Estrés, ansiedad, depresión, ‘burnout’ o agotamiento: la abogacía se sienta en el diván
Entre las causas de estos trastornos están la alta exigencia o la falta de desconexión
El 10 de octubre se celebra el día mundial de la salud mental, con el objetivo de sensibilizar e impulsar medidas que promuevan y protejan la salud mental de todos como derecho humano universal.
Los expertos coinciden en que, en los últimos años, en especial tras el fin de la pandemia, se ha avanzado en la conciencia social sobre la importancia de la salud mental de las personas. Sin embargo, también señalan que aún queda mucho camino por recorrer para vencer los estigmas relacionados con los trastornos mentales, en particular, en determinados sectores como la abogacía. Y es que, el 41 % de los letrados no comentaría la existencia de una patología mental con su jefe por miedo a que ello tuviera un impacto negativo en su carrera, según un informe realizado en 2021 por la International Bar Association (IBA). Una realidad que contrasta con el hecho de que un 83,5% de los abogados consideren el estrés como un riesgo muy elevado del ejercicio profesional, según este mismo estudio.
“La abogacía sufre de índices de estrés superiores a otras profesiones”, apunta Patricia Tudó, psicóloga especialista en el sector legal, que advierte que si el estrés no es tratado a tiempo puede derivar en trastorno de ansiedad generalizada, síndrome de burnout o agotamiento y depresión mayor. Entre las causas, la experta destaca: las condiciones laborales propias del ejercicio de la profesión, la alta exigencia sobre estos profesionales, la competencia feroz, la necesidad de lidiar con la frustración de los clientes, las faltas de respeto que a veces reciben en los juzgados o la disponibilidad permanente y ausencia de desconexión.
Iniciativas que ayudan
Por todo ello, Patricia Tudó decidió hace diez años cambiar la abogacía por la psicología y fundar un gabinete de psicología para el sector legal. “Ya existía una gran demanda en el sector, pero aún no se había puesto en marcha ninguna acción ni privada ni pública relacionada con la salud mental de la abogacía”, reconoce. Años más tarde, en 2018, surgió el ya extinto Instituto de Salud mental de la Abogacía y en 2019 la IBA creó el grupo de trabajo sobre bienestar que, finalmente, ha derivado en la creación de la Comisión de Bienestar Profesional en febrero de este año.
Asimismo, poco antes de que estallara la pandemia el abogado Tomás Soria y la licenciada en derecho Diana Muñoz, decidieron fundar el Instituto de Inteligencia Jurídica. Una consultora independiente cuya misión es colaborar en “la recuperación de la salud mental y del bienestar emocional de los juristas en general y de los abogados en particular” a través de formaciones, soporte psicológico y la creación de una comunidad de operadores jurídicos a los que llaman “sostenibles”. “Además de ofrecer la ayuda de nuestros psicólogos queremos extender nuestra filosofía a todos los juristas de habla hispana con intercambios para aprender de las diversas experiencias”, señalan desde el Instituto.
Este año además han surgido iniciativas concretas enfocadas en la salud mental y el bienestar de los abogados desde los colegios profesionales de Sevilla y Madrid. El Proyecto Bienestar integral del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) consta de dos líneas telefónicas gratuitas (una de atención psicológica profesional y otra 24h de acompañamiento emocional), acciones de formación, y la dotación de recursos y herramientas a los colegiados para que puedan cuidar su bienestar y salud mental. “El programa ha tenido una gran acogida en el sector”, celebra Ana Buitrago, responsable del área social del ICAM y vicepresidenta de la Fundación ICAM Cortina. Prueba de ello, señala Buitrago, es que las 140 plazas disponibles de su itinerario formativo para colegiados se completaron en apenas unas horas, una treintena de firmas participan en el programa de cursos para despachos y un centenar de colegiados han solicitado sesiones de coaching ejecutivo.
Por su parte, el Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla (ICAS) creó en enero una comisión de salud, cuya más reciente iniciativa es “un convenio con el colegio de psicólogos para poner al servicio de los profesionales ayuda psicológica”, comenta Manuel Aguilar, diputado coordinador de la comisión de salud mental del ICAS.
Herramientas de prevención
Organización. “Llevar una buena organización del despacho y de la agenda evita la sensación de pérdida de control”, afirma la psicóloga Patricia Tudó. Para ello recomienda utilizar herramientas de gestión del tiempo como la matriz de Eisenhower, distinguiendo lo urgente de lo importante, y aprendiendo a delegar. Asimismo, considera también muy útil emplear tableros kanban en la pared para los señalamientos y vencimientos.
Autoconfianza y autoconocimiento. Patricia Tudó aconseja reforzar las decisiones propias con mantras como “decisión tomada, decisión acertada” y aplicar técnicas de refuerzo de la autoestima, así como realizar test de personalidad para definir las fortalezas y debilidades propias.
Deporte. Practicar deporte regularmente. “El deporte libera cortisol, la hormona del estrés y segrega serotonina, la hormona de la felicidad y oxitocina, la hormona del apego”, explica Tudó.
Relajación y meditación. Diez minutos diarios, en el despacho o en casa, son suficientes según Patricia Tudó, para adquirir el concepto de aquí y ahora, evitando la ansiedad anticipatoria y el miedo escénico.
Agradecimiento y habilidades sociales. Practicar el agradecimiento a través, por ejemplo, del diario de la gratitud para mejorar el estado de ánimo, así como trabajar la resiliencia, la flexibilidad conductual, o la asertividad, capacidades muy útiles en el trato al cliente, especialmente para saber poner límites y gestionar los cobros.
Equilibrio vital. Respetar los tiempos de descanso, elaborando protocolos de comunicación con el cliente y de relación con la familia y amigos y practicar actividades creativas que liberan endorfinas.