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En colaboración conLa Ley

Abogados emprendedores: lo que nadie te contó antes de abrir tu bufete

Cuatro profesionales detallan los aprendizajes y retos de poner en marcha su despacho

Business people discussion advisor concept

¿Emprender o no emprender? Esa es la cuestión en la que se debaten no pocos profesionales de la abogacía que quieren abrir su bufete propio. Tanto si lo hacen a edad temprana como cuando ya acumulan una cierta experiencia, no es fácil empezar de cero. Es una labor titánica de disciplina, compromiso y trabajo duro en la que muchos se quedan por el camino. Cuatro especialistas del derecho que también son empresarios revelan las lecciones aprendidas y dan algunas claves para los nuevos emprendedores.

Lo primero es tener ganas. Aunque lo ideal es abrir las puertas de su bufete con todos los recursos a su disposición, esto no es posible. “Tener inversión, establecer el nicho de mercado, tener clientes, un equipo o formación comercial sería un pack completo, pero en la mayoría de los casos no hay nada de eso. La realidad es que con actitud y un propósito las cosas salen, siempre que escuches a tus clientes”, explica Yvonne Mähler Lucini, socia directora de YML Iurister.

El enfoque comercial es obligatorio. “Si algo lamento es no haberme dado cuenta desde el principio de que un despacho debía gestionarse como una auténtica empresa de servicios”, explica Aída Martínez, socia directora de Aída Martínez Abogados, que reconoce que durante un tiempo pensó que la excelencia jurídica y la reputación garantizarían el crecimiento. Pero el mercado se transforma y esto obliga a una gestión estratégica orientada a resultados.

Sobre el capital, no siempre es indispensable disponer de una gran suma. “Me atrevo a afirmar que, si no cuentas con inversión inicial, no debes preocuparte en exceso. Yo digo con orgullo que emprendí en la abogacía sin padrinos ni recursos”, confiesa Delia Rodríguez, CEO y fundadora de Vestalia Abogados. “Apuesta por un negocio real, medido y escalable que te permita ir creciendo a medida que tu facturación lo hace. De esta forma, tu desembolso inicial será mucho menor. Solo necesitas unas tarjetas de visita, un espacio coworking o compartido y una web. Y grandes dosis de ilusión, tiempo y esfuerzo”, reconoce. Lo importante es que vaya entrando negocio y trabajar bien los asuntos para que los clientes te recomienden, señala.

En los comienzos, algunos desesperan al no ver los retornos que imaginaban. “No hay que agobiarse al principio, todo llega. El trabajo y el esfuerzo dan sus frutos”, asegura Juan Ignacio Apoita Carvajal, socio director de Apoita Carvajal. Y da un tip para el primer año: “Hay que aprovisionarse muy bien los meses de julio, agosto y septiembre. El país se para y los clientes no quieren saber nada de abogados”, advierte, aunque para finales de septiembre todo se reactiva.

Más consejos

Buscar inspiración en lo que hacen los bufetes exitosos y ofrecer una experiencia de cliente basada en la confianza es clave. “Es indispensable adquirir habilidades empresariales: marketing jurídico, ventas, gestión financiera, organización de equipos, tecnología y optimización de procesos”, advierte Aída Martínez.

Las recomendaciones dependen del perfil emprendedor. “A la abogacía joven le recomiendo que siga su intuición: a veces escuchar en exceso a tu entorno es contraproducente. Que elaboren un buen plan de negocio, que se preparen para trabajar mucho y que desde el principio tejan con esmero una buena red de contactos”, destaca Delia Rodríguez. ¿Y qué les diría a los emprendedores sénior? “Que dejen a un lado los miedos y aprovechen su potencial, su bagaje y su conocimiento sobre el derecho y la vida” porque su trayectoria profesional tiene un valor incalculable, subraya. Juan Ignacio Apoita cree que es conveniente contar con una mínima trayectoria. “A los jóvenes les recomendaría trabajar en un despacho por lo menos cinco años para aprender y ganar experiencia profesional. Y a los más sénior, paciencia”.

Todos están satisfechos de ser empresarios y no sienten nostalgia de haber trabajado por cuenta ajena. “No me arrepiento de absolutamente nada. Creo que cada paso que he dado era el adecuado y he sabido leer entre líneas las señales que me ha ido mandando el propio proyecto en sus diferentes etapas”, reconoce Delia Rodríguez.

Si algo deben tener claro quienes quieran abrir su bufete es que es una carrera de fondo. “Los despachos de abogados sólidos crecen poco a poco, sobre todo si no emprendes con un nombre y una cartera de clientes importante”, explica Yvonne Mähler. ¿Y si siguen las dudas? “Aun con miedo, emprende. El miedo no desaparece, pero aprendes a verlo como un impulsor. Siempre me digo a mí misma: si da vértigo, es el camino”. Los abogados emprendedores están hechos de otra pasta.

Aída Martínez, socia directora de Aída Martínez Abogados

“Es indispensable adquirir habilidades empresariales como marketing, ventas, organización de equipos o tecnología”

Aída Martínez, socia directora de Aída Martínez Abogados

Delia Rodríguez, CEO y fundadora de Vestalia Abogados

“Apuesta por un negocio real, medido y escalable que te permita crecer a medida que tu facturación lo hace”

Delia Rodríguez, CEO y fundadora de Vestalia Abogado

Juan Ignacio Apoita, socio y fundador de Apoita Carvajal Abogados

“Hay que aprovisionarse bien los meses de julio, agosto y septiembre: los clientes no quieren saber de abogados”

Juan Ignacio Apoita, socio y fundador de Apoita Carvajal Abogados

Yvonne Mähler, socia fundadora de YMLIurister

“Es necesario saber cobrar, cuestión en la que es mejor no temblar. Un cliente que no paga es un problema”

Yvonne Mähler, socia fundadora de YML Iurister

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