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Rob Almeida: “Los inversores están pagando en exceso por los ‘cash flow’ futuros”

El estratega global de MFS Investment Management cree que el mercado no ha purgado aún los excesos de valoración que ha causado la larga época de tipos de interés a cero

Nuria Salobral
Rob Almeida, estratega global de MFS Investment Management
Rob Almeida, estratega global de MFS Investment ManagementJASON GROW

Rob Almeida es estratega global de MFS Investment Management, firma en la que trabaja desde hace más de dos décadas. Su visión para la Bolsa este año es bastante más prudente que la de la mayoría de gestores, más aún después del rally con que comenzó el ejercicio. Este veterano gestor cree que el mercado continúa sin descontar el deterioro en los resultados empresariales que provocarán las súbitas alzas de tipos del año pasado y las que están por llegar. Almeida es responsable de la gestión de dos fondos de la firma, una de las más veteranas en la gestión de activos en Estados Unidos. Con un patrimonio bajo gestión de más de medio billón de dólares, MFS Investment Management se fundó en 1924, cuando lanzó el primer fondo de inversión abierto estadounidense.

Pregunta. ¿Cree que 2023 va a ser un buen año para la inversión?

No. Los principios de la inversión son simples, se guían por los beneficios y la generación de caja, que determinan el precio de los activos. Las compañías han registrado un exceso de beneficios durante la última década, la corrección bursátil ha servido para reequilibrar una situación que estaba desequilibrada durante bastante tiempo. La recesión de 2020 no llegó a equilibrar del todo ese exceso. De hecho, los beneficios cayeron poco y repuntaron con fuerza después gracias los estímulos monetarios y fiscales.

P. ¿El deterioro económico actual no ha terminado de equilibrar esa situación?

En 2022, la inflación fue mayor de lo que se esperaba y las subidas de tipos de los bancos centrales también superaron lo previsto. Cuando el coste de capital se eleva como ha sucedido, la liquidez se convierte en un activo competitivo que provoca el ajuste de valoración de todo lo demás. Lo que aún no ha ajustado el mercado es la valoración de las empresas que están teniendo un beneficio por encima de lo que indicaría su estructura de balance. 2023 sí será un buen año para los inversores en renta fija, en los activos de mayor calidad crediticia. Pero será un año desafiante para la inversión en Bolsa, especialmente para aquellas empresas que no han terminado de aclimatarse a un entorno de mayores costes salariales, mayor coste de financiación por las subidas de tipos y un crecimiento más débil.

P. ¿Espera una fuerte corrección en Bolsa?

Es difícil decirlo porque no sé en qué momento el mercado descontará esa realidad y a qué velocidad. Por ejemplo, en agosto de 2008, las expectativas del consenso de mercado eran de una caída de beneficios del 5%. Y luego cayeron el 50%. No digo que ahora vaya a pasar lo mismo, pero las expectativas del consenso apuntan a caídas del 5% que nosotros pensamos van a ser notablemente superiores. En una recesión las caídas de beneficios son del 20% o 25%. El mercado suele reaccionar de forma excesiva, ya sea al alza o a la baja. No sé si esta vez reaccionará de forma más o menos violenta o más o menos rápida. Los inversores se preocupan por los flujos de capital a futuro y ahora están pagando en exceso por esos cash flow a futuro.

P. ¿Los inversores están pecando de optimistas entonces?

Probablemente veremos una corrección, pero no hay pistas suficientes para saber qué va a pasar. El agua hierve a cien grados y se congela a cero, es un hecho. En los mercados financieros no hay hechos como tales sino personas tomando decisiones, a veces actúan de forma racional y a veces no. Intentamos anticipar lo que harán los inversores.

P. ¿Cuál cree que es ahora el gran error en el consenso de mercado? ¿La estimación sobre los beneficios o las previsiones sobre tipos de interés?

Personalmente, los tipos de interés no son una cuestión que me preocupe desde el punto de vista de la inversión.

P. Pero a tipos más altos, mayor coste de financiación para las empresas y más impacto en los beneficios...

Cierto, pero lleva de 12 a 18 meses apreciar el reflejo en la economía de las alzas de tipos. Para una compañía de Estados Unidos que emite deuda high yield el coste de financiación se ha disparado desde el 5% al 10%. El mercado financiero es un mecanismo brillante para descontar lo que va a pasar en un plazo de tres a seis meses, pero tiene todavía el foco en 2022. Y sobre lo que tendría que tener puesto el foco es qué impacto va a tener lo sucedido durante el año pasado sobre lo que pase en 2023.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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