Arantxa Sánchez Vicario, condenada a dos años de cárcel por urdir una trama para no pagar al Banco de Luxemburgo
Un juzgado de Barcelona considera probado que la extenista y su marido descapitalizaron su patrimonio para eludir el pago de seis millones de euros
Un juzgado de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a la extenista Arantxa Sánchez Vicario por participar en un entramado creado para evitar el pago de una deuda de más de seis millones de euros al Banco de Luxemburgo. Dicho plan fue llevado a cabo con su exmarido, Josep Santacana, quien ha sido penado con tres años y tres meses de cárcel por un delito de alzamiento de bienes.
El Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona afirma en su sentencia que en el juicio, que se celebró entre septiembre y octubre durante sesiones, quedó acreditado que Sánchez Vicario y su expareja descapitalizaron su patrimonio para eludir el préstamo que el Banco de Luxemburgo les dio para pagar una multa de 5,2 millones por fraude a Hacienda.
Sánchez Vicario no entrará en prisión, ya que la magistrada ha suspendido la pena de cárcel (al igual que a otro de los condenados) si durante el periodo de dos años no comete ningún otro hecho delictivo. No obstante, sí le obliga a pagar junto a Santacana una indemnización de 6,62 millones de euros al Banco de Luxemburgo, en concepto de responsabilidad civil.
“Ni un euro para la deuda”
A lo largo de 37 páginas, la titular del Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona, Maria Lluïsa Maurel, señala que la extenista “disponía y dispuso en todo momento de patrimonio suficiente para hacer frente a la deuda”, si bien impidió la devolución del préstamo “mediante actos de venta y de sustracción a las acciones de embargo”. “Ni un solo euro se destinó al pago de la deuda”, añade la resolución.
La sentencia recuerda que Sánchez Vicario asumió su responsabilidad y reconoció su participación en la trama defraudatoria. De este modo, alcanzó un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que aplicó a su petición de pena la atenuante de confesión y por la reparación del daño, ya que la deportista ya devolvió a la entidad 1,87 millones de euros y asumió un compromiso de pago del 50% de todos los ingresos que perciba por sus actividades futuras.
Aun así, la extenista precisó durante su declaración que ella no tenía ningún tipo de conocimiento en la gestión de sus bienes, ya que siempre lo había dejado en manos de terceras personas de confianza, primero a sus padres y después a su marido, quien se hizo con el control del patrimonio desde noviembre de 2009.
La magistrada da credibilidad a esta tesis, pero señala que “en nada exime” que no se hiciera cargo directo de la gestión de su patrimonio pues, según indica, “tenía pleno conocimiento” de lo que se hacía con él y “estuvo disfrutando del mismo, con pleno conocimiento de la deuda que tenía con el Banco de Luxemburgo”. No obstante, agrega que la acusada “no tenía capacidad ni conocimientos para dirigir las operaciones de despatriamonialización”.
Así las cosas, y en relación a Santacana, a quien la Fiscalía consideró el “cerebro” de toda la trama, la magistrada afirma que la prueba practicada durante la vista oral acredita “sobradamente” que éste fue “la persona que gestionó el patrimonio” de Sánchez Vicario. En este sentido, destaca que este acusado “ideó y llevó a cabo las operaciones de despatrimonialización que comportaron la imposibilidad de pagar la deuda contraída” con la entidad.
De hecho, la resolución apunta que la expareja de la que fuera número 1 del tenis femenino “tenía conocimientos (puesto que había trabajado en el sector inmobiliario) e interés directo en esa gestión, en su posición de marido de la titular, y era la persona de su máxima confianza”.
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