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El faro del inversor
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Por qué este es el mercado alcista más odiado de todos los tiempos

Los inversores están viendo la realidad con las gafas equivocadas y han olvidado que todo cambia, y 2023 no tiene nada que ver con los últimos 15 años

Bolsa de Fráncfort.
Bolsa de Fráncfort.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)

En mi columna de enero en este mismo diario ya señalé que actualmente existe el pesimismo típico del comienzo de los mercados alcistas, y expliqué la miríada de indicios que muestran el fuerte pesimismo inversor. Desde entonces, aunque no hemos visto ninguna apreciación espectacular en los mercados de renta variable, tanto la Bolsa de Estados Unidos –la locomotora del mundo bursátil– como las europeas cotizan más arriba. Eso incluso tras haber asistido en el mes de marzo a un pánico bancario que se llevó por delante a entidades como la californiana Silicon Valley Bank o la suiza y decimonónica Credit Suisse. Sí, por supuesto los bancos centrales occidentales salieron al rescate para que un problema de liquidez no se transformara en un problema de mayor calado, pero esa siempre ha sido la función de los bancos centrales y cabía esperar esa respuesta. Y, a pesar de todos estos pánicos bancarios, las Bolsas cotizan más arriba. Piense en ello por un segundo: estamos en un mercado en el que las malas noticias no han conseguido tumbarlo a la baja. Para mí eso es signo de un mercado alcista, fuerte y vigoroso a nivel global.

Sin embargo, la gran mayoría, incluyendo a los profesionales de la industria de inversión, siguen pensando que estamos en un mercado bajista. Es más, no solo niegan que estemos en un mercado alcista, sino que además piensan que es imposible que se produzca un mercado alcista, lo cual hace el momento actual mucho más interesante, ya que los mercados tienden a humillar al máximo número de personas la mayor parte del tiempo. Es tan fuerte y persistente el sentimiento pesimista a pesar de las subidas que están experimentando las Bolsas, que a este mercado lo denomino como el mercado alcista más odiado de todos los tiempos.

Pero ¿por qué es tan odiado este mercado alcista? En mi opinión, por tres motivos principales. En primer lugar, muchos inversores echan de menos que no se haya producido una gran capitulación bursátil. Durante los últimos lustros los inversores han visto cómo grandes cracs bursátiles eran la condición necesaria para que se iniciara un nuevo mercado alcista. Para creer que el mercado podía subir, primero querían ver “sangre en las calles”, como decía el barón de Rothschild. Lo vimos en 2002, lo vimos en 2008 y, de nuevo, lo vimos en 2020 durante la pandemia. También lo vimos en Europa durante la crisis de deuda soberana del año 2012. Por todos estos recuerdos recientes, muchos se han negado a aceptar que lo peor ya ha pasado porque piensan que lo peor está por venir. Sin embargo, no todos los mercados bajistas tienen por qué acabar con un gran pánico bursátil. Puede que la gente haya olvidado, pero los mercados nunca olvidan y los mercados bajistas moderados sin un gran evento de pánico son también parte de la historia de los mercados. ¿El ejemplo más reciente? El benigno mercado bajista del año 1990, donde las cotizaciones del índice S&P 500 apenas declinaron un -20,28%.

En segundo lugar, este es el mercado alcista más odiado de la historia porque parte de valoraciones históricamente exigentes. Sí, es cierto, a modo general el mercado sigue siendo caro, con un PER –número de veces en que el beneficio está recogido en el precio de una acción– 22 en el S&P 500. Pero ese nivel es más bajo que el visto en marzo de 2020 (ratio PER 22,80), o igual que el de febrero de 2016 (ratio PER 22,02). Y, sin embargo, esas valoraciones no impidieron que las Bolsas se apreciaran con fuerza después de esas fechas de 2016 o de 2020. Por supuesto que las valoraciones importan en el muy largo plazo –12 años o más–, pero a nivel cíclico las valoraciones no importan absolutamente nada para que un mercado decline o ascienda en los siguientes trimestres y pocos años. Como los inversores olvidan esta realidad, piensan que es imposible que los mercados vuelvan a subir, olvidando que al comienzo de un mercado alcista las cotizaciones siempre se adelantan a los beneficios.

Y, en tercer lugar, los inversores niegan que estemos en un mercado alcista por el sesgo de inmediatez. Durante muchos años la Bolsa con mayor ponderación a nivel global, la de Estados Unidos, fue la Bolsa líder y la más vibrante. Mientras Europa subía con retrancas, el S&P 500 parecía poder levantarse de cada susto bursátil con un impulso aún mayor. Pero como el actual mercado alcista está siendo liderado por Europa y es Estados Unidos quien sube a cuentagotas, muchos piensan que las Bolsas no están subiendo. Sin embargo, la Bolsa de la eurozona, según el índice MSCI Europe, está a menos de un 1% de máximos históricos. Igualmente, las Bolsas de los países desarrollados de la zona del Pacífico, según el índice MSCI Pacífico, están a menos de un 2% de máximos históricos. Pues bien, a pesar de todo ello, como la Bolsa estadounidense, según el índice MSCI USA, cotiza un 13,46% por debajo de los máximos históricos de enero de 2022, muchos piensan que las Bolsas no están subiendo. Pero este es un claro ejemplo de que los árboles no permiten ver bien el bosque que está detrás. Como los inversores han estado acostumbrados a mirar a Estados Unidos para observar el liderazgo, han olvidado que existen otros mercados desarrollados que también pueden liderar y ser vibrantes, si las condicio­nes macroeconómicas son diferentes a las vistas entre el periodo 2009-2021.

En definitiva, este es probablemente el mercado alcista más odiado de la historia porque los inversores están observando la realidad con las gafas equivocadas. 2023 no tiene nada que ver con nada de lo que hayamos visto en los 15 años anteriores. Y los inversores han olvidado que todo cambia.

Hugo Ferrer es gestor GPM S.V. y director Club Bursátil Confidencial

@contrainvest

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