Así pacta el deportista de élite su contrato
La conciliación familiar o el periodo de maternidad están cobrando fuerza en el deporte. Los abogados tienen un papel importante en las negociaciones con los clubes
Los deportistas de élite no solo juegan en la cancha, sino que también dan juego a los despachos de abogados para obtener un contrato que se ajuste a sus necesidades. Para las estrellas de fútbol o baloncesto, por ejemplo, es importante que los clubes que estén interesados en ficharles le ofrezcan una serie de condiciones que sean imposibles de rechazar. Tener un buen salario es uno de los requisitos que más reclaman, pero también piden conciliación familiar. Muchas veces condicionada por los viajes, entrenamientos, entrevistas o campañas de marketing que tienen que afrontar. Un tema que preocupa sobre todo a las mujeres, que se sienten desprotegidas por la ley y temen ser madres ante la falta de derechos que les permita compaginar el cuidado de su hijo con ser jugadora profesional.
El legislador ha tomado nota de este problema y ha aprovechado la aprobación del proyecto de ley de paridad para reformar el Real Decreto 1006/1985 que regula la relación laboral de los deportistas profesionales. En caso de que la norma se apruebe definitivamente, algo que puede ocurrir este mismo miércoles en el pleno del Senado, supondría un cambio para las mujeres deportistas que gozarían de nuevos derechos en materia de conciliación familiar o durante el periodo de maternidad.
Entre los cambios legislativos que están a punto de aprobarse se incluyen medidas que avalan la igualdad efectiva en el deporte. Así, la ley garantiza que las mujeres deportistas puedan compatibilizar la práctica deportiva con el embarazo y el cuidado del menor. Para ello, se les reconoce el derecho a las jugadoras a compatibilizar su trabajo con otras actividades como acompañar a los hijos en las visitas médicas o actos escolares. Además, entre otras iniciativas que se reflejan en la norma, en caso de que la mujer esté encinta y coincida con su último año de contrato, la ley también permitirá que este se renueve automáticamente por otro año más.
La tramitación de este proyecto de ley de paridad supone un paso adelante porque “viene a subsanar la situación arcaica en la que se encuentran las relaciones laborales de las deportistas, ya que la norma no ha sufrido un cambio desde hace 40 años”, declara la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), la entidad que lleva durante años conversando con las diferentes fuerzas políticas parlamentarias para sacar el proyecto adelante. En caso de que el Parlamento diese su aprobación definitiva, comentan desde la AFE, esperan que de cara a un futuro se puedan producir otros cambios legislativos que mejoren los derechos laborales de los deportistas, como “el tratamiento de sus datos, su libertad de expresión, los derechos de imagen o los periodos de prueba”, señalan.
Negociación
La próxima aprobación de esta ley afectará a las condiciones laborales de los deportistas. Pero para obtener un buen contrato es necesario pasar cierto tiempo en los despachos, tiempo en el que tanto los representantes como los abogados del jugador tratan de llegar a un acuerdo que sea satisfactorio para ambas partes.
A la hora de cerrar un fichaje, indica Íñigo de Lacalle, socio del bufete Senn Ferrero Asociados Sports & Entertainment, se dan dos tipos de situaciones generalmente. “Hay casos en los que el acuerdo se cocina a fuego lento durante días y se materializa en 24 horas, y luego están aquellos en los que se negocia a lo largo de un día durante la ventana de fichajes”. Aunque reconoce que las negociaciones pausadas y tranquilas no suelen ser muy frecuentes: “La gran mayoría se hacen deprisa y corriendo, de los otros nos acordamos poco”.
Además, según De Lacalle, la extensión de los contratos también puede variar en función de los requisitos que se establezcan por cada jugador y el país en el que se vayan a prestar los servicios. Los expertos dicen que lo más común es que en España se utilice la plantilla de contrato que facilita la federación. Se trata de un modelo con dos páginas de extensión en el que se acuerdan las condiciones básicas de todo trabajador, tales como el lugar de prestación, el salario base del jugador, las vacaciones o el tiempo que va a estar vinculado al equipo (medido por temporadas).
Junto a este contrato federativo, añade Antonio Fernández, asociado del área de laboral y sports de Baker McKenzie, se suma un contrato laboral privado, que puede llegar a totalizar 25 páginas si se trata de un gran deportista, en el que se incluyen todas las cuestiones que afectan a la relación entre el club y el deportista, por ejemplo, “la cláusula de rescisión, la participación en actos sociales, hablar en medios de comunicación, pólizas de seguro o la prohibición de hacer apuestas”, entre otras muchas condiciones que se pueden negociar.
Incluso los equipos deportivos pactan cláusulas con los jugadores para que no realicen actividades peligrosas, como montar en moto, hacer escalada o ir a esquiar, para evitar posibles lesiones. Es más, en el supuesto de que los deportistas lo incumplan, deberán indemnizar al club por no cumplir con los requisitos pactados en el contrato.
Salario
El juego está en lograr un consenso entre lo que les ofrece el club, qué cantidad reclama el jugador y el dinero que está dispuesto a aceptar para incorporarse a sus filas. Asimismo, más allá de su salario base, también tratan de incluir cláusulas que les permitan llevarse un pellizco extra según los objetivos o el rendimiento del profesional.
