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Alberto García Barrenechea “No podemos permitir unos aranceles de máximos”

El Colegio de Procuradores de Madrid cumple 450 años el próximo mes de mayo

DVD1208. Alberto García Barrenechea, decano del Colegio de Procuradores de Madrid en la sede del colegio. Álvaro García. 17/04/2024
DVD1208. Alberto García Barrenechea, decano del Colegio de Procuradores de Madrid en la sede del colegio. Álvaro García. 17/04/2024Álvaro García

El Colegio de Procuradores de Madrid, la casa de algo más de dos mil profesionales (2.031 colegiados, de los cuales 1.461 son ejercientes) de la justicia, está de aniversario. En mayo se cumplen 450 años de la fundación de la Hermandad del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora, que fue el germen de la actual institución. En la corte de Felipe II, bajo estrictas normas morales, las corporaciones profesionales estaban prohibidas y constituirse en hermandad religiosa fue la vía que encontraron dieciocho procuradores para asociarse en defensa de sus intereses contra el intrusismo de los entonces conocidos como solicitadores. Alberto García Barrenechea, actual decano del Ilustre Colegio de Procuradores de Madrid (ICPM), el más grande la procura de España, recibe a CincoDías en su despacho de la recién estrenada sede, en la calle Sor Ángela de la Cruz de la capital, para hablar de los problemas que tiene el colectivo en el siglo XXI.

La regulación del arancel (los honorarios), la precariedad del turno de oficio y la lucha de algunos mutualistas por una jubilación justa, entre otras cuestiones, están encima de la mesa. García Barrenechea lleva dos años dedicando jornadas maratonianas a trabajar con su equipo de gobierno bajo la mirada atenta del antiguo reloj de pared que recuperó en la mudanza. Entre otros hitos, ha conseguido que la Comunidad de Madrid se comprometa a subir durante tres años los sueldos de los procuradores de oficio. Incansable, su válvula de escape es el deporte, su lema: “Cercanía y eficacia”.

Pregunta. El colegio celebra este año el 450 aniversario. ¿Qué queda del espíritu de aquellos pioneros?

Respuesta. Queda lo básico, que es esa labor social de que las personas acudan a los tribunales bajo la supervisión y representación de personas que están muy preparadas. Hace 500 años, cuando empezaron los procuradores, porque nuestro colegio no es el más antiguo, existía la figura del personero, el que iba a los juzgados por las personas que no tenían medios o capacidades para defenderse. En el fondo, ese espíritu no ha cambiado. Seguimos representando a gente de una manera eficaz dentro de los juzgados. Evidentemente, la sociedad ha evolucionado tanto que nosotros hemos evolucionado.

P. Ahora estamos en la era de la inteligencia artificial. ¿Cómo se ha adaptado el colectivo?

R. Aquí voy a pecar de falta de humildad, pero te diré que somos los que mejor se adaptan de todas las profesiones a las reformas legislativas y, sobre todo, a las reformas telemáticas. Siempre hemos sido los conejillos de indias. Al ministerio le digo que debería tenernos más en cuenta cuando hace reformas. Llámenos primero, que le voy a decir dónde están los problemas, lo que es mejorable y lo que no.

P. En este sentido, ¿qué obstáculos cree que existen para que funcionen los últimos cambios en el sistema?

R. Es un problema de medios. Al ministerio le faltan medios, ideas tiene muchas. No se puede sacar un real decreto como el Real Decreto 6/2023 que está lleno de reformas organizativas telemáticas sin que los juzgados tengan medios para aplicarlas. Por ejemplo, nos estamos encontrando que el proceso monitorio hay que presentarlo de otra manera, pero no se puede porque LexNET no está adaptado todavía para hacer eso. Entonces, estas reformas, que son loables, tienen que estar acompañadas de medios, pero no a la inversa. En caso contrario, generas inseguridad al ciudadano.

P. ¿Cómo explicaría a los ciudadanos la labor de los procuradores?

R. Ninguna profesión existe durante 450 años si no es útil y eficaz. Esa labor profesional que hacemos hay que explicarla, hay que hacer mucha pedagogía, sobre todo en las universidades. Siempre defino al procurador como un experto procesalista. Conocemos de una manera exhaustiva las normas procesales; eso es una garantía para el justiciable. Somos la representación activa de las partes ante los juzgados, pero no nos limitamos a recoger notificaciones. Hay muchas sentencias del Tribunal Supremo que nos obligan a aplicar una lex artis, de estudio de las providencias y tenemos que conocer los plazos. Además, hacemos actos de comunicación y tenemos la capacidad de certificación, que no tienen los abogados, y que nos abre muchas puertas. Somos coadyuvantes de la justicia.


Ninguna profesión existe durante 450 años si no es útil y eficaz

P. En su origen, los procuradores se defendieron del intrusismo de los llamados solicitadores. ¿Cuáles son los caballos de batalla de los procuradores madrileños hoy en día?

R. Obtener nuevas funciones. Siempre digo que el procurador, con la preparación que tiene, no debe limitarse a lo que está haciendo hoy. Tenemos un gran problema con la ejecución, a nivel nacional, y creo que los procuradores podríamos dar algo más para que esas ejecuciones fueran más solventes. Aprovechemos que, con 67 colegios profesionales que hay en España, representamos a cualquiera en cualquier punto del territorio nacional.

