Un médico, condenado a dos años de prisión por falsificar el historial de su exmujer
Le atribuyó esquizofrenia y un trastorno narcisista para ganar la custodia de la hija
La Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de las Palmas ha condenado a dos años de prisión a un médico que alteró el historial clínico de su mujer para perjudicarla en el proceso de divorcio. Lo hizo para conseguir la custodia de la hija que tenían en común.
Como recoge en el fallo (disponible aquí), el facultativo, después de separarse, accedió al expediente clínico de la mujer, que había sido su paciente, y añadió dos patologías: "trastorno esquizoide de la personalidad" y "personalidad narcisista".
Con ello buscaba desacreditarla a ojos del juez que tenía que resolver sobre la custodia de la menor que tenían en común. Para conseguirlo, días después, el doctor aportó el documento a la psicóloga del gabinete psicosocial del juzgado para que lo tuviese en cuenta a la hora de decidir por la hija. Presentó la hoja sin sello, ni firma y con el encabezado borrado.
El intento de engaño se descubrió más tarde, cuando la mujer acudió al médico por problemas de ansiedad y la doctora le mencionó unos antecedentes de esquizofrenia. Investigó con los médicos el origen de esas notas hasta descubrir que el exmarido había realizado los cambios.
Delito contra la intimidad
El Tribunal atribuye al doctor un delito contra la intimidad, que engloba un delito de falsedad documental.
Por una parte, descarta el delito agravado de difusión y revelación de datos. Para los magistrados, no existió una voluntad de que la información íntima excediese la esfera profesional y llegase a terceras personas.
Por otra, a pesar de ser facultativo del servicio público de salud, el marido no ejecutó la conducta prevaliéndose de su condición de funcionario, sino más bien valiéndose de su posición como médico. Este matiz, apuntan los magistrados, impide la agravación de la condena que pedía la perjudicada.
El fallo sí estima, en cambio, que el hombre ocasionó un fuerte daño moral a su expareja al violar su intimidad. Le condena por ello a indemnizarla con 10.000 euros, una deuda de la que el Servicio Canario de Salud debe responder de forma subsidiaria.
El hospital tendrá, además, que suprimir de la historia de salud de la víctima los diagnósticos fraudulentos una vez que la sentencia sea firme.