Dado que muchos de ellos cobran cifras millonarias, tienen que rendir cuentas con la Agencia Tributaria pagando más dinero. Para que Hacienda toque lo menos posible sus bolsillos, los deportistas “reclaman a los clubes un esfuerzo especial, calculando el impacto fiscal y presionándoles para abonar el bruto equivalente al neto que se pretende cobrar”, cuenta Fernández. Esto lo que se conoce como garantía de netos.
Tal y como comenta De Lacalle, se trata de un blindaje que los jugadores acuerdan con sus equipos para cobrar el salario neto que tenía establecido por contrato, con independencia del incremento de las tasas tributarias. “Si un jugador pacta recibir, por ejemplo, tres millones de euros netos y el Gobierno eleva las tasas, el club asumirá esa subida de impuestos para que el jugador reciba todo el salario acordado”, explica el experto.
Los jugadores estrella tienen la sartén por el mango y pueden exigir a sus clubes condiciones todavía más exigentes para firmar un contrato. El caso más actual y llamativo es el acuerdo que suscribió el astro brasileño Neymar Jr. con su actual equipo, Al-Hilal, para hacer las maletas rumbo a la liga saudí. Más allá de su sueldo millonario (que ronda los 100 millones de euros), el futbolista, según informó el medio británico The Sun, reclamó un listado de lujos, como una mansión con 25 habitaciones, cuatro coches de alta gama, un chófer 24/7 durante todo el año, un avión privado para viajar a Brasil y una prima de 500.000 euros extra cada vez que mencionase a Arabia Saudí en Instagram, donde cuenta con más de 220 millones de seguidores.
Imagen y prensa
La imagen es un factor muy relevante para los deportistas y su explotación es una fuente importante de ingresos para los jugadores. Según Fernández, este es uno de los aspectos en el que hay más roces para llegar a un acuerdo. “Hay momentos de tensión sobre los ingresos relativos a explotación de la imagen del deportista en todas sus vertientes. Las grandes estrellas son conscientes de que atraen patrocinadores y generan ingresos, y ponen en valor estas cuestiones a la hora de negociar”.
Por último, hablar con la prensa siempre es un tema delicado, ya que los clubes no pueden coartar la libertad de expresión de los deportistas. Ahora bien, “estos siempre cuelan algunas cláusulas para evitar declaraciones que puedan afectar a la organización”, subraya Fernández. En concreto, hay estipulaciones por las que las partes firman mantener en secreto “las discrepancias personales y/o profesionales que puedan tener, así como a intentar resolver esas disputas de manera privada, sin dar bombo en medios, por el impacto negativo que puede generar en la imagen del club y en el propio vestuario”, remata el experto.
Cláusulas y condiciones inusuales
Cláusula anti-Brexit. Es una condición que los deportistas que militan en equipos británicos pactaron como medida de prevención ante la independencia del Reino Unido con la Unión Europea. Esta cláusula permite a los profesionales asegurar sus ingresos ante un posible riesgo económico. “Los deportistas acuerdan un tipo de cambio euro-libra fijo para que, en caso de que la moneda inglesa se devalúe, no afecte a los ingresos de los jugadores y sigan cobrando el mismo salario”, explica Íñigo de Lacalle, socio del bufete Senn Ferrero Asociados Sports & Entertainment.
Micromunicipio. Hay situaciones en las que los deportistas deciden fichar por un equipo para el que tienen que viajar a un país en el que no están acostumbrados a vivir (por su cultura, tradiciones...), como puede ser Arabia Saudí. Pero, antes de oficializar el traspaso, suelen exigir una cláusula que permita tanto al jugador como a su familia instalarse en un micromunicipio con la cultura tradicional de Occidente. “Estos recintos cuentan con amplias medidas de seguridad y disponen de todos los recursos necesarios para hacer vida en ellos (colegios, centros sanitarios, supermercados, centros comerciales, instalaciones deportivas…)”, expone Antonio Fernández, asociado del área de laboral y sports de Baker McKenzie. Además, añade el letrado, los deportistas están rodeados de otros beneficios como “seguro médico gratuito, transporte privado o vuelos a los países de origen tanto para el jugador como para su familia”.
Cláusula Messi. Cuando se dieron a conocer en 2022 las condiciones estipuladas en el contrato de Lionel Messi con el FC Barcelona, más allá de su estratosférico salario, se puso la lupa en una cláusula muy atípica. El jugador argentino tenía que comprometerse con la cultura catalana y aprender el idioma. Además, en el caso de que Cataluña hubiese logrado la independencia, el delantero podría irse del club totalmente gratis.
Servicio militar. En algunos países, como en Corea del Sur, es obligatorio llevar a cabo el servicio militar. No obstante, los deportistas de élite tienen una opción salvavidas. En el supuesto de que consigan determinados objetivos con la selección nacional, podrán evitar o reducir el tiempo que dura el servicio militar. Por ejemplo, el jugador profesional de League Of Legends, Faker, se libró el año anterior de pasar los entrenamientos con el ejército tras proclamarse campéon de los juegos asiáticos en dicho videoluego competitivo.
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