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En colaboración conLa Ley

‘Maricón perdido’, un término demasiado ofensivo y contrario a la moral para ser una marca, según la UE

La EUIPO ha dado carpetazo a la petición de Warner para registrar el título de la serie sobre la vida del activista y escritor Bob Pop

Carlos González, en 'Maricón perdido'.
Carlos González, en 'Maricón perdido'.

Maricón perdido no puede ser una marca en la Unión Europea. La razón: es una expresión contraria a la moral y puede esconder un significado homófobo. Bajo este paraguas, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (por sus siglas en inglés EUIPO), el organismo encargado de resolver los conflictos marcarios, ha dado carpetazo a la petición de la productora de audiovisual Turner (sociedad bajo la matriz de Warner) en una lucha burocrática que ha durado cinco años para registrar este término con fines comerciales. Precisamente, Maricón perdido es una serie estrenada en España en 2021 que relata episodios de la vida del escritor y activista LGTBIQ+ Bob Pop y que ahonda en temas como la homofobia y el acoso adolescente.

La oficina pública, en una resolución de noviembre de 2024, ha concluido que esta expresión no cumple con la normativa comunitaria, que prohíbe el uso comercial de palabras malsonantes o contrarias a la moralidad (concepto jurídico que ha dado pie a numerosas discusiones judiciales). La Gran Sala de Apelaciones de la EUIPO, sita en Alicante, confirma así la resolución que ya puso trabas al registro del signo en noviembre de 2020, justo antes del estreno de la serie, en 2021.

Las autoridades comunitarias dan una serie de razones para denegar el registro. En primer lugar, desbaratan el argumento esgrimido por la productora, que defendía que maricón perdido es una expresión normalizada y utilizada desde hace años en España por la propia comunidad, que la ha desligado de su connotación de insulto.

La resolución reconoce que esto es cierto pero en parte. Sí, hay quien ya no percibe esta expresión como algo ofensivo. Y ello, añade, es fruto de las conquistas del colectivo, que ha conseguido reapropiarse del término. Sin embargo, en términos jurídicos, lo esencial es si maricón perdido puede resultar ofensivo para el público en general – no solo para una parte de la sociedad, o para un colectivo en concreto, sino para todos los consumidores–.

Y la Gran Sala se inclina por pensar que maricón perdido aún conserva una connotación homófoba. En especial, apostilla la EUIPO, si el registro de la marca, como es el caso, está dirigidos a todos los públicos (lo que exige aplicar un mayor filtro). “Los diccionarios reflejan la actitud de la sociedad hacia ciertas palabras y ligan el término ‘MARICON PERDIDO’ a un significado ofensivo”, explica el fallo. Por lo que para los funcionarios es una expresión “contraria a los principios de moralidad que la sociedad espera”.

Argumentos

Así, la oficina encargada de resolver los conflictos marcarios tira por tierra los argumentos de los abogados de Warner, que defendían que el término estaba totalmente normalizado a pesar de haber sido utilizado en el pasado como insulto. Prueba de ello, como apuntan los letrados en su recurso, es la publicación de numerosos productos culturales que ya han utilizado la palabra maricón, precisamente con el fin de apoderarse del término, en canciones y discos, sin que haya supuesto un escándalo. Para apuntalar su postura, los reclamantes aportan al tribunal numerosos enlaces a artículos que repararan en esta idea: el insulto maricón ha cambiado de bando; ahora es un término popular entre el colectivo.

En su recurso, los abogados, incluso, utilizan el ejemplo del presentador Jorge Javier Vázquez, quien en su programa remarcó que Sálvame era un programa de “maricones”, lo que evidencia que esta ya no es una expresión ofensiva sino todo lo contrario, algo que connota orgullo. Pero la EUIPO contesta que “el hecho de que haya homosexuales en España que puedan no encontrar el término maricón ofensivo e incluso pueden usarlo en bromas casuales entre ellos” no es suficiente para descartar que el resto de personas no lo sigan utilizando como un ataque.

Tampoco es relevante que el registro del término pueda estar ligado a la lucha contra la homofobia: “es el signo el que debe ser analizado, no el reclamante”. Además, los tribunales españoles han aceptado ‘maricón’ como un insulto para identificar agresiones homófobas.

En consecuencia esta expresión no puede ser una marca, zanja la Gran Sala.

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