Manuel Manrique (Sacyr): “El cambio tecnológico y cultural no puede ser una imposición, debemos inspirar a los profesionales para que se sumen”
El presidente del grupo Sacyr confía en las ventajas que aporta la IA al terreno de las infraestructuras y ve en las tecnologías disruptivas un factor de selección natural entre grandes empresas
El ingeniero de Caminos Manuel Manrique (Navas de San Juan, Jaén, 1954) ha sido uno de los artífices, a lo largo de su trayectoria en Sacyr, del salto desde lo analógico hasta una digitalización sin límites en la construcción y gestión de infraestructuras. Presidente ejecutivo desde 2011 de esta referencia del Ibex 35 (ha sido consejero delegado desde 2004 hasta 2025), Manrique ha pisado varios escalones de la gerencia del grupo, tras contribuir a su fundación en 1986. Quizás sea por esta trayectoria que se muestra un convencido de que los líderes son quienes deben inspirar una trasformación que “ya no es opcional, sino un factor de supervivencia”. El impulso de la estrategia de Sacyr hacia una visión global basada en la disrupción tecnológica le ha hecho merecedor del premio CincoDías a la innovación empresarial en la categoría de directivo más innovador. En una entrevista mantenida por medios telemáticos, por encontrarse fuera de España, el líder de Sacyr enumera retos como exprimir el potencial de la Inteligencia Artificial (IA), asentar el ecosistema de colaboración con start-ups o subir a una plantilla de más de 15.000 trabajadores al tren del cambio. Para él se trata de factores que marcan ya la diferencia.
Pregunta. En un entorno de negocio en constante evolución, como es el de las infraestructuras de transporte y la construcción, ¿cuáles son las claves para anticiparse y saber qué trenes coger en lo que se refiere a tecnologías disruptivas?
Respuesta. Estamos en un escenario de cambio continuo al que nuestro sector no es en absoluto ajeno. Para mí, la clave para anticiparse está en combinar una visión estratégica con una escucha activa de todo lo que está ocurriendo alrededor de la transformación tecnológica de la economía y la sociedad. A partir de nuestras prioridades estratégicas, analizamos tendencias globales, evaluamos su impacto en nuestro modelo de negocio concesional, escuchamos a nuestros clientes y entendemos nuestros desafíos como negocio. Una vez hecho este análisis, incorporamos o desarrollamos tecnologías que aportan valor real a Sacyr y que nos proporcionan eficiencia, sostenibilidad y seguridad. Anticiparse implica invertir en conocimiento y tecnología, tejer alianzas con firmas innovadoras y fomentar una cultura corporativa que reme en esta dirección.
P. ¿Ve en la inteligencia artificial (IA) un resorte definitivo para ganar esa eficiencia en los procesos operativos y tomas de decisión?
R. Sin duda. La inteligencia artificial no es sólo una herramienta, es un catalizador que cambia los modelos de negocio y que supone un cambio trascendental en nuestra forma de trabajar. Su adopción nos permite redefinir nuestros procesos y optimizar la planificación, diseño y operación de nuestras infraestructuras. Gracias a ella, reducimos los riesgos y podemos tomar mejores decisiones en tiempo real. La IA nos trae un cambio estructural que ya está impactando en toda nuestra cadena de valor.
P. ¿Cómo es la apuesta de Sacyr en ese terreno? ¿Qué otros avances están cambiando el modo de hacer en la casa?
R. Tenemos una aproximación integral a esta nueva tecnología. Hemos abierto el acceso a la IA a los empleados para que puedan integrarla en su trabajo diario y generar valor. Estamos formando a nuestros profesionales y les proporcionamos herramientas que permitan acceder de forma segura a entornos de inteligencia artificial. Colaboramos con empresas tecnológicas y startups que nos ayudan a identificar los mejores casos de uso y a acelerar su adopción. Además, avanzamos en industrialización, digitalización de infraestructuras y soluciones sostenibles. Todo orientado a mejorar la experiencia del usuario y la eficiencia operativa.
