención de los grandes bancos de inversión. En Bank of America reconocen que “el arte tokenizado puede aumentar y diversificar la exposición al arte de alta calidad entre los inversores, resultar en un mercado secundario líquido que facilite un descubrimiento de precios más eficiente y reducir los costes de transacción al disminuir la necesidad de intermediarios como casas de subastas y asesores”. Las casas de subastas frecuentemente cobran a los vendedores y compradores un 15% y un 25% del precio de venta, respectivamente. Obviamente, la gran desventaja de invertir en arte tokenizado es que el cuadro no podrá colgarse en el comedor.

Por ejemplo, la empresa Freeport, que cuenta con la aprobación de la Comisión del mercado de valores de EE UU (SEC), compró varias obras de arte de Andy Warhol. Las tokenizó y fraccionó en 10.000 acciones cada una. Una de esas obras es la impresión de Marilyn, que salió a la venta con un precio de 55 dólares la acción. Para recibir un NFT que represente el interés del inversor en la obra de arte, hay que comprar al menos 10 acciones, lo que supondría un gasto de 550 dólares (503 euros). Otras impresiones de Warhol que pueden comprarse, a un precio de 25 dólares la acción, son “Mick Jagger”, “Double Mickey” o “Rebel Without a Cause”.

Una vez queda puesta a disposición la compra de esos tokens de la obra de arte, Freeport también planea establecer un mercado secundario con licencia en el cual se puedan intercambiar las participaciones. En Bank of America apuntan que ya existe un fondo de arte diversificado tokenizado, de Artory/Winston Art Group, que permite a los inversores comprar acciones del fondo, que incluye 65 obras de arte y reduce las barreras de entrada para poder comprar pinturas que en su conjunto están valoradas en millones de dólares.

El arte tokenizado da por tanto acceso, vía digital y de forma fraccionada, a obras de arte de elevada cuantía, aunque también presenta los riesgos propios de un mercado digital e incipiente. Aunque el objetivo del arte tokenizado es el de obtener una mayor liquidez, sigue siendo difícil vender rápidamente una obra. El mercado del arte es también muy volátil e impredecible, ya que no está fundamentado en métricas financieras específicas, por lo que es muy difícil saber cuál será su rendimiento a futuro con respecto a otras inversiones. También es muy difícil saber cuál es el valor de una obra de arte, pero más todavía cuando esa obra de arte está representada mediante un token digital. Por último, los piratas cibernéticos pueden encontrar formas de vulnerar al sistema, por lo que pueden ocurrir robos de obras de arte o transferencias de dinero de una propiedad a otra sin autorización.

En espera de la salida a Bolsa  de Artex

La empresa Artex es una plataforma de negociación de obras de arte que tiene como objetivo sacar al mercado cuadros de artistas de máximo  renombre como Van Gogh, Picasso o Rembrandt. El cliente minorista podrá comprar participaciones de estos cuadros desde un mínimo de 100 euros. La salida a Bolsa de la primera pieza pictórica está prevista para el 22 de septiembre, un debut que en principio estaba planeado para la pasada primavera. El primer cuadro que saldrá a negociación será el tríptico de Francis Bacon ‘Tres estudios para un retrato de George Dyer’, y lo hará en la Bolsa de Madrid. El objetivo de Artex es “democratizar el mercado de bellas artes”, según reconoce la compañía, con obras que comprenden desde el Renacimiento hasta la actualidad.

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