Bonificación del 100% de la Seguridad Social para entidades deportivas: un avance clave para la promoción del deporte de base
El camino para conseguir tan ambiciosa meta fue claramente una maratón.

El mundo del deporte amateur y federado se ha enfrentado durante años a una estructura financiera precaria y que debe luchar día a día por sobrevivir frente a las limitaciones presupuestarias. Muchas lo han logrado gracias al esfuerzo de voluntarios, pequeñas subvenciones o las cuotas de los socios.
Esta situación fue detectada por la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña (UFEC), quien a través de su Oficina de Atención al Club (OAC) decidió contribuir al alivio financiero de los clubes y entidades deportivas mediante un amplio abanico de servicios, entre los que se encentra el asesoramiento gratuito en diferentes ámbitos del día a día de la entidad, normalmente de carácter laboral, fiscal o contable y, la gestoría a precios reducidos, para el cumplimiento de las obligaciones fiscales, entre muchos otros.
Y es precisamente en esta labor de acompañamiento que se detectó que una de las cargas más pesadas de los pequeños clubes residía en la obligación fiscal de abono de las cuotas de la Seguridad Social para los entrenadores, monitores o personal de apoyo. Esta alarma puso en marcha los engranajes de uno de los logros más destacados de la OAC y que ha tenido repercusión en todo el país. Estamos hablando de la bonificación del 100% de la seguridad Social para entidades deportivas.
El camino para conseguir tan ambiciosa meta fue claramente una maratón.
El papel de la UFEC, para el cambio legislativo, ha sido crucial, pues actuó como puente e interlocutor ante las administraciones y las necesidades reales de los clubes. Así, la tramitación legislativa fue un proceso complejo que involucró a diversos actores del ámbito deportivo y político, logrando incluir la enmienda propuesta por el grupo parlamentario de Junts per Catalunya, como Disposición adicional segunda a la Ley 7/2024, de 20 de diciembre, publicada en el BOE al día siguiente —más conocida como la Reforma fiscal—.
La disposición detalla los beneficiarios, así como requisitos, concretamente aclara que la bonificación del 100% de la cuota empresarial por contingencias comunes conseguida, es aplicable a los clubes, asociaciones o entidades deportivas no profesionales sin ánimo de lucro por los trabajadores a su servicio que actúen como entrenadores o monitores dedicados a la formación, preparación o entrenamiento de personas menores de dieciocho años.
La norma busca en su redactado aclarar posibles dudas, como que debe entenderse por práctica deportiva, remitiéndonos al artículo 1.Dos del Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio. En este mismo sentido la disposición incluye en su segundo apartado el régimen jurídico aplicable respecto a la cotización, en términos de aplicación, control y coordinación, remitiendo para ello a los artículos 36 a 42 del Real Decreto-ley 1/2023, de 10 de enero.
La entrada en vigor de la ley fue el 22 de diciembre de 2024, aunque no fue hasta principios de 2025 que el Ministerio de Trabajo y Economía Social realizó y publicó la comunicación administrativa en que detalla los criterios para la aplicación de la misma en el Boletín de Noticias RED.
Aunque a simple vista puede parecer una cuestión meramente burocrática, el impacto de esta bonificación va mucho más allá. Es un auténtico soplo de aire fresco, un balón de oxígeno que permite a las entidades profesionalizar servicios y, sobre todo, destinar más recursos a su verdadera razón de ser: formar deportistas, crear comunidad y fomentar hábitos saludables; pues se reduce considerablemente los costes laborales y facilita que los clubes inviertan en mejorar instalaciones, contratar personal cualificado y ampliar sus programas, especialmente en zonas rurales o barrios con menos recursos.
Así, se puede decir que la bonificación acordada no se trata solo de una medida fiscal, sino de una decisión política y social que reconoce el valor del deporte como herramienta de cohesión, educación y salud pública.
Sin embargo, no todo está hecho. Esta bonificación debe entenderse como el primer paso hacia una reforma más amplia del sistema de financiación del deporte amateur. Es necesario consolidar esta medida en el tiempo y ampliarla.
En este sentido, la UFEC y su OAC deben seguir ejerciendo su función como catalizadores del cambio. Su cercanía al territorio, su conocimiento profundo de las necesidades de los clubes y su capacidad técnica las convierten en agentes imprescindibles para avanzar hacia un ecosistema deportivo más equitativo y robusto. La profesionalización del deporte base no debe ser un lujo, sino una prioridad estratégica para cualquier sociedad que aspire a un futuro más sano, inclusivo y cohesionado.
Con dicha intención es que se han mejorado los servicios puestos a disposición de los clubes, mediante el diseño de canales eficientes para que los beneficiarios de la bonificación puedan acceder a la misma con seguridad jurídica y operativa.
Nuestro país cuenta con un tejido deportivo excepcional, forjado en la pasión y el esfuerzo. Ahora, con herramientas como esta bonificación, ese tejido tiene la oportunidad de consolidarse y crecer. Depende de todos –administraciones, federaciones, clubes y ciudadanía– seguir empujando en la misma dirección.