P. ¿Cómo se gestiona el cambio cultural en plantillas de miles de trabajadores?
R. Nosotros lo estamos haciendo con liderazgo, formación y comunicación. El cambio tecnológico y cultural en que estamos inmersos no puede ser una imposición, debemos inspirar a nuestros profesionales para que se sumen a él. Creamos programas de capacitación, espacios para compartir y reconocemos el talento interno. La clave es que cada persona entienda cuál es el propósito corporativo y el valor que aporta la transformación tanto para ellos como para la compañía.
P. ¿Hasta qué punto es importante hacer un ejercicio de modestia y acercarse a esas startups para aprovechar talento, impulso innovador y agilidad?
R. No es tanto un ejercicio de modestia como de tener los pies en el suelo y estar muy pegados a lo que ocurre fuera de nuestras oficinas. Tenemos un gran talento interno que crece gracias a que se nutre con la interacción con todo tipo de actores tecnológicos y del sector. Las startups, por ejemplo, aportan velocidad, creatividad y soluciones disruptivas. Nosotros les damos know how, experiencia y capacidad de ejecución. La colaboración genera un ecosistema donde ambos crecemos y aceleramos la innovación en beneficio del sector y de la sociedad.
P. ¿Se está adaptando la Universidad, también la Formación Profesional, a la urgencia de competencias tecnológicas en las corporaciones?
R. Se están dando pasos, pero tenemos que acelerar el ritmo para no perder este tren. Necesitamos perfiles híbridos que combinen ingeniería, tecnología y sostenibilidad. Desde Sacyr colaboramos con universidades y centros de FP para impulsar programas que respondan a las demandas reales del mercado. Existe un importante déficit de profesionales cualificados y hay una intensa competencia para captar el talento.
P. La ingeniería española ha sido puntera durante las últimas décadas en el desarrollo de infraestructuras en todo el mundo. ¿Puede mantener ese papel a futuro?
R. Sí, si seguimos comprometidos con la formación, el talento y la innovación. La ingeniería española tiene experiencia y prestigio, dos ingredientes que han llevado a este sector a ser líder en el desarrollo de grandes proyectos en todo el mundo. Pero, para mantener este estatus, es necesario añadir ahora digitalización, sostenibilidad y colaboración internacional.
P. ¿La carrera por la innovación va a provocar una selección de compañías en los campos en que actúa Sacyr?
R. Estoy seguro de que sí. El sector del desarrollo y operación de infraestructuras está evolucionando de forma muy rápida y quien se quede atrás perderá competitividad frente a las empresas que estamos incorporando innovación en muchos de nuestros procesos. Yo creo que la innovación no es opcional, es un factor de supervivencia. Las compañías que no integren tecnología, sostenibilidad y nuevos modelos de negocio quedarán fuera. Nosotros trabajamos para estar siempre a la vanguardia, planteándonos continuamente cómo mejorar nuestras operaciones y aportar mayor valor, creando ventajas competitivas.
P. ¿Dónde ha notado los cambios más notables desde su experiencia de años en el sector? ¿Cuáles son las ventajas más relevantes?
R. Dos áreas en las que se puede ver una gran evolución continua son carreteras y agua. La digitalización, la sensorización y el análisis con big data han transformado la gestión y operación de este tipo de infraestructuras. Las ventajas son claras: reducción de costes, menor impacto ambiental, mayor seguridad y agilidad en la ejecución. La innovación convierte estas infraestructuras en servicios inteligentes.
P. ¿Qué proyectos en Sacyr son los que están entre sus referentes en innovación?
R. Es difícil escoger, porque muchos de nuestros trabajos están basados en la innovación. Dentro de las grandes infraestructuras que hemos desarrollado, el Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá, por ejemplo, es pura innovación. Es una obra única en la que tuvimos que inventar prácticamente todo. Fue todo un éxito y ahora es un ejemplo de funcionamiento excelente. Además, destacaría tres proyectos que estamos desarrollando y que son transformadores. El primero es Sacyr Inroad, que aplica sensores predictivos para mejorar la seguridad y el confort en carreteras. El segundo es Hospital Cognitivo, que humaniza la experiencia hospitalaria con infraestructuras inteligentes que hacen que su operación sea más sostenible. Por último, dentro del negocio de agua, tenemos Life Hyreward, que convierte la salmuera en energía limpia, integrando la sostenibilidad en nuestras plantas desaladoras.