A mi amigo, mi compañero, mi CEO
Jorge Badía era un líder, sin estruendos, extremadamente educado, reflexivo y agradecido
Desde la más profunda desolación escribo estas palabras que jamás hubiese querido escribir.
Nos acaba de abandonar Jorge Badía, de manera sorpresiva a los 59 años, conmocionando los cimientos del despacho y de la abogacía en general. ¡Qué injusta resulta algunas veces la vida!
Era un extraordinario abogado, pero sobre todo era mejor persona, con unos valores increíbles que no pasaban desapercibidos para todos los que estábamos a su lado. Jorge aunaba muchas virtudes y resulta difícil resaltar todas ellas, pero destacaría la capacidad que tenía para extraer lo mejor de todos nosotros. Esta virtud poca gente la tiene y es realmente lo que define a un verdadero “líder”.
Jorge Badía era un líder, sin estruendos, extremadamente educado, reflexivo y agradecido pero un motor que siempre estaba funcionando y consiguió que el despacho alcanzase unas cotas altísimas a través de su liderazgo y buen hacer, sin hacer ruido, como él quería.
Lamentablemente, ya no vamos a poder disfrutar de sus consejos y de la inteligencia que tenía para afrontar los problemas, de manera paciente y sosegada. Le encantaban los retos, los procesos de creación y abrazaba la innovación, uno de los sellos de identidad de nuestra casa. No se imponía límites y conseguía que fuésemos capaces de dar mucho más de lo que nos pedía. Pero su legado y liderazgo han quedado impregnados en todos nosotros y esta huella perdurará para siempre.
Querido Jorge, querido amigo, querido compañero, querido CEO, te echaremos muchísimo de menos y espero que desde donde estés puedas ver la continuación del legado que nos has dejado. DEP.
Emilio Martínez. Director general de organización de Cuatrecasas.