P. Muchos procuradores mutualistas han salido a la calle para luchar por una pensión justa. ¿Se ha sentado con los afectados para hablar del problema?

R. Sí, me he sentado con ellos varias veces, con los procuradores y con la Mutualidad también. Al final tienes que ver a las dos partes para tener un criterio. Y, sin duda, es un problema muy serio. Tú no puedes permitir que personas que lleven 30 o 40 años cotizando a la Mutualidad al final terminen con pensiones de 300 o 400 euros. Estamos haciendo una labor de intermediarios. Me consta que hay reuniones con la Dirección General de Seguros y con el Ministerio de Seguridad Social para llegar a un acuerdo. Pero es un problema político, es un problema de dinero, entonces no es fácil de arreglar. Yo soy mutualista y conozco perfectamente la situación. También es verdad que no todos en el colegio somos mutualistas, que representan más o menos la mitad de los colegiados, unos 1.130. De hecho, hoy en día, solo un 20% de los jóvenes van a la mutualidad.


Me he sentado varias veces con los procuradores mutualistas y con la Mutualidad también


P. El Tribunal Supremo ha anulado recientemente la regulación de los aranceles de los procuradores. ¿Cuál es vuestra valoración? ¿Seguiréis defendiendo unos mínimos?

R. Muy positiva. Pusimos este recurso, precisamente, para eso, para anular ese real decreto. No podemos permitir que el ministerio haga una regulación de los derechos arancelarios de los procuradores que, por otro lado, llevan desde el año 2003 sin modificarse, lo que está suponiendo una pérdida de nivel adquisitivo cercana al 70%, y que esa nueva regulación de los aranceles no tenga un estudio de impacto económico importante. Esta sentencia es un toque para el ministerio. Por otro lado, no podemos permitir que haya unos aranceles que sean exclusivamente de máximos; un arancel, en mi opinión, tiene que ser de mínimos. Si no tiene mínimos, no será un arancel. Entonces, hay que luchar por unos aranceles que sean loables para la profesión, que sean dignos. Defendemos un arancel de mínimos y con una subida arancelaria de los importes arancelarios acorde a la realidad. Ahora el ministerio tiene que empezar de cero. Creo que esperará las otras sentencias que están al caer, pero el real decreto ya es nulo. El interlocutor del ministerio es el Consejo General de Procuradores.

P. ¿Qué balance hace de estos dos años al frente del colegio?

R. Buscamos cercanía con el procurador de a pie, y yo creo que es una de las cosas que hemos conseguido. Amén de esta sede en la que nos encontramos ahora. Pasarán 50 años y los procuradores podrán seguir disfrutando de ella. Otro hito muy importante es haber entrado en las universidades. Hemos firmado convenios con 18 universidades en Madrid para dar clases. En dos años de gobierno que llevamos, hemos hecho bastantes cosas. Nuestro programa está cumplido casi al 85%.

P. ¿Hay cantera para el futuro de la procura?

R. De un tiempo a esta parte se está reduciendo la población de procuradores y por eso también entiendo que hay que hacer mucha pedagogía de lo que hacemos, de cómo es nuestra profesión, de nuestro futuro, de nuestro presente. El máster de acceso a la abogacía y procura es un caldo de cultivo bueno para explicárselo a la gente joven y conseguir que haya más procuradores. Tenemos que explicar a la ciudadanía lo que hace un procurador, su forma de vivir, lo atractivo que es esta profesión. No tienes dos días iguales. Creo que los que ya llevamos más años (yo me colegié hace treinta y dos) tenemos que compartir esa experiencia. Yo confío en el futuro de la profesión



Tenemos que explicar a la ciudadanía lo que hace un procurador


P. En noviembre hay elecciones al Consejo General de Procuradores, ¿qué espera?

R. La procura tiene problemas importantes y lo que hace falta es que la junta que salga sea consciente de ellos y que sea conciliadora. Lo que no podemos es discutir entre nosotros, porque si no, no avanzamos. A día de hoy, no hay candidatos firmes. Le deseo al que venga la mejor de las suertes, sabe que tiene mi disposición para ayudarle en todo lo que quiera.

P. Por último, se sigue sin despejar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en funciones desde diciembre de 2018. ¿Hay solución?

R. Lo que está pasando es una anomalía jurídica y política. Que tengan que estar discutiendo dos partidos políticos para ver quién nombra los jueces, eso en sí mismo ya es una anomalía, bajo mi punto de vista. La renovación es primordial. Hay muchos jueces que están vacantes y otros que están en funciones y eso, para el ánimo de un juez, no es correcto. El juez tiene que tener una firmeza, una garantía de dónde está sentado y una tranquilidad, y con el sistema actual no tiene esa tranquilidad. Y una cosa más, que me parece básico y me preocupa casi tanto como la renovación del Poder Judicial, es que en esa renovación haya un procurador. Me parece imprescindible, igual que me parece imprescindible que haya un abogado o que haya un fiscal. En la historia del CGPJ solo ha habido un vocal procurador, Y creo que es absolutamente necesario por tener un punto de vista distinto. Al final, ¿quienes van todos los días a los juzgados? los funcionarios, los letrados de la Administración de Justicia y los procuradores.

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